Javier Fernández Arribas
Fotos: Guillermo López
ENTREVISTA A JOSÉ CARRERA. VICEPRESIDENTE DE DESARROLLO SOCIAL DE CAF
José Carrera, vicepresidente de Desarrollo Social de CAF, participó en Madrid en un curso organizado por CEDEX y en los “II Diálogos del Agua América Latina-España” organizados por CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) de España. un encuentro cuyo objetivo principal es intercambiar experiencias sobre cómo mejorar la gestión y el financiamiento de las infraestructuras hídricas en un escenario global cada vez más marcado por la escasez de agua.
En su intervención ante la ministra española de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente Isabel García Tejerina, afirmó que el fortalecimiento y la creación de puentes de intercambio de conocimiento entre España y América Latina: “el español y el agua unen a América Latina y España”, pueden contribuir a enfrentar los retos del sector hídrico con más garantías de éxito.
Estas y otras ideas fueron ampliadas en esta entrevista concedida por José Carrera a Atalayar.
¿Cuál es el objetivo prioritario de CAF a la hora de poner encima de la mesa en la sociedad española, en la sociedad de américa latina, entre expertos, la problemática del agua, sobre todo para la ciudadanía?
Es un tema que en la región ha ido evolucionando en el tiempo. Creo que América Latina es una región que ha hecho muy importantes avances en cuanto a la concepción de la temática del agua y a la instrumentación de las soluciones. Es una región que tiene un contexto muy urbano, más del 80% de las personas que vivimos en América Latina vivimos en ciudades, y de aquellos que viven en ciudades, entre un 25 y un 35% viven en condiciones precarias, en barriadas de favelas. De manera que, un primer elemento de reflexión tiene que ver con unas circunstancias de urbanización de esta región y que por tanto demanda una serie de servicios apropiados para esta forma de vida. En ese sentido, el tema del agua viene siendo uno de los elementos más importantes de la concepción de la región para mejorar las condiciones de vida y de bienestar.
¿Qué promueve CAF?
Desde CAF promovemos una visión integral del recurso hídrico, pasando por una visión de cuencas desde la protección de las áreas donde se produce el agua. En la línea del consumo humano estamos analizando y apoyando la dotación de proyectos de agua potable, del alcantarillado, el tema de las plantas de tratamiento de aguas residuales y la devolución de esas aguas debidamente tratadas a los cuerpos de aguas. En la vertiente de uso industrial, fundamentalmente CAF apoya el tema del aguaindustria y es por eso que tenemos entonces una visión, decía integral a nivel del territorio y con énfasis en las ciudades, sin perjuicio de tener también una presencia importante a nivel rural, donde todavía existen unos grandes grupos de comunidades, sobre todo originarias, donde no existen las condiciones de dotación de agua y de saneamiento apropiadas que la región demanda. Entonces creo que un segundo mensaje importante es el agua, no solamente a nivel territorial en ciudades, sino una visión integral. Una visión integral que no es la tradicional lineal del uso, en el sentido de que tomamos el recurso, lo utilizamos y lo desechamos, sino más bien en una visión circular que tiene que ver con el uso del recurso, el tratamiento y el reuso nuevamente no solamente por cuestiones ambientales y mejora del ambiente sino porque es una condición que ayuda precisamente a mejorar las condiciones de bienestar de la población de América Latina.
Usted ha participado en Madrid en dos actos concretos para desarrollar sus objetivos…
Esos son algunos de los principales elementos de esta reflexión que ahora en España los integramos a través de dos grandes eventos. El primero, un curso que han organizado en conjunto con el Magrama, la AECID y el CEDEX para compartir las mejores experiencias que tenemos en España con algunos de los actores de América Latina miembros de las empresas de agua y saneamiento, directores, autoridades que están en la temática, y que creo que es posible en estas circunstancias aprovechar este gran conocimiento y práctica que ha tenido España en estos últimos treinta años, esos grandes avances. Y en segundo lugar, también tiene que ver con nuestro día de las Jornadas del Agua de España e Iberoamérica, en el cual tratamos en mayor profundidad, precisamente el tema del agua urbana y el agua rural, el uso a nivel de ciudades y el uso a nivel de campo, sobre todo para los temas agroindustriales y cómo podemos aprovechar de los conocimientos que estamos reconociendo en la Península Ibérica y cómo estas experiencias y mejores prácticas pueden ser compartidas con América Latina. Y desde la perspectiva de América Latina, visualizar precisamente aquellos elementos que están sobre la mesa y que pueden ser también de alguna manera compartidos con España y de esta forma tener un intercambio entre estas dos regiones y que sea mutuamente beneficioso para los dos.
En aspectos concretos, ¿España qué puede aportar a América Latina, teniendo en cuenta que aquí el agua es un recurso escaso y qué puede aportar América Latina a España, teniendo en cuenta que allí América Latina es una de las regiones del mundo que tiene mayor capacidad hídrica?
Precisamente el hecho de que España sea una región del mundo donde este recurso ha sido tan escaso ha motivado para que la sociedad española tenga que verse forzada a encontrar soluciones imaginativas muy estructuradas que le permitan aprovechar de la mejor forma este recurso, no solamente para el uso humano que es en primer lugar un derecho importante, sino también para el uso productivo a través de la industria agroproductiva de la cual España es un referente a nivel mundial y que alimenta a una buena parte de Europa con todos esos desarrollos.
La escasez en España ha obligado a un uso muy eficaz del agua
Toda esta visión y este uso escaso presenta una serie de oportunidades de aprendizaje para la región que aun cuando tiene América Latina una gran dotación del recurso hídrico, no necesariamente ese recurso está donde tiene que estar. Dos ejemplos muy concretos. En el Perú, una gran cantidad de los recursos hídricos se encuentran en la cuenca del Amazonas, donde vive un diez por ciento de la población, mientras que, en la cuenca del Pacífico, en las costas, no existe gran dotación de agua. Por lo tanto, si bien existe el recurso agua en América Latina en gran cantidad no necesariamente está donde está la población y donde se lo requiere. Por lo tanto, la forma de abordar la dotación de este bien, este servicio, a nivel de las personas para uso de consumo humano, como a nivel de la agroindustria para el uso productivo, es bastante parecido con América Latina y con España.
¿Qué puede aportar América Latina?
Desde América Latina los aportes que podemos realizar tienen que ver precisamente con el buen uso que se está desarrollando en ciertas áreas, algunas tecnologías que hemos ido incorporándolas, pero creo que en general hay espacios de conocimientos, no solo a nivel de las técnicas sino a nivel de las oportunidades de negocio, donde además inversiones españolas pueden trabajar en América Latina en sectores que pueden ser representativos a nivel de la agroindustria de la exportación a nivel mundial.
¿Un buen tratamiento de agua puede tener dos elementos complementarios, por un lado, de justicia social, y por otro lado de desarrollo para las sociedades tanto en España como en América Latina?
Y es que en América Latina tenemos que reconocer que a pesar de los avances que ha hecho en reducción de la pobreza y la inequidad, todavía sigue siendo la región más inequitativa del mundo y la cara más visible de la inequidad es la exclusión social, la exclusión de agua de calidad para todos, exclusión de educación, de salud, de transporte. Desde esa perspectiva de inclusión social y de una sociedad más cohesionada es entonces la necesidad prioritaria de invertir e importar la dotación de servicios de calidad y de igual calidad para todos a nivel de la ciudadanía de América Latina. Porque queremos comunidades, queremos ciudades, por ejemplo, donde existan recursos de calidad, agua de calidad, para todos y no solamente para aquellas personas que tienen más recursos, más dinero. Queremos que esta agua esté a disposición las veinticuatro horas al día, los siete días de la semana con la calidad y presión suficientes. No es el tener el recurso a disposición a cien metros de sus casas sino tenerlas en sus propias viviendas porque eso es parte del bienestar que hace un desarrollo de largo plazo, porque el agua, a su vez, es un elemento fundamental para que los niños, por ejemplo, puedan tener un entorno adecuado que les permita asimilar los nutrientes y que estos nutrientes no sean desperdiciados con enfermedades diarreicas producto precisamente de la mala calidad del agua. El agua en América Latina es un bien fundamental, es un servicio que permite lograr cohesión, equidad y mejorar la calidad de vida y el bienestar de todos los ciudadanos.
Evita inestabilidades y falsos populismos...
Creo que el tema del agua en general en América Latina es visto como un elemento que permite transversalizar un mismo tratamiento y una democracia activa en las comunidades. Una democracia en la cual los actores, los ciudadanos, reciban los bienes y servicios que ofrece una sociedad y el vivir en una sociedad de igual manera que lo reciben todos los ciudadanos en otras regiones del mundo. Creo que tener el acceso y la percepción de que todos tienen un servicio vital de calidad, ayuda a mejorar esta cohesión social. Creo que son elementos fundamentales para la construcción, no solo de un discurso que dice y que promueve un desarrollo equitativo para todos, donde haya mayor inclusión, sino que permite que esto sea una realidad en las acciones que cada uno de los ciudadanos vean en sus propias familias, que tienen a su disposición buena calidad de agua y que esto precisamente sea uno de los servicios que estas comunidades reciben.
¿Se debería impulsar más en las agendas políticas la problemática del agua?
