Tres conceptos claves en el discurso del Trono

<p>El rey Mohamed VI, dirige un discurso a su fiel pueblo con motivo del 25º aniversario del acceso del Soberano al Trono - PHOTO/MAP&nbsp;</p>
El rey Mohamed VI, dirige un discurso a su fiel pueblo con motivo del 25º aniversario del acceso del Soberano al Trono - PHOTO/MAP 
El discurso real con motivo del 25 aniversario del ascenso del Soberano al Trono, se ha estructurado en torno a tres ejes que afectan profundamente a los marroquíes, y que conciernen los logros realizados en materia de desarrollo y reformas políticas e institucionales, la problemática del agua y la situación en Oriente Próximo.
  1. 1. Identidad marroquí
  2. 2. Visión Real
  3. 3. Extremistas de ambos lados

Me gustaría señalar que, a nivel de estos tres ejes principales, el discurso de Su Majestad el Rey se caracterizó fuertemente por la producción y el uso de tres conceptos claves que, me parece, determinan el significado profundo del mensaje real.

1. Identidad marroquí

Antes de abordar los dos temas principales, la crisis del agua y la cuestión palestina, Su Majestad quiso dar gracias a Dios “por los muchos logros que hemos acumulado a lo largo de estos años y por los múltiples logros que hemos logrado en materia de reformas políticas e institucionales y en lo que respecta a la consolidación de la identidad marroquí”.

¿Cómo interpretar el hecho de que el discurso real inscribe “la consolidación de la identidad marroquí” en el marco de los logros realizados? “Primero hay que recordar que la identidad estatal-política de la nación marroquí como de cualquier otra nación, se define de forma inequívoca por su soberanía, su Constitución y su territorio, pero también existe el componente sociocultural de esta identidad, el sentimiento de pertenencia e identificación a esta alma marroquí construida y reconstruida a lo largo de un largo proceso histórico, como lo definió el rey Mohamed VI en su discurso del 13 de octubre de 2023 en el Parlamento con motivo de la apertura de la primera sesión del tercer año legislativo de la 11ª Legislatura: “Este drama (terremoto de Al Haouz) ofrece una enseñanza preciosa: los valores auténticos del alma marroquí han prevalecido”, dijo el Rey, explicando que estos valores han permitido a nuestro país superar las adversidades y las crisis al tiempo que nos permitieron ser aún más fuertes y decididos a continuar nuestro recorrido con confianza y optimismo.

“Este hermoso espíritu y este noble ideal nos habitan a todos porque representan, para nosotros, los fermentos de la unidad y la cohesión de la sociedad marroquí”, señaló. Así, la identidad marroquí cuya consolidación es valorada en el discurso del Trono, entre los muchos logros que hemos acumulado, constituye un reto crucial en el desarrollo sociopolítico del país, reforzando la legitimidad de las instituciones y la cohesión social.

Conviene aclarar que esta identidad nacional unificada se basa en principios fundadores que Su Majestad había recordado durante su discurso en el Parlamento en octubre pasado, y que se refieren en primer lugar a los valores religiosos y espirituales, abogando por la moderación y la apertura hacia el otro, la tolerancia y la convivencia interreligiosa e intercivilizada, en segundo lugar, los valores nacionales que forman la base de la nación marroquí y cuya Monarquía es la piedra angular, y, en tercer lugar, los valores de solidaridad y cohesión social.

Cabe señalar en este sentido que esta identidad nacional moldeada por el Estado se convierte en sí misma en una herramienta de fortalecimiento del Estado, lo que constituye verdaderamente un valioso logro consolidado conjuntamente por el Rey y el pueblo a lo largo de este último cuarto del siglo. 

2. Visión Real

Cuando Su Majestad el Rey insiste en el discurso del Trono sobre la urgencia de la situación hídrica en Marruecos, no es solo para describir una situación urgente que está empeorando, o para ordenar a las autoridades competentes la implementación de medidas urgentes e innovadoras para prevenir la escasez de agua, sino esencialmente para inscribir las políticas públicas correspondientes en la Visión Real, una visión estratégica voluntarista y ambiciosa.

