Desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022, los precios del petróleo han alcanzado sus niveles más altos en décadas. Esta situación ha llevado a la administración del presidente Joe Biden a instar a los productores estadounidenses y a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a aumentar la producción para frenar la espiral bajista de los precios del petróleo. Sin embargo, Arabia Saudí y los miembros del grupo OPEP+ abogaron por la estrategia contraria, recortando la producción cuando los precios del petróleo empezaron a caer.
El sector estadounidense del petróleo de esquisto fue el primero en responder al llamamiento del presidente Biden, según Alex Kimani, editor financiero de Oil Price. US Energy Information pronosticó que la producción total estadounidense alcanzaría los 12,61 millones de barriles diarios en 2023, superando el récord de 12,3 millones de barriles diarios registrado en 2019.

Esta semana, los inventarios estadounidenses de crudo aumentaron en 3 026 millones de barriles, tras caer en 4 382 millones la semana anterior. La producción de crudo estadounidense aumentó un 9 % anual, socavando los esfuerzos de la OPEP por mantener bajos los suministros para influir en los precios. De hecho, Arabia Saudí planea un recorte de la producción de un millón de barriles diarios en julio, además de los nuevos esfuerzos de la OPEP y sus aliados para limitar la oferta hasta 2024 con el fin de estabilizar los precios del petróleo, según Reuters.
Según Bloomberg, y recogido por Al Arab News, las expectativas apuntan a una ralentización del ritmo de crecimiento del petróleo de esquisto estadounidense, a pesar de que los precios rondan los 90 dólares por barril, el doble del coste de equilibrio para la mayoría de los productores nacionales. Las estimaciones señalan que, de mantenerse esta tendencia, el mercado mundial podría verse privado de barriles adicionales, que normalmente ayudan a compensar los recortes de producción de la OPEP+ y la interrupción del suministro ruso provocada por la invasión de Ucrania.

Según Reuters, el aumento moderado de la producción de petróleo estadounidense y los recortes del grupo de países productores de petróleo OPEP+ podrían limitar la oferta de crudo en los próximos meses y presionar al alza los precios. Según Ryan Lance, presidente y consejero delegado de ConocoPhillip (multinacional estadounidense especializada en extracción, transporte y procesamiento de petróleo), “el aumento de los costes y la escasez de mano de obra y equipos son algunos de los problemas que han obstaculizado los esfuerzos de los productores estadounidenses por aumentar rápidamente la producción”.
Una de las principales causas de la ralentización es que la mayoría de las compañías petroleras de esquisto estadounidenses han dejado de centrarse en el crecimiento y la expansión para centrarse en una mayor disciplina de capital y en devolver más dinero a los accionistas. Según JPMorgan, los costes de perforación y fracturación en Estados Unidos han caído un 36 % desde 2014, reduciendo el punto de equilibrio para muchos productores.

Según Al Arab News, el reciente lote de petróleo de esquisto ha tenido dificultades para aumentar la producción debido a la presión de los inversores para aumentar los rendimientos y a la escasez de equipos, trabajadores y capital. Sin embargo, el gigante petrolero ExxonMobil apuesta por la fracturación hidráulica, una nueva tecnología que podría permitir a los productores de petróleo de esquisto duplicar la producción de sus pozos existentes. Según su consejero delegado, Darren Woods, queda “mucho petróleo en el subsuelo” que esta tecnología podría rentabilizar. El fracking es un proceso diseñado para reactivar un pozo tras un periodo inicial de producción, y puede devolver la productividad a los niveles originales, así como prolongar la vida útil del pozo. Según Garrett Fowler, director de operaciones, el sistema de fracturación hidráulica podría ser hasta un 40 % más barato que un pozo nuevo, y suministrar entre dos y tres veces más petróleo que los pozos más antiguos.
Aunque esta nueva tecnología parece una buena solución dado el actual entorno inflacionista, el precio del barril de petróleo de esquisto sigue siendo inferior al precio del petróleo fijado por Arabia Saudí. Esta última ha informado de que el precio del petróleo debe fijarse al menos en 81 dólares el barril si se quieren cumplir los objetivos presupuestarios de este año.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.