Madrid albergó la cumbre Africa-Spain Cooperation Summit con el objetivo de seguir reforzando lazos entre España y Europa y el continente africano de cara a aprovechar las grandes oportunidades económicas y de inversión que ofrece África.
En este sentido, Atalayar habló con Pere Navarro, responsable de la compañía Zona Franca de Barcelona, para analizar este asunto y para poner de relieve la gran relevancia de la relación entre España y África, en concreto Marruecos, y las grandes posibilidades que tiene la región mediterránea.
Uno de los objetivos del consorcio de la Zona Franca de Barcelona que usted dirige es atraer a empresas nacionales e internacionales, sobre todo de industria 4.0. ¿Qué posibilidades ofrece esta Cumbre África-España de cara a este objetivo?
Nosotros estamos trabajando mucho en el tema de la industria 4.0, que es la sensórica, la robótica, la inteligencia artificial, Internet de las Cosas, impresión 3D, todo lo que significa esta nueva forma de fabricar. Estas tecnologías o la industria ya no es algo que suceda en un lugar concreto del territorio, sino que estamos trabajando de un mundo con un mercado global. Y, en este sentido, esta Cumbre de España y África para nosotros es muy útil, porque no tenemos que olvidar que África es nuestro vecino más próximo del sur y que, por lo tanto, además de la proximidad geográfica, nosotros queremos plantear también una proximidad mental y una proximidad económica.
Desde la colaboración mutua, desde las ganas de cooperar con un mundo que está creciendo de una manera muy rápida, relacionado con la nueva economía en muchos países de África. Y, por tanto, esta cumbre significa también un lugar de encuentro y un lugar de creación de nuevas oportunidades.
Usted ha mantenido contactos con los responsables de Tánger Med, con la Cámara de Comercio de la región de Tánger, Tetuán y Alhucemas y ha establecido como objetivo la creación de una plataforma de zonas francas del Mediterráneo. ¿Cree que tanto España como Marruecos, como puerta de entrada Europa y África respectivamente, tienen un papel fundamental en el desarrollo de las relaciones comerciales entre ambos continentes?
Es evidente, nosotros estamos hablando de que la distancia entre Europa y África son los 13 kilómetros que nos separan en el estrecho de Gibraltar y los dos países que configuran esta distancia son justamente España y Marruecos. Y, por lo tanto, la colaboración con Marruecos, la colaboración con las nuevas infraestructuras que se están creando, como por ejemplo Tánger Med o la colaboración con la red de zonas francas no solo en Marruecos, sino también en el Mediterráneo y, sobre todo, también en África es fundamental para nosotros.
¿Por qué?
Porque igual que nuestra prioridad territorial se basa en el Mediterráneo, también se basa en nuestra relación con el otro lado del Atlántico, con América, especialmente con América Latina. Entonces este triángulo realmente es muy interesante. Es muy interesante porque, por un lado, está la proximidad geográfica, y, por otro lado, está la proximidad cultural de una historia de muchos años, pero sobre todo también está la capacidad de generar nuevas oportunidades a través de estas nuevas tecnologías, de esta nueva economía.

Por último, ¿cómo valora la iniciativa Focus África 2023 emprendida por el Gobierno español para el desarrollo de las relaciones comerciales con este continente?
Yo veo al Gobierno español realmente muy volcado en la capacidad de liderar, digamos, relaciones internacionales. Estamos en el semestre de presidencia española de la Unión Europea y esto es muy importante porque esto marca un camino para el conjunto de Europa, para el conjunto de países de Europa en relación con los vecinos del sur y en relación con el conjunto del mundo. Y, por tanto, estas iniciativas creadas por el Gobierno de España, porque también tienen una dimensión continental, son interesantes porque lo que viene de África, desgraciadamente, no tiene que ser solo los inmigrantes que viven una situación dramática y muchas veces trágica, sino que los gobiernos, en primer lugar, y la sociedad en su conjunto tienen que trabajar para hacer que estos países puedan desarrollar oportunidades para que exista esta industrialización, que exista esta aplicación de estas nuevas economías, de esta nueva industria y para que el mar Mediterráneo, en definitiva, sea un mar, como ha sido muchas veces, de intercambio cultural y no un mar, digamos, desgraciadamente, que ha sido una frontera infranqueable para muchas personas. Por tanto, vamos a construir estos puentes de relación y que sean sólidos.