Al-Asad denuncia el bloqueo de millones de depósitos sirios en bancos libaneses
La grave crisis económica en la que se encuentra sumido el país del cedro, afecta negativamente a la situación financiera de la población siria. Los bancos libaneses, temiendo la fuga de capitales y lidiando con una aguda crisis de divisas, han impuesto desde el año pasado controles estrictos a las retiradas y transferencias de dinero al extranjero, provocando la indignación de los ciudadanos que se hayan en el país y en el extranjero ya que no pueden acceder a sus ahorros.
"Según el jefe de Estado sirio, se habrían perdido entre 20.000 y 42.000 millones de dólares de depósitos sirios en este sector en crisis que solía tener alrededor de 170 mil millones de divisas", según declaraciones de Al-Asad recogidas el jueves por la agencia Reuters.
Los empresarios sirios afirman que los estrictos controles de Líbano sobre las retiradas han bloqueado cientos de millones de dólares que antes se utilizaban para importar a Siria productos como el petróleo o productos básicos.
El acelerado colapso de la moneda siria desde principios de año ha provocado un aumento general de los precios. Cansada de una década de guerra, la población ya no puede cubrir sus necesidades básicas como el combustible para la calefacción a medida que se acerca el invierno. El mes pasado, el Gobierno de Siria, ante la grave escasez de combustible, se vio obligado a aumentar los precios del pan mientras se agotaban las existencias de trigo.
"Esta cifra para una economía como la de Siria es aterradora", dijo Bachar al-Asad. "Este es un grave problema del que nadie habla", añadió, durante una visita a una feria que fue cubierta por los medios de comunicación oficiales.
Muchas empresas tapadera sirias también han eludido durante mucho tiempo las sanciones occidentales utilizando el sistema bancario libanés para importar por tierra mercancías de contrabando a Siria, según los banqueros y empresarios sirios. Estas compañías son una fachada y están en la lista negra del Tesoro de los Estados Unidos.
Sin embargo, esta vez el presidente sirio no culpa a las sanciones estadounidenses por la dramática situación económica de su país, incluida la ley César, la última de las sanciones extraterritoriales impuestas por Estados Unidos el pasado mes de junio a cualquiera que haga negocios con el régimen de Damasco.