Está claro que el discurso real tiene todo su sentido cuando se percibe en la acción, ya que es en la acción donde se manifiesta el ejercicio del poder real, y es en la acción comunicativa donde se concretiza la visión real, esta visión estratégica y absolutamente crucial en la gestión de la crisis hídrica que golpea al país, “de acuerdo con Nuestra Visión estratégica voluntaria y ambiciosa, llamamos a acelerar la realización de los grandes proyectos”. 

Ya se trate de los proyectos de transferencia de agua entre las cuencas hidráulicas, el tratamiento y la reutilización del agua, el desarrollo de una industria nacional de desalinización del agua, o la creación de cursos de formación de ingenieros y técnicos especializados, ya sean medidas relativas a la protección del dominio público hidráulico, la operacionalización de la policía del agua, la lucha contra el fenómeno de explotación abusiva y bombeo anárquico de aguas, todos estos proyectos y medidas deben encajar perfectamente en una visión estratégica, una visión real ambiciosa y voluntaria, que no tolera ninguna negligencia, ningún retraso, ninguna mala gestión, que vela por activar la coordinación y la coherencia entre la política hídrica y la política agrícola, que fomenta la innovación tecnológica y la explotación del potencial de energías limpias .

Esta visión estratégica, recordada y compartida por el Rey con la nación, tiene una gran importancia en la medida en que permite definir una dirección clara, movilizar a los actores y autoridades frente a la incertidumbre, anticipar los riesgos y coordinar las acciones.

3. Extremistas de ambos lados

En cuanto a la cuestión palestina, el discurso real recuerda que Marruecos se compromete de manera ejemplar y responsable con las ayudas alimentarias y médicas en Gaza, pero también en las iniciativas constructivas destinadas a encontrar soluciones prácticas para una solución definitiva al conflicto. 

De hecho, la diplomacia marroquí, bajo la sabia conducta de Su Majestad el Rey Mohamed VI, había reaccionado con claridad y firmeza tras los bombardeos por parte de las fuerzas israelíes del hospital “Al Maamadani”, instando a poner fin a las hostilidades, respetar el derecho internacional humanitario y trabajar para evitar que la región se hunda en una nueva escalada y nuevas tensiones, y cuando Marruecos, cuyo soberano preside el Comité Al-Qods, pide que los civiles no sean atacados, precisa con toda claridad y sinceridad que estén protegidos “por ambas partes”.

Es en el marco de este enfoque de honestidad intelectual y responsabilidad política que, cuando Su Majestad exige salir de la lógica de gestión de crisis a favor de la búsqueda de una solución definitiva a este conflicto, inscribe esta salida en una óptica que, paralelamente al cese urgente de las hostilidades en Gaza, exige la apertura de un horizonte político susceptible de establecer una paz justa y duradera, en el marco de la solución de dos Estados. Pero que también impone, para resucitar el proceso de paz entre las partes palestina e israelí, “cerrar el paso a los extremistas de ambos lados”.

Un teorema basado en el sentido común geométrico que exige que, tanto en un círculo como en política, los extremos se tocan. En todo el mundo, los extremistas perpetúan los conflictos, fomentan la violencia y dificultan la búsqueda de soluciones negociadas. Las posiciones radicales religiosas e ideológicas de estos extremistas, obstaculizan las negociaciones y los compromisos necesarios para resolver los conflictos de forma pacífica y duradera. En la perspectiva real, los extremistas, independientemente de su origen, son un verdadero obstáculo para la paz en Oriente Medio, porque alimentan el conflicto en lugar de buscar su solución.

Cuando el discurso real nombra las cosas sabiamente, no sólo permite una mejor comprensión del conflicto, sino que ayuda a encontrarle una solución duradera. Nombrar mal las cosas, decía Albert Camus, es añadir desgracia al mundo.