Las ciudades del Sahel pueden desbloquear el crecimiento económico y abordar los desafíos migratorios de Europa

Nuakchot, Mauritania
Nuakchot, Mauritania
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha defendido durante mucho tiempo la mejora del clima empresarial como piedra angular para transformar las economías del Sahel

Esta estrategia hace hincapié en la creación de un entorno en el que el sector privado pueda prosperar eliminando las barreras a la inversión, fomentando la competencia y mejorando la previsibilidad del mercado. Un clima empresarial sólido atrae tanto a inversores nacionales como extranjeros, impulsa la innovación y apoya el espíritu empresarial. 

Para el Sahel, donde los déficits de gobernanza, la infraestructura inadecuada y las ineficiencias burocráticas obstaculizan el crecimiento del sector privado, este enfoque es indispensable para la creación de empleo, la diversificación económica y la prosperidad a largo plazo.

Sin embargo, a menudo se pasa por alto un matiz crítico: las empresas no invierten en países, invierten en ciudades. Esta distinción es fundamental, ya que expone una brecha entre las iniciativas de infraestructura nacional y las inversiones localizadas necesarias para desbloquear el potencial de las ciudades del Sahel.

Los centros urbanos son los motores del crecimiento económico. Son centros donde el talento, los recursos y la infraestructura convergen para reducir los costos, fomentar la innovación y atraer la inversión. En el Sahel, ciudades como Nouakchott, Bamako y Niamey a menudo se ven eclipsadas por proyectos a escala nacional y crónicamente subfinanciadas. 

Estos centros urbanos también enfrentan inmensos desafíos demográficos. El rápido crecimiento de la población está poniendo a prueba los recursos, la infraestructura y los servicios ya limitados, convirtiendo a las ciudades en puntos calientes de desempleo e inestabilidad. Sin embargo, este aumento demográfico también presenta una oportunidad: con las inversiones adecuadas, las ciudades pueden convertirse en catalizadores de la transformación económica.

Los responsables políticos en el Sahel deben adoptar una perspectiva geoeconómica, posicionando el desarrollo urbano como una solución a los desafíos regionales y globales, especialmente a la migración. Las ciudades pueden servir como nodos estratégicos dentro del panorama económico y de seguridad global, estabilizando a las poblaciones y creando oportunidades económicas.

Este enfoque se alinea estrechamente con las prioridades europeas, ofreciendo un sólido caso de asociaciones y apoyo financiero destinado a mejorar el potencial económico de las ciudades del Sahel.

Para Europa, la inversión urbana representa una respuesta pragmática a las preocupaciones migratorias. Los recursos financieros europeos dirigidos a iniciativas urbanas, como viviendas asequibles, programas de desarrollo de habilidades y sistemas de transporte, podrían reducir las presiones migratorias al tiempo que fomentan la estabilidad económica. 

Al centrarse en las ciudades, donde a menudo se toman decisiones migratorias, Europa y el Sahel pueden crear una asociación mutuamente beneficiosa: Europa aborda sus desafíos migratorios y el Sahel desbloquea la promesa económica de sus ciudades.

Alinear las políticas nacionales con las realidades urbanas es esencial, ya que lo que está en juego no podría ser más alto. La rápida urbanización en el Sahel está impulsando una demanda sin precedentes de vivienda, empleo y servicios. 

Abordar estas necesidades urbanas requiere un enfoque estratégico que canalice los recursos hacia donde puedan tener el mayor impacto. No actuar corre el riesgo de perpetuar los ciclos de pobreza, inestabilidad y migración. Por el contrario, reconocer la importancia estratégica de las ciudades ofrece una oportunidad para redefinir el futuro económico de la región.

El camino a seguir es claro: centrarse en las ciudades como impulsores clave del crecimiento mientras se alinean las estrategias nacionales con las necesidades locales. Este enfoque sigue las mejores prácticas globales, ofreciendo una hoja de ruta práctica para atraer inversiones, fomentar la innovación y mejorar las vidas. 

Para el Sahel, mejorar el clima empresarial no se trata solo de reformas nacionales, sino de desbloquear el potencial transformador de sus ciudades.

Mohamed Filali, experto en economía mundial y fundador y director general de Jurisfiscal

Articulo publicado en BBN Times