Tras las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, desde el comienzo del conflicto bélico, Rusia ha tenido que buscar otros países que le compren el carburante que produce. Para atraer a nuevos compradores, redujo el precio de sus combustibles fósiles. Históricamente, la Unión Europea ha sido el principal comprador de petróleo ruso. En diciembre de 2022, se impuso un precio máximo al barril de los Urales de 60 dólares para las importaciones a Europa con el objetivo de reducir los beneficios que obtiene Putin con la venta de crudo y, por tanto, decayeron considerablemente las importaciones de crudo del Kremlin en Europa.
Las sanciones a Rusia han hecho que el petróleo de Moscú sea de media un 22% más barato que el precio del barril de la OPEP en abril de 2023. Así, Arabia Saudí y los EAU están importando el codiciado oro negro de Rusia a un precio aventajado. A pesar de ser dos de los principales productores de petróleo a nivel mundial, ambos países han decidido aprovechar que el Kremlin vende el combustible a un precio menor para hacer frente a su propia demanda interna.
Según Reuters, Arabia Saudí importó 647.000 toneladas (48.000 barriles por día) de petróleo de Rusia, el doble que en 2021. En el verano, durante la época de más calor, este país del Golfo necesita grandes cantidades de energía para suplir las necesidades de los aires acondicionados.

Joint Organisations Data Initiative (JODI) afirma que en Arabia Saudí el volumen de crudo quemado es de unos 600.000 barriles por día durante los meses de verano y 300.000 barriles por día durante los meses de invierno. Igualmente, Fujairah, un centro petrolero ubicado en los EAU, ha recibido 1,17 millones de toneladas de petróleo ruso desde principios de año, en comparación con 0,9 millones de toneladas durante el mismo período en 2021.
El pasado mes de marzo, Arabia Saudí importó de Rusia unos 200.000 barriles al día. Así, a pesar de las sanciones de Occidente, los países ricos del Golfo se están beneficiando de la reducción de los precios de Rusia, pero también de la subida del precio de los combustibles. Igualmente, China ha tomado ventaja de estas reducciones y se ha convertido en el principal importador del petróleo ruso a nivel mundial.
Por otro lado, Rusia y Arabia Saudí han anunciado que reducirán la producción de petróleo en 500.000 barriles por día a partir de mayo y hasta finales de año cado uno. Otros países de la OPEP como Kuwait o EAU también se han sumado a esta iniciativa. Ello generará un aumento en los precios de la gasolina y el diésel a nivel mundial. La OPEP+ concentra a los 23 mayores productores de petróleo y está liderada por Arabia Saudí y Rusia. Estos 23 países juntos controlan más de la mitad de la producción mundial de petróleo y por tanto los precios de éste a nivel mundial.

A pesar de que Rusia no está produciendo tanto petróleo como antes por las sanciones, los precios altos hacen que tenga beneficios pesar de vender su petróleo más barato que la OPEP.
Si bien durante la pandemia los precios del crudo bajaron considerablemente por la escasez de la demanda, desde 2021 la OPEp+ ha decidido seguir produciendo, pero a un ritmo menor. Así, al disminuir la oferta pueden aumentar los precios. Con la guerra de Ucrania, los precios se incrementaron todavía más. Según el FMI, en 2023 los países de la OPEP de Oriente Medio y norte de África recibirán 3.200 millones más de beneficios de lo esperado. La OPEP pronosticó que en 2023 aumentaría la demanda mundial de petróleo, principalmente por la mejora de la situación económica de China.
Un incremento considerable de los precios del petróleo generará una inflación mayor a gran escala y podría ralentizar la economía a nivel mundial. Por otro lado, la tensión podría aumentar entre Estados Unidos y los países de Golfo ya que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a Arabia Saudí y a otros aliados aumentar la producción a fin de bajar los precios y así, disminuir los beneficios de Rusia y frenar la inflación.