Arabia Saudí recorta por tercera vez su producción de petróleo tras un nuevo acuerdo con la OPEP+
Arabia Saudí repite la jugada. El mayor exportador del mundo y líder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) ha anunciado una nueva reducción de la producción de petróleo en un millón de barriles por día. A partir de julio, cuando se implementará la medida, Riad pasará de suministrar 9 millones de barriles diarios, frente a los 10 que bombea en la actualidad. La cifra supone el 1% de la producción global de oro negro y cerca del 10% del reino, los recortes más drásticos en años.
Es la tercera vez que la alianza recorta de forma drástica la producción de petróleo. Lo hizo en octubre de 2022 con un descenso de 2 millones de barriles diarios, y el pasado abril con otros 1,66. Pero ni uno ni otro han cumplido con el objetivo de alcanzar la cota máxima de 80 dólares y conseguir así la tan determinante “estabilización del mercado”, es decir, que la demanda no supere la oferta. Hasta el momento, el precio del petróleo ha repuntado un 2%, hasta los 77,61 dólares.
La urgencia ha sido determinante. Los precios del petróleo son dominantes para la matriz energética mundial, pero también para la propia salud económica de Riad. De ahí a que la principal medida sea cortar el grifo en un millón de barriles por día. El resto de los miembros de la alianza se limitó a extender los recortes de la producción anteriores hasta finales de 2024.
Tomadas las medidas tras una reunión en Viena, el ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdulaziz bin Salman, recordó en una rueda de prensa que la OPEP+ “hará todo lo que sea necesario para devolver la estabilidad al mercado”. Los propósitos del delegado saudí dejaron clara la posibilidad de un recorte adicional y “voluntario” a los que ya se han implementado. La reacción de Occidente a la medida está por llegar.
Petróleo: la cuerda floja entre EEUU y Arabia Saudí
El Brent es la referencia en Europa con una cotización de 76 dólares por barril, mientras que el marcador estadounidense WTI hace lo propio con 71. El precio queda lejos de los niveles alcanzados en marzo de 2022, al inicio de la invasión de Ucrania, cuando llegaron a 140 dólares por barriles, pero el recorte de la oferta del cártel petrolero dificulta y mucho la lucha de los países occidentales contra la inflación y la recesión.
La administración de Joe Biden ha sido muy crítica con las dos reducciones anteriores de la OPEP+, por las que Washington se vio obligada a tomar ayuda de la Reserva Estratégica de Petróleo. Un as sobre la manga a la que Estados Unidos ha recurrido varias veces desde finales de 2021 para reducir los precios de esta materia prima en el país. Pero el pozo recurrente de Biden no es infinito, y eso lo sabe Arabia Saudí. Revés de la congelada relación entre los dos países durante los últimos años.
Ucrania, de nuevo, el centro geopolítico
En las críticas de los estadounidenses a los saudíes por la reducción de petróleo, se enmarca el argumento de que este cierre de grifo sólo beneficia a Rusia, el invasor del país soberano ucraniano. Y eso es cierto; los recortes lo sufren tanto Ucrania como los aliados occidentales de los que depende con la subida del petróleo en el mercado mientras hacen frente a una inflación galopante. La segunda razón es que Rusia, como miembro de la OPEP+, también embolsa grandes cantidades de dinero que invierte en su principal dolor de cabeza: la guerra.
Sin embargo, la política de Arabia Saudí no es tan férrea como señalan desde Estados Unidos. Además de los paquetes de ayuda que Riad ha ensamblado con destino Kiev, Zelenski ha sido el principal protagonista de la última cumbre de la Liga Árabe celebrada en Yeda. Es una determinación diplomática que, según la parte saudí, contradice las acusaciones prorrusas vertidas desde Estados Unidos. En cualquier caso, Rusia no ha contradicho la medida de Riad.
