El rescate de Air Europa con dinero público a través de los fondos aportados por la Sociedad Estatal de Participaciones Estatales (SEPI) cuenta con unas claves que marcan el futuro de la aerolínea de la familia Hidalgo. La inyección de 475 millones de euros, que se unen a los 140 millones aportados por la también entidad pública ICO, va acompañada de una serie de condiciones que ha impuesto el Estado a la operación. El plan en conjunto puede suponer su salvación, ese es el objetivo al ser considerada una empresa estratégica, pero dificulta su compra por Iberia -que forma parte del holding IAG-.
La familia Hidalgo se resistió al nombramiento de “funcionarios” para el consejo de Air Europa, lo que impidió que la SEPI entrará en su capital, pero no ha conseguido mantener la independencia en la gestión de la aerolínea. Querían el dinero público, pero sin demasiado control. Sin embargo, el Estado tendrá capacidad para controlar las operaciones estratégicas, la política laboral y contará con dos consejeros, así como la potestad para participar el nombramiento del consejero delegado. Air Europa ha conseguido un crédito participativo por 240 millones y uno ordinario por 235 millones.
Detrás de estas condiciones, obligadas por la propia normativa fijada por el Gobierno, están también los problemas actuales de Air Europa y las malas perspectivas del sector aéreo con la extensión de la pandemia y de las restricciones en los movimientos de los ciudadanos en varios países. Algunos analistas dudan de la capacidad de Air Europa para devolver los 600 millones de euros, aportados por la SEPI y el ICO. Al menos a corto y medio plazo, ni siquiera en función de sus resultados en los últimos ejercicios sin pandemia, si bien la devolución se debe hacer en un plazo no superior a los seis años.

En este contexto la compra de Air Europa por Iberia se complica aún más. Queda lejos el escenario del pasado noviembre cuando la compañía del grupo IAG pactó su adquisición por 1.000 millones de euros. Con la pandemia devaluando la compañía, desde Iberia se señaló que no pagaría más de 500 millones, al tiempo que se condicionaba la transacción al saneamiento de la filial de Globalia.
Más adelante, con la presentación de los resultados de IAG la pasada semana, Luis Gallego, su consejero delegado, destacó que la operación tendría que ser revisada, en función de temas como las condiciones del Gobierno español.
Queda además que la inyección de dinero público pase el examen de Bruselas. Hay dos factores, uno positivo y otro negativo. Con muy diferentes dimensiones y con otras vías utilizadas, Air France- KLM y Lufthansa han recibido luz verde de las autoridades comunitarias a las ayudas públicas; en contra están las intervenciones de Ryanair para intentar torpedear el plan de salvamento de Air Europa.