Marruecos y el potencial del hidrógeno verde

Los recientes acuerdos en el marco de la COP29 y el desarrollo de la “Asociación Verde Marruecos-UE” refuerzan esta posición, colocando al país como un puente energético entre Europa y África.
Fortalezas
Marruecos cuenta con recursos naturales ideales para la producción de hidrógeno verde: amplias zonas con alta irradiación solar, fuertes vientos y un acceso privilegiado al mercado europeo. Estos factores, junto con su estabilidad política y su compromiso con la sostenibilidad, han atraído inversiones significativas.
Por ejemplo, el grupo OCP planea producir un millón de toneladas de amoníaco verde para 2030, y proyectos estratégicos como “Power to Hydrogen” de MASEN exploran innovaciones en electrólisis alimentada por energía renovable.
Debilidades
Sin embargo, Marruecos enfrenta desafíos, como la limitada infraestructura para la exportación de hidrógeno verde, la necesidad de desarrollar un marco regulatorio más robusto y la competencia internacional en el sector.
La inversión inicial requerida para grandes proyectos sigue siendo una barrera considerable, aunque se están tomando medidas para atraer capital extranjero y alianzas estratégicas, para ello se deben de multiplicar los esfuerzos en abrir oportunidades, evitando actitudes endogámicas que puedan limitar o desalentar intereses de inversión internacional.
Oportunidades
Los acuerdos con la Unión Europea para regular la producción y exportación de hidrógeno verde abren un abanico de oportunidades. Europa, en su búsqueda por diversificar fuentes energéticas frente a las crisis geopolíticas, ve a Marruecos como un socio confiable y cercano. Esto se traduce en iniciativas como el fondo de inversión de 300 millones de dólares firmado con Países Bajos para proyectos en agua y energías renovables.
Realidades e incertidumbres
La creciente demanda de energías limpias y las tensiones en el mercado de hidrocarburos presentan un contexto favorable. Sin embargo, el éxito a largo plazo dependerá de factores como la evolución tecnológica, las dinámicas geopolíticas y la implementación efectiva de políticas energéticas inclusivas y sostenibles.
Marruecos está bien posicionado para liderar la transición hacia una economía de hidrógeno verde. Su capacidad para convertirse en un exportador clave no solo fortalecerá su economía, sino que también contribuirá significativamente a los objetivos globales de descarbonización. La clave está en aprovechar sus ventajas competitivas, superar los desafíos internos y continuar estableciendo alianzas estratégicas con actores globales.