Idlib, refugiados y yihadismo

Refugiados en la frontera entre Turquía y Grecia

Parece que todos los elementos que se tenían que dar se han dado y que todo lo que podía salir mal ha salido mal en la región siria de Idlib. La situación actual en la frontera entre Turquía y Siria es trágica, y es ya el mayor desplazamiento de personas por causa de la guerra civil desde que empezara ésta hace 9 años, haciéndonos prever una crisis humanitaria de dimensiones todavía difíciles de saber.

Vamos a ver 5 actores principales que han desencadenado una situación compleja y a todas luces dramática y desesperada;

Por un lado, Al-Asad y su régimen que presiona con su ejército y el respaldo de Rusia y milicias chiitas a la región de Idlib, alegando que es terreno fecundo de yihadistas, aunque entre las verdaderas razones de esta presión militar se encuentran la recuperación de un terreno que perdió en su lucha con los grupos opositores y también el control de una región históricamente de mayoría sunní. La impunidad con la que actúa el gobierno sirio está dando alas a este régimen para cometer barbaridades como la de atacar entre otros escuelas y hospitales (ya han cerrado 80 hospitales por los daños y el peligro de permanecer allí) y persiguiendo y encarcelando a muchos de los refugiados que quieren volver al país.

A continuación, tenemos Turquía, que con 3.6 millones de migrantes/refugiados dentro de sus fronteras teme una nueva ola de sirios dirigiéndose a su territorio en su huida de la guerra. El presidente Erdogan dio un ultimátum a Siria para que retirase sus tropas hacia el Este, liberando la autopista M5 que une Alepo y Damasco, lo que supondría un desahogo muy importante para los refugiados ya que con esta situación dejarían de estar completamente estrangulados por Siria. Como hemos podido ver estos últimos días, Turquía continúa sus operaciones militares contra el régimen sirio para conseguir "liberar" la región de Idlib de la presión militar del régimen de Assad y evitar así el ya comentado movimiento de refugiados sirios hacia sus fronteras.

En cuanto al tercer actor, los refugiados, Naciones Unidas estima que son unos 900.000 los desplazados de Idlib, y que en su mayoría son mujeres y niños, sumando a la cifra anterior 11.000 desplazados diarios a la situación de refugiados en la frontera con Turquía. Se ha sumado a esta situación el duro invierno y el cierre de fronteras por parte de los turcos que alegan que no pueden ya soportar la presión migratoria en esa región del país. 

Esta es ya la peor crisis humanitaria desde que comenzó el conflicto sirio. La lluvia y la nieve son continuas en estas fechas y se calcula que hay ahora mismo unas 20.000 personas que no tienen siquiera un techo para guarecerse. Ya han muerto muchos refugiados (muchos niños) por las duras condiciones invernales que mantienen en la frontera turca y lo peor parece que está por venir. Hay que sumar a esto que Turquía está utilizando a los refugiados sirios como manera desesperada de presión a Europa, abriendo su frontera occidental a los migrantes que quieran pasar a Grecia. La ya tensa situación en Grecia con este tema está llevando a este país al límite del cumplimiento de los Derechos Humanos, haciéndonos asistir en los últimos días a imágenes y situaciones con respecto al trato a los migrantes que no son propias de un país europeo…ni del resto del planeta.

La presencia de grupos e individuos yihadistas (principalmente el grupo vinculado a al-Qaeda Hayat Tahrir al-Sham y las Brigadas de Suqour al-Sham) para los que esta región se ha convertido en un santuario, es uno de los actores más relevantes y quizás menos nombrados de esta crisis. La presencia de estos elementos en la zona de Idlib ha supuesto, por un lado, el bloqueo de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al intentar estos últimos en diciembre de 2019 aumentar la ayuda humanitaria a esta región abriendo nuevas rutas para ello, pero alegando rusos y chinos que estas nuevas rutas facilitarían la vida y posibles operaciones a los yihadistas que quedan allí. Por otro lado, la comunidad internacional no sabe muy bien cómo actuar antes este problema yihadista, ya que plantea el vacío legal de como repatriar a estos combatientes que no han conseguido volver a sus países después de combatir en Siria y han quedado en esta región, por lo que parece que la táctica es esperar que mueran en los combates entre las partes enfrentadas y no tener que lidiar así con este asunto.

