Europa se prepara para un duro invierno. La guerra en Ucrania ha acentuado una grave crisis energética que comenzó a finales de 2021 y que ha causado un importante incremento en el precio de los carburantes a nivel mundial. No obstante, la situación del Viejo Continente es especialmente complicada ya que las sanciones impuestas a Rusia por la invasión han provocado que el presidente Vladimir Putin cierre el grifo del gas al continente en vísperas del otoño.
En medio de este panorama, los países europeos tratan de encontrar alternativas al gas ruso. Qatar, Azerbaiyán o Noruega son algunas de las naciones que se han perfilado como posibles nuevos proveedores de gas al continente. Asimismo, y con el objetivo de buscar nuevos aliados energéticos, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha viajado a Argelia, un país con grandes reservas gasísticas.

Tal y como anunció Michel en su cuenta de Twitter, esta visita estuvo destinada a “reforzar la cooperación con la Unión Europea”. “La estabilidad y la seguridad regionales, la energía, el comercio y la prosperidad son nuestros objetivos comunes”, añadió.
Durante su viaje a Argel, el líder europeo se ha reunido con el presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, y con el ministro de Exteriores, Ramtane Lamamra. Tras uno de los encuentros, Michel aseguró que Argelia era un socio “leal y fiable” para la Unión Europea en materia energética.

Antes que Michel, otro líder europeo viajó al país magrebí con la vista puesta en el gas. En julio, el exprimer ministro italiano, Mario Draghi acordó con Argel un contrato gasístico de 4.000 millones de dólares después de varias visitas anteriores al país.
Recientemente, el presidente francés, Emmanuel Macron, también ha visitado a Argel. Aunque este viaje estuviese destinado a reparar los lazos entre ambos países, el gas también tuvo protagonismo. El mandatario galo agradeció al país norteafricano que hubiese aumentado el suministro a través del gasoducto italiano Transmed, un aspecto que, en palabras de Macron, “es una cuestión de solidaridad europea”.

A pesar de que muchos países europeos estén apostando por Argelia, ciertos analistas ponen en duda el compromiso de Argel en este aspecto debido a razones “técnicas y políticas”, según señala un informe de Middle East Economic Survey recogido por Al-Arab. De acuerdo con el documento, las exportaciones totales de gas natural argelino disminuyeron un 18% durante la primera mitad de 2022.

Además, el periódico árabe recuerda la avería del gasoducto Medgaz en el mes de julio. Un problema que, según Al-Arab, responde a un “mantenimiento deficiente y un equipo obsoleto”. Esta tubería suministra gas a España, un país con el que Argelia actualmente mantiene una crisis diplomática.

Poco después de que el Gobierno de Pedro Sánchez respaldase el plan marroquí para el Sáhara occidental, Argel llamó a consultas a su embajador en Madrid, congeló el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España y amenazó con subir el precio del gas.
Por este motivo, muchos expertos temen que el Ejecutivo de Tebboune utilice el gas para presionar políticamente a Europa, algo que solía hacer Rusia. Tal y como indica a Al-Arab Dalia Ghanem, analista del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea, Argelia “pretende reforzar su papel en la región para convertirse en un país líder en África”, especialmente para “defender su posición contra Marruecos”.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que Argelia es el principal aliado de Rusia en la región, por lo que depender de Argel en materia energética es “ilógico”, según señalan expertos a Al-Arab. Argel y Moscú mantienen desde hace décadas una estrecha relación. La invasión de Ucrania no ha enturbiado estos fuertes lazos. Es más, desde que ha comenzado la guerra el Ejército argelino ha participado en maniobras militares rusas, el jefe del Estado de Mayor de Argelia, Said Chengriha, ha intervenido en una conferencia sobre seguridad internacional organizada por Moscú y el Gobierno de Tebboune a recibido al ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov.