El fin del silencio: Siria rompe con el Frente Polisario y reconfigura su posición regional

El presidente interino sirio, Ahmed Al-Sharaa, firma un borrador de constitución, tras ser presentado por un comité sirio de expertos legales, en Damasco, Siria, el 13 de marzo de 2025 - PHOTO/ Presidencia siria vía REUTERS TV
El presidente interino sirio, Ahmed Al-Sharaa - PHOTO/ Presidencia siria vía REUTERS TV
El anuncio de las autoridades sirias sobre el cierre de las oficinas del Frente Polisario en Damasco, con la presencia de representantes oficiales de Marruecos, marca un giro diplomático significativo

Este paso refleja una nueva orientación de Siria respecto al conflicto regional del Sáhara marroquí, alejándose progresivamente del legado ideológico que la vinculaba con el eje Argelia-Irán.

Durante años, Siria guardó un silencio llamativo frente a las actividades encubiertas del Polisario en su territorio, llevadas a cabo bajo la supervisión de oficiales argelinos. Informes de inteligencia confirmaron que combatientes de este grupo participaron en diferentes fases de la guerra siria apoyando a las fuerzas del régimen de Bashar Al-Assad. La decisión de cerrar sus oficinas pone fin a esa etapa y abre una nueva fase de acercamiento entre Damasco y Rabat, en un contexto regional que empieza a dejar atrás las antiguas divisiones ideológicas.

Este cambio tampoco puede entenderse sin considerar los esfuerzos diplomáticos intensivos de Marruecos en los últimos años por reforzar su influencia en Oriente Medio. Rabat ha sabido aprovechar el regreso de Siria a la Liga Árabe para promover una relación basada en intereses comunes, lejos de las tensiones ideológicas que durante mucho tiempo marcaron la postura siria sobre el Sáhara.

El cierre de las sedes del Polisario, en este preciso momento, representa un duro revés para Argelia, que durante décadas utilizó a Damasco como una plataforma para apoyar su apuesta separatista. Esa estrategia, basada en alinear a Siria con la retórica de la “resistencia”, se desvanece ante una realidad diplomática cambiante.

Para el Frente Polisario, esta medida confirma su creciente aislamiento en la escena internacional. Su imagen se ha visto deteriorada por las reiteradas acusaciones de vínculos con redes de crimen organizado y terrorismo en la región del Sahel y África occidental. Así, su presencia ya no solo representa un problema diplomático, sino también una amenaza para la seguridad.

El cierre de sus oficinas en Siria no es únicamente un acto político; es también una decisión preventiva en materia de seguridad, con la que Damasco busca proteger su territorio de elementos relacionados con la violencia, los crímenes contra la humanidad y el extremismo. Al mismo tiempo, envía una señal clara a los actores regionales e internacionales sobre su compromiso con la estabilidad y la apertura.

En definitiva, Marruecos ha logrado un avance estratégico en su lucha por el reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara, mientras Argelia sufre un nuevo retroceso diplomático con la pérdida de uno de sus últimos aliados en Oriente Medio. Este cambio refuerza la posición de Rabat y pone en evidencia el aislamiento creciente de Argel, en un entorno regional e internacional que empieza a entender que la estabilidad pasa por respaldar la integridad territorial marroquí, y no por fomentar proyectos separatistas de dudosa legitimidad y peligrosas implicaciones de seguridad.

Lahoucine Bekkar Sbaai, abogado en el Colegio de Abogados ante los Tribunales de Apelación de Agadir y El Aaiún, investigador en migración y derechos humanos y experto en el conflicto del Sáhara marroquí.

Traducción del árabe por: Abdessamad  Benyaich