Opinión

Las elecciones en Andalucía vistas desde el Magreb

photo_camera Aziz Akhannouch and Alberto Núñez Feijóo

Las elecciones autonómicas en Andalucía han sido seguidas con mucha atención desde las capitales del Magreb. Por razones diferentes ligadas a las coyunturas bilaterales y a la situación de cada país, Rabat, Argel o Túnez, han seguido paso a paso las campañas electorales, las posiciones de cada partido en liza y el resultado final de los comicios. 

Argelia

Grosso modo, si Argel no oculta su satisfacción por “el castigo” infringido por los electores al Partido socialista andaluz directamente y al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez de manera indirecta, en las otras capitales se muestran más cautos. 

Desde los círculos gubernamentales argelinos se ha llegado a decir que “el problema de Argelia no es con el PSOE, sino con Pedro Sánchez”, algo que no se sostiene, porque el presidente del Gobierno es el secretario general del PSOE y sus decisiones, que no han sido bien vistas en Argel, lo son del Gobierno de España y del Partido Socialista que lo dirige. La situación en Andalucía y el resultado arrollador de las elecciones con el triunfo por mayoría absoluta del Partido Popular no afectan directamente a las relaciones entre España y Argelia, pero todos los partidos que han concurrido a los comicios, salvo el PSOE andaluz, habían criticado el fondo y la forma en que el presidente Sánchez tomó la decisión de apoyar la propuesta marroquí de autonomía como solución al contencioso del Sáhara Occidental. Con lo cual, aunque no tenga nada que ver, Argel está convencido de que lo ocurrido el 19-J en Andalucía “es un castigo” al Gobierno español. De ahí la euforia contenida del Gobierno de la presidente Abdelmadjid Tebboune.

Marruecos

La actitud de Marruecos ha sido más cauta. Aunque en la reunión celebrada a comienzos de junio en Rotterdam entre el líder del Partido Popular Alberto Núñez Feijoo y el jefe de Gobierno marroquí Aziz Akhannouch no se cuestionó el fondo de la decisión política tomada por el presidente Sánchez, aunque sí la forma “pues se debería haber hecho con mayor consenso”, Rabat sabe que un hipotético Gobierno del Partido Popular en las próximas elecciones legislativas mantendría “las relaciones estratégicas con Marruecos, basadas en la amistad y la cooperación en todos los terrenos”. Es más, desde Marruecos se espera que el próximo Gobierno autonómico andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla ahonde las relaciones con Marruecos cada vez más diversificadas; y verían con muy buenos ojos que el primer viaje internacional del presidente Moreno sea a Marruecos, donde le recibirían con gran pompa. Pero también Rabat sabe que “la decisión histórica” de apoyar la propuesta marroquí de autonomía del Sáhara, ha sido obra de Pedro Sánchez, respaldado y presionado por la Casa Blanca como “condición sui generis” para que tenga lugar la cumbre presencial de la OTAN en España, con el consiguiente espaldarazo internacional al presidente español. Y, por ello, Marruecos no hará nada para entorpecer los planes del Gobierno español para acabar la legislatura. Rabat también sabe que la presencia de un grupo de empresarios españoles en la próxima reunión del Foro económico en Dajla, la antigua Villa Cisneros, se hace con el apoyo implícito del Ejecutivo. 

Túnez

Desde las otras capitales del Magreb, como Túnez, Nuakchot o Trípoli, las elecciones andaluzas dan más confianza para que se intensifiquen las relaciones económicas, comerciales y las inversiones, que es el objetivo principal de sus Gobiernos en las relaciones con España como país, y con las diferentes autonomías, Cataluña, País Vasco y Andalucía principalmente.