Los productores árabes más Azerbaiyán aprovechan los mecanismos de desconexión energética de Rusia puestos en marcha por Bruselas. Nuevos actores tratarán de rentabilizar la situación en 2023

Argelia, Qatar y Egipto: los tres países árabes que sacan partido de la crisis energética de Europa

REUTERS/MAXIM SHEMETOV - El logotipo del proyecto de gasoducto Nord Stream 2 se ve en una tubería en la planta de laminación de tubos de ChelPipe Group en Chelyabinsk, Rusia

Rusia suministraba el 40% de las importaciones de gas de Europa antes del fatídico 24 de febrero de 2022. La invasión rusa de Ucrania, diseñada por el Kremlin, rompió la baraja energética que había sostenido durante décadas las relaciones continentales. A partir de ese momento, Bruselas puso en marcha un mecanismo exprés para encontrar fuentes alternativas de gas. La desconexión energética de Moscú pasaba de ser una tarea pendiente a una necesidad apremiante para los socios comunitarios. 

Las sanciones occidentales contra Rusia por su campaña militar en Ucrania forzaron al Kremlin a tomar represalias en forma de cortes intermitentes de los flujos de gas y bloqueos periódicos de los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Moscú quiso convertir la energía en una herramienta de presión para influir en la toma de decisiones comunitaria, una estrategia que desactivaron los Veintisiete gracias, entre otras cuestiones, a la aparición en escena de otros productores con capacidad de sustituir, al menos de forma parcial, las exportaciones de gas ruso

Tres países árabes han surgido como una alternativa viable en un contexto delicado para Europa. Los presagios a las puertas del invierno eran poco halagüeños. La débil situación energética, sumada a la crisis económica, puso seriamente en peligro la estabilidad interna de los Estados miembros y, sobre todo, el apoyo de las capitales europeas a la defensa de Ucrania. Pero una tríada de países árabes amortiguó el golpe y aprovecharon la ocasión para ganar peso e influencia en la capital comunitaria: Argelia, Qatar y Egipto. 

Esta foto de archivo sin fecha muestra un buque cisterna de gas natural licuado (GNL) qatarí siendo cargado con GNL en el puerto marítimo de Raslaffans, al norte de Qatar PHOTO/AP
Argelia, una oportunidad de oro 

Las exportaciones de gas del país magrebí alcanzaron niveles récord en 2022: hasta 56.000 millones de metros cúbicos. El convulso escenario europeo consiguió revertir la tendencia a la baja de los últimos años y mitigar la crisis socioeconómica que venía tensionando las instituciones argelinas desde antes incluso del estallido del Hirak en 2019, las protestas para tumbar el régimen. El alza de los precios de la energía engrosó el volumen de ganancias, que superó los 50.000 millones de dólares solo en el último año, según las cifras oficiales. 

Argelia no cuenta con las mayores reservas energéticas de África ni es el principal productor de gas, pero es el principal exportador. Su proximidad y conexiones con Europa le convirtieron en el socio preferente de los socios comunitarios. Los principales líderes europeos desfilaron por Argel para ganarse los favores de la plana mayor argelina. El ex primer ministro italiano Mario Draghi, el presidente francés Emmanuel Macron o el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, negociaron las condiciones con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune. 

La petrolera estatal argelina Sonatrach sacó partido de la situación y, tras revisar sus contratos con la italiana Eni, la francesa Total y la española Naturgy, ingresó entre 4.000 y 5.000 millones de euros adicionales. En este último caso, Argel tomó represalias diplomáticas con Madrid tras la decisión del Gobierno de España de alinearse con la tesis marroquí para el Sáhara Occidental. El presidente Pedro Sánchez dio un giro de 180 grados sobre la cuestión y apoyó la autonomía bajo soberanía de Marruecos, una baza que permitió a Argelia endurecer su postura exterior y subir los precios del gas para el mercado español. Meses antes había cortado el gasoducto Magreb-Europa, que atravesaba Marruecos antes de llegar a la península ibérica. 

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“Antes de la invasión rusa de Ucrania, Argel sólo suministraba a la UE el 11% de sus necesidades de gas, frente al 47% procedente de Rusia. El país africano exporta cerca del 83% de su gas a Europa, la mayor parte a Italia y España, que en 2021 recibieron el 65% de las exportaciones de gas de Argelia”, escribe la experta Federica Saini Fasanotti en Geopolitical Intelligence Services (GIS). “Aun así, el país tiene ahora una capacidad de producción limitada que pone en serio peligro estos planes de expansión. La exploración, el desarrollo de infraestructuras y las inversiones son muy necesarios”. 

Francis Ghilès, investigador de CIDOB, asegura que “la producción de gas en Argelia tiene un gran potencial”. “Muchas zonas de este vasto país no han sido exploradas o necesitan ser nuevamente examinadas con técnicas más modernas. Sin embargo, desarrollar un nuevo yacimiento de gas lleva entre tres y cinco años. Por tanto, Argelia necesitará tiempo e inversiones para llenar el vacío dejado por Rusia”, explica. 

Recientemente, el Gobierno argelino se ha pronunciado en contra del tope de precios al gas ruso impuesto conjuntamente por los países del G7, la UE y Australia para reducir los beneficios que el Kremlin extrae del petróleo y deriva a su maquinaria bélica en Ucrania. El límite de 60 dólares por barril suministrado por vía marítima pondría en peligro las inversiones en el sector, según el ministro de Energía argelino, Mohamed Arkab. La postura de Argel, sin embargo, no amenaza la continuidad del suministro de energía hacia Europa. 

Qatar, la perla del Golfo sale ganando 

Qatar cuenta con las terceras reservas de gas natural más grandes del planeta, tan solo por detrás de Rusia e Irán. Es el líder árabe en materia de reservas y producción de gas natural licuado (GNL), y pretende aumentar el volumen de exportaciones de 77 millones de toneladas hasta los 126 millones de toneladas en la próxima década. La mayor parte de sus exportaciones se han dirigido históricamente hacia el mercado asiático, especialmente hacia China, Japón y Corea del Sur, con contratos a largo plazo. Sin embargo, desde el estallido de la guerra en Ucrania, la tendencia está empezando a cambiar a marchas forzadas. 

El Emir de Qatar, el Jeque Tamim bin Hamad al-Thani, se reúne con el Ministro de Economía alemán Robert Habeck en Doha, Qatar, el 20 de marzo de 2022 PHOTO/AMIRI DIWAN via REUTERS

El diminuto país del Golfo es una de las principales alternativas al gas ruso para la Unión Europea. De hecho, las exportaciones cataríes de GNL aumentaron un 16% en los primeros nueve meses de 2022. Eso explica las recientes visitas a Doha de figuras relevantes de la política comunitaria como el propio Charles Michel o el ministro de economía alemán Robert Habeck. El desplazamiento del vicecanciller sirvió para cerrar un acuerdo energético con Berlín mediante el cual Qatar suministrará dos millones de toneladas de gas anuales para los próximos 15 años. 

Las exportaciones cataríes se duplicaron este verano respecto al año pasado, alcanzando los 9.200 millones de dólares en agosto. El país del Golfo ha batido su récord de ingresos anuales por exportaciones. Ya es para muchos la Arabia Saudí del gas natural. Cuenta con enormes reservas a costes muy bajos, lo que facilita al país venderlo durante más tiempo y de forma más rentable que otros grandes exportadores como pueden ser Australia y Rusia. 

Egipto se cuela en el podio 

El país de los faraones carece de grandes reservas de gas natural, pero eso no le impidió duplicar sus ingresos en materia energética el curso pasado. El volumen de las exportaciones creció un 171% con respecto del año anterior. Palabras mayores. El Cairo ha extraído un beneficio marginal de 5.000 millones de euros en este 2022, y no solo eso, sino que ha intensificado la prospección de gas en el Mediterráneo oriental de la mano de compañías extranjeras. Hacia finales de año, el país norteafricano hizo público el descubrimiento de un “gran” yacimiento de gas en alta mar, conocido como Zohr. 

El régimen de Abdel Fattah El Sisi acordó con Israel, socio en aguas próximas a la orilla oriental del Mediterráneo, un aumento de las exportaciones de gas a Europa tras la visita a El Cairo de la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen. No es el primer acuerdo de este tipo. En virtud de otro contrato firmado en 2020 por valor de 15.000 millones de dólares, Israel ya exporta gas desde un yacimiento marino a Egipto, donde se licúa y se envía a países europeos. Como contraprestación, Bruselas prometió echar una mano para paliar la incipiente crisis alimentaria en Egipto. 

Ursula von der Leyen & Abdel Fattah El Sisi

Un cuarto actor que espera ganar relevancia en materia energética de cara a 2023 es la Mauritania de Mohamed Ould Ghazouani. El país sahelo-sahariano tiene todas las papeletas para formar parte del Club de Exportadores de Gas Natural después de haber finalizado la construcción de las instalaciones anexas a la denominada Gran Tortuga (Great Turtle), un yacimiento descubierto hace ocho años en la orilla atlántica que comparte con la Senegal de Macky Sall. 

Turkmenistán: Turquía como llave 

Turkmenistán concentra una de las mayores reservas gasísticas del planeta. El país centroasiático es el sexto más rico en gas natural, solo por detrás de las mencionadas Rusia, Irán y Qatar, además de Estados Unidos y Arabia Saudí. Azerbaiyán, socio energético de la Unión Europea desde los albores de la invasión rusa de Ucrania, palidece en comparación. De ahí que Bruselas haya puesto la mira en esta prácticamente desconocida nación de Asia Central. 

Pero Turquía está por medio. El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, tendrá la última palabra, aunque en principio respaldó los planes para construir un nuevo gasoducto que conecte Turkmenistán y Europa. Lo hizo a mediados de diciembre en una cumbre a tres bandas con los presidentes de Turkmenistán y Azerbaiyán en la ciudad turística turkmena de Awaza. Sin embargo, aún queda trabajo por delante hasta materializar el proyecto. 

Petrolero de gas natural licuado (GNL) REUTERS/ISSEI KATO

“El país centroasiático atraviesa una crisis económica desde hace unos siete años y necesita clientes para su gas natural. Pero aún no existe una conexión física entre Europa y Turkmenistán para transportar este producto crucial, y el Gobierno represivo de Turkmenistán tiene un mal historial en materia de derechos humanos. Y lo que es más importante, Turkmenistán parece decidido a privilegiar sus lazos con Rusia e Irán por encima de cualquier posible oportunidad de mercado en Europa”, escribe el periodista Bruce Pannier en el Foreign Policy Research Institute. “Por ello, no hay señales de que Turkmenistán vaya a exportar gas a Europa a corto plazo”. 

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