El banco central marroquí, Bank Al Maghrib (BAM), previó este martes una "fuerte aceleración" de la inflación, que se situará en un 4,7% en 2022 frente a 1,4% en 2021, y un descenso del crecimiento de PIB hasta 0,7% este año, frente a 7,3% en 2021, como consecuencia de la fuerte sequía registrada en el país y la invasión de Ucrania por Rusia.
BAM subrayó "el nivel extremadamente alto de las incertidumbres que rodean las proyecciones macroeconómicas" que elabora, según una nota difundida tras la reunión trimestral del consejo de la entidad emisora.
La inflación se disparó en el país a causa del encarecimiento de las materias primas energéticas y alimentarias provocado por la invasión rusa de Ucrania, la sequía y por la subida de la inflación en los principales socios económicos del país magrebí, según el banco central.

Esta subida de la inflación es paralela, según BAM, a una relativa resistencia de los equilibrios exteriores y de las finanzas públicas.
Pese a este aumento de inflación, el banco central decidió mantener la tasa rectora de interés en 1,5%, al prever un retorno de la inflación a un nivel moderado (1,9%) a partir de 2023.
Asimismo, la nota apuntó una baja sensible del valor añadido agrícola y una cierta consolidación de las actividades no agrícolas, favorecida por el destacado avance de la campaña colectiva de vacunación y la suavización de las restricciones sanitarias, entre otras.

El PIB agrícola registrará un déficit de -19,8% con una producción de cereal este año estimada en solo 2,5 millones de toneladas, frente a 10,3 millones de toneladas el año pasado.
La nota añadió que en 2023 se prevé que la cosecha cereal alcance 7,5 millones de toneladas, lo que llevará a un crecimiento del PIB de 4,6%.
En cuanto al déficit público, el banco señaló que se ha estabilizado en un 6,3% pese al aumento de subvenciones públicas a los productos de mayor consumo como el gas butano y el trigo.
El déficit público en 2023 se situará en un 5,9% ante a previsión de una mejora de los ingresos fiscales.