Las consecuencias devastadoras de una Guerra Nuclear y la necesidad esencial de la Justicia Absoluta (III)

(Extractos del discurso de Su Santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad, el Quinto Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía pronunciado el 24 de marzo de 2012 en la Mezquita Baitul Futuh de Londres con motivo del IX Simposio Anual por la Paz. Ver la entrega anterior)
Nosotros, miembros de la Comunidad Musulmana Ahmadía, intentamos hacer todo lo posible para salvar al mundo y a la humanidad de la destrucción, porque en los tiempos actuales hemos aceptado al Imam de la época, que fue enviado por Dios como el Mesías Prometido (as) y siervo del Santo Profeta Muhammad (lpbD), enviado como una misericordia para toda la humanidad.
Puesto que somos seguidores de las enseñanzas del Santo Profeta Muhammat (lpbD) sentimos un inmenso dolor y angustia en nuestros corazones por el estado del mundo. Es este dolor el que nos empuja y hace que nos esforcemos en tratar de salvar a la humanidad de la destrucción y el sufrimiento. Por eso, yo, y todos los demás musulmanes áhmadis tratamos de cumplir con nuestras responsabilidades morales encaminadas a buscar conseguir la paz en el mundo.
Una forma con la que he intentado promover la paz ha sido a través de una serie de cartas que he escrito a determinados líderes mundiales. Hace unos meses, envié una carta al Papa Benedicto XVI, que le fue entregada en persona por uno de nuestros fieles en representación mía. En la carta le dije que, como líder de la mayor denominación religiosa del mundo, debería esforzarse especialmente en pro del establecimiento de la paz.
En la misma línea, más recientemente, y tras observar las hostilidades entre Irán e Israel escalaban a un nivel muy peligroso, envié otra carta al Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, así como al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en la que les aconsejaba abandonar toda precipitación e imprudencia a la hora de tomar decisiones, por el bien de la humanidad.
También he escrito hace poco al presidente Barack Obama y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, pidiendo a ambos que cumplan con sus roles y responsabilidades en pro del desarrollo de la paz y la armonía en el mundo. También tengo en mi agenda escribir y advertir a otros Jefes de Estado y líderes en un futuro próximo.
Yo no sé si se dará algún valor o importancia a mis cartas por parte de los diversos líderes a los que he escrito, pero cualquiera que sea su reacción, he intentado por mi parte, como Jalifa y líder espiritual de millones de musulmanes áhmadis en todo el mundo, expresar mis sentimientos y emociones sobre el peligroso estado de las cosas.
Dejo claro que no he expresado estos sentimientos a causa de ningún temor personal; al contrario, me motiva un amor sincero por la humanidad. Este amor por la humanidad ha sido desarrollado e inculcado en todos los verdaderos musulmanes gracias a las enseñanzas del Santo Profeta Muhammad (lpbD) que, como ya he mencionado, fue enviado como señal de misericordia y compasión para toda la humanidad.
Es muy probable que ustedes se extrañen e incluso se sorprendan al escuchar que nuestro amor por la humanidad es el resultado directo de las enseñanzas del Santo Profeta (lpbD). La pregunta que puede surgir en sus mentes, es ¿por qué entonces hay grupos terroristas musulmanes que están matando a personas inocentes, o por qué hay gobiernos musulmanes que, con el fin de proteger su posición de poder, ordenan asesinatos en masa de ciudadanos civiles? He de dejar claro que estos actos malvados son completamente contrarios a las verdaderas enseñanzas del Islam. El Sagrado Corán no permite, bajo ninguna circunstancia, el extremismo o el terrorismo.
En esta época, de acuerdo con nuestras creencias, Dios Todopoderoso ha enviado al Fundador de la Yama’at Ahmadía del Islam, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadian (lpD) como el Mesías Prometido e Imam Al Mahdi, en completa sumisión al Santo Profeta Muhammad (lpbD). El Mesías Prometido (lpD) fue enviado para propagar las enseñanzas reales y verdaderas del Islam y del Corán. Fue enviado para restablecer el vínculo entre el hombre y Dios Todopoderoso. Fue enviado para identificar y reconocer los derechos que el hombre tiene con el hombre. Fue enviado para poner fin a todas las formas de guerra religiosa. Fue enviado para restablecer el respeto, la dignidad y el honor de cada Fundador y de todos los Profetas de todas las religiones. Fue enviado para llamar la atención sobre la necesidad de que incorporemos los más altos estándares de valores morales y para establecer la paz, el amor, la compasión y la fraternidad en todo el mundo.