Definitivamente. No solamente esto es bueno desde la perspectiva de una mayor justicia y percepción de bienestar social, sino que también es un buen negocio económico. Permítanme recordar algunas cifras. En América Latina hemos hecho cálculos en CAF se puede llegar a una cobertura total de agua y saneamiento invirtiendo el 0,3% del PIB por año, es decir, con esta inversión anual, uno al 2030 podríamos tener una cobertura total, y es interesante reconocer que, en países como Colombia, por ejemplo, el coste en salud pública, en atrasos, en ausencias de una mala calidad del servicio de agua potable, es el 1% del PIB al año. Entonces, simplemente haciendo la matemática, si es que tenemos una buena calidad en el agua, podemos ahorrarnos el 1% del PIB en costes de salud.
Ese ahorro tiene un componente económico muy interesante
Eso significa que es bueno no solo desde la perspectiva social, de equidad, de inclusión, de cohesión, sino también económicamente y creo que las autoridades de los países están conscientes de esto, razón por la cual han invertido muy fuertemente los últimos años y hay ese compromiso que, además, tiene que ver con los objetivos de desarrollo sostenible que luego de los objetivos del milenio han sido puestos a la humanidad por parte de los grandes líderes en el marco de las últimas reuniones donde el agua, el saneamiento son derechos específicos que la humanidad se ha comprometido a impulsarlos los últimos años.
¿La reutilización del agua es un factor clave a desarrollar?
De hecho, en realidad hay dos elementos fundamentales por los cuales la reutilización es vital para una sociedad. El primero es una razón de salud pública, es decir, en la medida en que las aguas no sean tratadas apropiadamente existe un riesgo de contaminación importante en muchos ciudadanos que utilizan esas aguas que no han sido tratadas debidamente. Entonces esta razón de salud es primordial porque hace precisamente a la calidad de vida y a la forma apropiada en la cual las sociedades deben cuidar a sus ciudadanos. En segundo lugar, tiene que ver con los impactos socioambientales que tienen unas aguas no tratadas en el ambiente, en el sentido de que contaminan y afectan a biodiversidad de los cauces de agua que reciben esas aguas no tratadas. En tercer lugar, hay que reconocer que en algunas regiones del mundo y sin duda también en América Latina, muchas aguas de estas no tratadas son utilizadas para la agricultura con los riesgos correspondientes que mencionaba anteriormente para la salud pública, y por supuesto unas aguas debidamente tratadas pueden servir como un incentivo económico para mejorar las condiciones del entorno, las fuentes de empleo, por ejemplo en las zonas turísticas es muy importante que las aguas sean debidamente tratadas porque los turistas no solamente quieren disfrutar del entorno maravilloso que ofrecen muchas de estas regiones del mundo de España y de América Latina, sino que no quieren enfermarse de haber visitado estos lugares maravillosos, quieren que no existan malos olores y quieren que se respete la belleza natural que ofrecen todas estas regiones.
El turismo genera muchos puestos de trabajo…
También desde el punto de vista turístico hay unas oportunidades de generación de empleo y de generación de fuentes de trabajo importantes. Y también desde el punto de vista de reutilización de aguas debidamente tratadas para procesos agrícolas y agroindustriales. En ciertas regiones del mundo estos son los usos finales que de todas maneras se hacen en las sociedades. Israel, entre otros países, es un gran exponente del tema y la misma España que efectivamente ha dado grandes avances en cuanto a la reutilización en muy corto tiempo, vale la pena resaltarlo. Son apenas treinta años y un poco más que se inició a profundidad un proceso de tratamiento de las aguas, se han hecho grandes avances y ahora esas aguas debidamente tratadas son fuente de riqueza, de utilización productiva que genera fuentes de empleo, pero sobre todo que cuida el ambiente y cuida la salud de sus ciudadanos.
¿La política del agua debe estar encuadrada en una política global de cuidado del medio ambiente para evitar el cambio climático?
Hay que reconocer que hay un cambio de paradigma en cuanto a la visión del uso de los recursos, la llamada economía circular. En el pasado, el paradigma establecía que uno tenía una serie de recursos, los utilizaba para generar una serie de bienes y servicios y desechaba lo no utilizado para acumularlo en alguna parte del planeta. La nueva visión de la economía, de la sociedad y del uso de los recursos es una visión mucho más cercana al medio ambiente, mucho más alineada con una visión más circular en el sentido de que los recursos no solo son identificados, utilizados, sino que son reutilizados para agregar mayor valor y para devolver al entorno un ambiente igual o más sano del que hemos recibido y eso pasa por la reutilización, por el tratamiento, por el uso adecuado de estos recursos, que además de ser económicamente beneficiosos para la economía y para las comunidades, ambientalmente también son mucho más responsables y están alineados con los compromisos que la humanidad está estableciéndose a sí misma, en el sentido de no contaminar y, como decía, entregar un entorno mucho más limpio que el que hemos recibido en esta generación.