Rusia por otra parte sabe de la inestabilidad y fuente de enfrentamientos que supone para Europa el tema de los refugiados, teniendo en cuenta la crisis de refugiados de 2015 que propició en parte la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), le interesa a los rusos mantener la presión sobre Turquía, y que éste la traslade a Europa. Rusia es especialista (inventor) de las amenazas híbridas y no va a dudar en usar esta situación a largo plazo para el desgaste de los socios europeos. 

JANE`S CONFLICT MONITOR. BBC.COM

A pesar de asistir a una crisis humanitaria cuyas consecuencias todavía no se han dejado ver por completo, pero que supone ya el mayor desplazamiento de personas por causas de la guerra desde que comenzó este conflicto en Siria, la comunidad internacional no toma cartas en el asunto. El Coronavirus está eclipsando una situación que se complica por horas. Existe la posibilidad de que esta situación quede como un “Conflicto Congelado” que podría reactivarse en cuestión de días, semanas o meses, o lo que es peor, que este conflicto y crisis humanitaria permanente se fije como “la nueva normalidad” y sentemos un peligroso precedente para otros regímenes que quieran transgredir las normas básicas de la guerra y de los derechos humanos a su antojo.

Turquía por otra parte “presiona” a Europa para que se involucre, y lo hace con el arma de la migración, acusando a los europeos de no involucrarse en la situación. Ya nos ha dado una muestra de lo que sería capaz con la apertura parcial de sus fronteras en las que algunos miles de refugiados han intentado entrar en Grecia. No hay que olvidar que Europa paga religiosamente grandes sumas de dinero a los otomanos para que no dejen entrar a mas migrantes a la UE, por lo que podemos decir que Turquía no está cumpliendo con los acuerdos establecidos y no debemos entrar en ese juego tan peligroso que es el de las amenazas, y menos cuando se trata de vidas humanas lo que está en juego.

Las soluciones a un conflicto en el que de una manera u otra intervienen 70 países diferentes son de principio complicadas, pero desde luego no imposibles, a corto plazo es fundamental un alto el fuego permanente y la entrada de ayuda humanitaria urgente. Al eliminar la posibilidad de actuación de la ONU por el veto chino o ruso la única opción que queda de actuación parece ser el tan deseado tándem de Unión Europea y OTAN (poder blando/poder duro), que actuarían bajo el paraguas de misión humanitaria liderando la UE la misión y siendo la OTAN la protección necesaria contra las operaciones militares sirias. Esta solución que parece ideal tendría que sortear varios problemas y sobre todo recibir el apoyo de Estados Unidos (por el rol que adquiriría la OTAN).

También que Estados Unidos se involucre mas en esta crisis es muy necesario, porque junto a unos pocos países europeos son los únicos Estados con suficiente peso político y militar con poder para parar esta situación. Europa debería recordar la crisis migratoria de 2015 que fue en mayor medida producida por los refugiados sirios y afganos y tomar cartas en el asunto para evitar una segunda parte de este episodio tan trágico y que fue (y sigue siendo) tan negativo para las relaciones entre Estados europeos.

Occidente debe de poner en marcha un plan para los refugiados mucho más ambicioso del actual, aportando a Turquía, Líbano y Jordania, que son los que tienen más refugiados sirios dentro de sus fronteras ayuda para que los desplazados sirios que ya no puedan volver no se conviertan en una carga para estos Estados y tengan la capacidad de acoger más en caso de crisis humanitarias como la actual. Y muy importante es también que la Comunidad Internacional tome acción penal contra los responsables de estas atrocidades y la impunidad no sea otra “nueva normalidad” como ya indicamos más arriba y otros regímenes o gobiernos den por hecho que pueden actuar y decidir sobre la vida de sus ciudadanos.

De una forma u otra parece que la complejidad del conflicto no permite a Occidente actuar al igual que ha pasado en los 9 años que llevamos ya de guerra civil en Siria, pero esta crisis humanitaria a las puertas de Europa demanda de la actuación urgente de la UE y OTAN.