El país latinoamericano ha mejorado su oferta a los acreedores y ha extendido el plazo de negociación de la deuda hasta agosto

Argentina y la crisis de nunca acabar

photo_camera AFP/PRESIDENCIA ARGENTINA / ESTEBAN COLLAZO - El presidente Alberto Fernández, en la residencia presidencial de Olivos, Buenos Aires, Argentina

La nueva crisis de deuda ha llevado a Argentina al borde del abismo.  En este escenario, el Gobierno liderado por Alberto Fernández ha propuesto una nueva oferta mejorada para reestructurar su deuda emitida bajo legislación extranjera y ha extendido el plazo de negociación hasta el próximo 4 de agosto con el fin de hacer frente a esta crisis.  “Es un esfuerzo enorme el que estamos haciendo. Espero que las conversaciones, que están bien encaminadas, terminen bien. Siempre tengo expectativas de que sea así”, ha dicho el mandatario de centroizquierda tras anunciar las nuevas medidas. 

El presidente argentino ha avanzado este domingo que su Gobierno presentará una nueva oferta a los acreedores, con el objetivo de llegar a un acuerdo en la reestructuración de la deuda emitida bajo legislación extranjera, cuya cantidad supera los 66.000 millones de dólares. La pandemia del coronavirus se ha propagado a un ritmo extremadamente rápido durante mayo y junio en América Latina y el Caribe, en un contexto de bajo crecimiento económico y, sobre todo, de marcada desigualdad y vulnerabilidad, provocando un aumento de la pobreza y un debilitamiento de la cohesión social. “Espero que los acreedores entiendan, comprendan, y que la sociedad argentina entienda también, que pedirnos más esfuerzo significa empezar a fallar con la promesa tomada”, ha declarado Fernández refiriéndose directamente a los compromisos que tiene el Ejecutivo con sus ciudadanos.

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, habla en el Congreso sobre la situación económica del país y el plan de endeudamiento antes de las reuniones con los funcionarios del Fondo Monetario Internacional

La nueva propuesta del Ejecutivo argentino también propone reducciones de capital, aumentos de cupones y vencimientos más cortos sobre los nuevos bonos que se ofrecen. “De esta forma, Argentina estará cumpliendo con el compromiso de tratamiento equitativo para la deuda pública en moneda extranjera […], una decisión que consideramos importante para avanzar en la profundización del mercado de capitales de modo que permita contar con una mayor disponibilidad de instrumentos de financiamiento y ahorro regidos bajo ley de nuestro país”, ha explicado el ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, tras presentar este nuevo plan. 

En el marco de este plan, el Gobierno argentino ha ofrecido un nuevo bono denominado en dólares estadounidenses y cuya fecha de vencimiento se extiende hasta 2030 o un bono denominado en euros con las mismas características que se entregaría como contraprestación por cualquier interés devengado e impago desde la última fecha en la que se abonaron los intereses, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso la agencia de noticias EFE.

La historia de la actual crisis de reestructuración de deuda argentina se remonta al pasado mes de diciembre, cuando en su discurso inaugural, Alberto Fernández, afirmó que su Gobierno buscaría un diálogo “constructivo y cooperativo” sobre la deuda con el Fondo Monetario Internacional y los bonistas. Apenas una semana después, el Ministerio de Economía emitió una lista señalando los principios para manejar la sostenibilidad de la deuda del Ejecutivo. “Para resolver la situación de actual inconsistencia macroeconómica se requiere de políticas de deuda como parte de un programa integral a los efectos de restaurar la sostenibilidad de la deuda pública y recuperar un sendero de crecimiento sostenible”, manifestaron por aquel entonces alegando que “las políticas de deuda pública deberían sentar las condiciones para el desarrollo del mercado de capitales doméstico”.

Los manifestantes sostienen una pancarta que dice "no al pago de la deuda externa, FMI fuera" mientras marchan hacia el Palacio Presidencial de la Casa Rosada durante una protesta contra la visita de un equipo técnico del FMI a Buenos Aires, Argentina el 12 de febrero de 2020

Una vez pasadas las Navidades, Argentina inició una ronda de negociaciones con los bonistas para conocer sus distintos puntos de vista sobre el proceso de reestructuración de la deuda. En febrero, el FMI evaluó la deuda del país latinoamericano y la tildó de “insostenible” e instó a esta nación a “iniciar un proceso colaborativo de compromiso con los acreedores privados para maximizar su participación en la operación de deuda”. Durante el mes de abril, el Gobierno liderado por Fernández ofreció oficialmente una oferta de canje para su deuda regulada por legislación extranjera. Apenas unos días después, tres grupos de acreedores emitieron una declaración conjunta rechazando la propuesta del Gobierno.  La segunda ronda de negociaciones tuvo lugar en mayo y acabó con un comunicado en el que se extendía el vencimiento de la oferta al 12 de junio, en vez del 21 de abril como se había establecido. 

Dadas las circunstancias, el país latinoamericano inició una tercera ronda de negociaciones el mes de junio con los acreedores. “La República hace un último acercamiento hacia los inversores, al mejorar significativamente sus términos de reestructuración de la deuda para cumplir con la solicitud de estos de contar con un valor de retorno en el identificador 50 con un factor de descuento del 10%, que es la medida a menudo invocada por los acreedores. Argentina propone además un Instrumento de Recuperación de Valor (IRV) basado en las exportaciones”, de acuerdo con el Ministerio de Economía. La última prórroga de la oferta hasta la presentada este domingo se produjo el 19 de junio de 2020 después de que se publicara un comunicado anunciado la extensión del plazo del vencimiento de la oferta del 21 de abril al 24 de julio de 2020. 

El objetivo inicial de este proceso de reestructuración de deuda emprendido por el Gobierno de Fernández era “restaurar la sostenibilidad, redefiniendo el perfil de obligaciones financieras futuras de manera que sea compatible con las posibilidades de pago de la economía”. Sin embargo, las dificultades económicas exacerbadas en estos momentos por la pandemia del coronavirus han empeorado esta situación. Tras anunciar el nuevo proyecto de ley para reestructurar la deuda pública en deuda extranjera, el ministro de Economía ha asegurado que “el nuevo perfil de deuda que emerja tras la reestructuración debe ser consistente con la recuperación económica y el afianzamiento de un sendero de crecimiento que permita atender los desafíos actuales impuestos por la pandemia de la COVID-19 cuya atención resulta impostergable sin dejar de ser sostenible en el mediano y largo plazo”.

Esta foto de archivo tomada el 17 de octubre de 2018 muestra dinero argentino en Buenos Aires

“Hemos hecho nuestra parte sobre la base de un compromiso pleno con el principio de ponerle punto final a la crisis de endeudamiento de una forma sostenible. Esperamos que nuestros acreedores comprendan las restricciones que tenemos, y valoren nuestra voluntad de llegar a un acuerdo que funcione para todas las partes”, ha agregado Guzmán. En esta misma línea, el presidente ha dicho que “acá ni siquiera se le está pidiendo a alguien que pierda, sino que deje de ganar lo que estaba ganando en exceso. El Gobierno anterior dio condiciones insólitas a los títulos, condiciones que el mundo no daba. Y les permitió ganancias a esos acreedores que el resto del mundo no les reconocía. Yo les estoy pidiendo que ganen como ganan en el mundo, no que ganen como (el anterior presidente Mauricio) Macri los dejó ganar”. La recesión económica que golpea desde hace más de dos años a Argentina se ha profundizado a raíz de la pandemia del coronavirus, que ha provocado la muerte de al menos 1.582 personas desde que comenzó la crisis sanitaria en el país. 
 

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