Si vais a cualquier parte del mundo, encontraréis estas mismas cualidades integradas en todos los verdaderos musulmanes áhmadis. Para nosotros, ni los terroristas, ni los extremistas, ni los crueles dictadores musulmanes ni tampoco las potencias occidentales son ejemplos a seguir. El ejemplo que seguimos es el del Fundador del Islam, el Santo Profeta Muhammad (lpbD) y nuestro principio rector es el Sagrado Corán.
A partir de este Simposio por la Paz, envío el mensaje a todo el mundo, de que las enseñanzas del Islam son enseñanzas de amor, compasión, bondad y paz.
Desafortunadamente, una pequeña minoría de musulmanes presenta una imagen totalmente distorsionada del Islam y actúa conforme a sus creencias equivocadas. Yo les digo a todos ustedes que no deben creer, en absoluto, que este sea el verdadero Islam y les pido que eviten utilizar tales actos erróneos como licencia para herir los sentimientos de la mayoría pacífica de los musulmanes o para convertirlos en blanco de la crueldad.
El Sagrado Corán es el libro más santo y sagrado para los musulmanes y por ello emplear un lenguaje insultante u obsceno, o quemarlo, sin duda daña gravemente sus sentimientos. Ya hemos visto cómo cuando esto sucede, a menudo provoca una reacción totalmente equivocada e inadecuada por parte de los extremistas. Recientemente hemos oído hablar de dos incidentes en Afganistán, donde algunos soldados estadounidenses faltaron el respeto al Santo Corán, y mataron en sus casas a mujeres y niños inocentes. Del mismo modo, una persona sin piedad mató a tiros a unos soldados franceses en el sur de Francia sin mediar ningún motivo, y a continuación, algunos días después, entró en una escuela y mató a tres inocentes niños judíos y a uno de sus maestros.
Nos parece que este comportamiento es totalmente errado y no puede conducir a la paz. También vemos que similares crueldades suceden con regularidad en el Pakistán y en otros lugares, y todos estos actos dan alas a los opositores del Islam para dar rienda suelta a su odio, y encuentran el pretexto que buscan para alcanzar sus objetivos a gran escala. Estos actos de barbarie llevados a cabo a pequeña escala no acontecen debido a enemistades personales o rencores, sino que son, en realidad, el resultado de políticas injustas adoptadas por algunos gobiernos, tanto en el interior de sus países como a nivel internacional.
Para que se establezca la paz en el mundo, es esencial que las normas de la justicia se implementen a todos los niveles y en todos los países del mundo. El Sagrado Corán considera que el asesinato de una persona inocente sin motivo equivale a matar a toda la humanidad.
Así, una vez más, como musulmán, quiero dejar absolutamente claro que el Islam no permite la crueldad ni la opresión de cualquier tipo, manera o forma. Se trata de un mandamiento que es absoluto y sin excepción. El Corán declara además que, incluso si un país o un pueblo os consideran sus enemigos, no por ello debéis dejar de actuar de manera justa y equitativa cuando os relacionéis con ellos. No permite que las enemistades o las rivalidades os conduzcan a la venganza, o a actuar de manera desproporcionada.
Otro mandamiento importante que nos ha dado el Santo Corán es que la riqueza y los recursos de los demás no deben ser contemplados con envidia o codicia.
He mencionado sólo unos pocos puntos, pero son de tal naturaleza que tienen una importancia crucial, pues asientan las bases que permiten construir la paz y la justicia en la sociedad, y en el mundo en su conjunto. Rezo para que el mundo preste atención a estas cuestiones clave; para que podamos ser salvados de la destrucción del mundo a la que nos conducen los injustos y los falsos. Quisiera aprovechar esta oportunidad para pedir disculpas por haberles hablado durante tanto tiempo, pero lo cierto es que el tema de cómo construir la paz en el mundo tiene gran importancia. El tiempo se nos agota, y antes de que sea demasiado tarde, debemos prestar atención a las necesidades del momento.
Por último, me gustaría expresar una vez más mi gratitud a todos ustedes desde el fondo de mi corazón, ya que al acudir a este acto han mostrado su amor, afecto y fraternidad.
Muchas gracias.
(lpbD) – que la paz y las bendiciones de Dios sean con él.
(lpD) – que la paz sea con él.