¿Cuál es la situación actual de Francia en el Sahel?

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La salida militar de Mali se produjo el pasado 15 de agosto coincidiendo con la retirada hace un año de las tropas internacionales de Afganistán. Esta salida se produjo de la base de Gao desde donde las tropas francesas cruzaron a Níger.

Así y cumpliendo lo prometido por el presidente Macron, la fuerza Barkhane en Mali se ha retirado fuera del país, en menos de seis meses y después de 9 años de presencia militar.

Pero Francia no se retira del Sahel ni de la lucha contra el terrorismo por lo que ha reorganizado el dispositivo de la Operación Barkhane fuera del territorio maliense.
Lo que sí es evidente es que esta salida de Francia de Mali ha llevado al país a una mayor situación de inseguridad y también a Burkina Faso y al acceso a una mayor área de influencia de Rusia, que se ha convertido en un nuevo actor en la región.

El caso de Francia en Mali es similar al de EEUU en Afganistán donde después de años de intervención y de gasto tanto económico como militar y humano han demostrado ser incapaces de cumplir sus objetivos en materia de seguridad y de estabilización del pais.

A recordar que Francia no se ha marchado de África, sino que sigue comprometida con el Sahel desde su nueva posición en Níger y también está presente en el golfo de Guinea y en la región del lago Chad.

Sin embargo, el fracaso en la zona no es solo de Francia, sino también de los Estados que componen el Sahel que en la mayoría de los casos no son capaces de controlar gran parte de su territorio motivo por el que hemos visto en los últimos meses una sucesión de golpes de Estado ademas de en Mali en Chad, Guinea y otros países cercanos ante el descontento de la población por la continua situación de inseguridad.

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Francia se encuentra ahora en una situación distinta en el Sahel con su salida de Mali y su reposicionamiento en Níger para continuar la lucha contra el terrorismo yihadista. Desde Níger, Francia actuará por tierra y aire y hará uso de sus fuerzas especiales, con presencia destacada en la triple frontera.

Igualmente, deberá haber una mayor cooperación entre los países de la triple frontera: entre Burkina Faso, Mali y Níger para poder superar esta larga franja fronteriza con Mali. Con Níger, ya existe esta cooperación bilateral a través de la operación conjunta Taanli, una operación que se lleva a cabo regularmente cada seis meses. Y con Mali, Burkina Faso está viendo hasta qué punto puede obtener realmente cooperación bilateral después de la última reunión entre ambos países.

Otro actor importante en la zona es Argelia que podría desempeñar un papel importante en la solución del conflicto ofreciendo su experiencia, particularmente a través del diálogo con los grupos yihadistas.

Francia estará ahora en Chad y Níger, socios esenciales en esta área y como hicieron en Mali intensificarán sus esfuerzos para entrenar a sus fuerzas en la lucha contra el terrorismo.

Más allá del soporte operativo, ahora nos enfrentamos a una amenaza híbrida en el Sahel por lo que la cooperación de Francia con otros actores en África, que están en primera línea en esta lucha, también se centrará en acciones conjuntas en el campo de la información o la guerra cibernética.

Si Francia abandona Mali, es a petición de las nuevas autoridades malienses y siempre respetando la soberanía de dicho país, pero también recordando todo el trabajo realizado por Francia en estos 9 años en la lucha contra el terrorismo y el coste económico y humano que ha supuesto para ello.

El Sahel es un escenario muy complicado y el enfoque debe ser militar unido al no militar. En el ámbito militar hay que dar una mayor prioridad a las operaciones de inteligencia unidas a operaciones conjuntas con otros actores de la zona y hacerlo de forma coordinada.

Francia ha centrado su estrategia en el Sahel en el ámbito militar y en el caso de Mali ha apoyado a un presidente impopular como Keita y se ha opuesto a la nueva Junta que contaba con todo el apoyo de la población maliense.

Si hay alguna lección que hay que tener en cuenta es la necesidad de tener en cuenta a todos los actores implicados en la zona, la protección y la percepción de la población civil y las realidades locales, una lección que hasta ahora no parece haberse tenido en cuenta.

La estrategia en el Sahel pasaría por lo que se ha denominado la estrategia de las 3 D: Defensa, Diplomacia y Desarrollo. Si bien Francia en el ámbito de Defensa ha centrado todas sus capacidades ha fallado en el ámbito de la Diplomacia y del Desarrollo.

Francia ha entendido que es necesario cambiar el modelo de estrategia en el Sahel y que debe quedarse en el Sahel ya que la violencia que existe supone una grave amenaza a la seguridad, por los vínculos que existen con Francia y los intereses en la zona y por la reciente llegada de Rusia y Turquía.

Es por ello por lo que nos encontramos ante el fin de un ciclo que se debe gestionar con una nueva estrategia que conlleve un nuevo modelo de intervención en el que partiendo de las lecciones aprendidas se comience a trabajar de forma eficaz en el Sahel empezando por reconstruir a los Estados en todos sus ámbitos y no solo en el militar y dedicando una especial a la población civil y a la actuación en el ámbito local ya que de lo contrario será volver a cometer los mismos errores.

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