Los bancos digitales continúan expandiendo sus servicios a pesar de los obstáculos macroeconómicos

La banca digital está transformando el acceso a las finanzas en América Latina y el Caribe

A pesar de los amplios desafíos económicos, como la inflación y las interrupciones de la cadena de suministro, los bancos digitales y neobancos continúan atrayendo nuevos clientes y acelerando la inclusión financiera en América Latina y el Caribe. 

Los neobancos utilizan aplicaciones, software y otras tecnologías para operar exclusivamente a través de plataformas digitales. Por lo general, se limitan a cuentas bancarias y tarjetas, ya que a menudo carecen de licencias de institución crediticia, mientras que los bancos digitales ofrecen una gama completa de servicios bancarios tradicionales en línea. 

Sin embargo, a medida que los neobancos expanden la oferta de productos, la línea entre las dos categorías es cada vez menos marcada. 

Con una cartera que incluye tarjetas de crédito, préstamos, productos de seguros, cuentas comerciales y otras soluciones de pago, Nubank en Brasil es el neobanco más grande del mundo desde 2021. También encabeza las listas de los mayores bancos digitales del mundo, valorado en unos 45.000 millones de dólares a finales de 2021. 

Nubank sumó 20,7 millones de clientes en 2022, lo que elevó su total a 74,6 millones de clientes en todo el mundo. Esto se reflejó en un ingreso récord de 4.800 millones de dólares para el año, de los cuales 1.500 millones fueron solo del cuarto trimestre. 

Disrupción de la banca tradicional 

La popularidad de los pagos digitales se expandió a nivel mundial durante la pandemia de COVID-19, impulsada por una disminución en los pagos en efectivo y el crecimiento del comercio electrónico ofreciendo a los bancos digitales y las startups de tecnología financiera (fintech) en general, el espacio para expandirse. 

El crecimiento de los pagos digitales ha sido particularmente fuerte en los mercados emergentes, donde el valor de estos pagos aumentó a una tasa compuesta de crecimiento anual del 25% entre 2018 y 2021, en comparación con un 13% a nivel global en el mismo período. 

Factores como poblaciones jóvenes y conocedoras de la tecnología, una creciente demanda de acceso a servicios financieros y un rendimiento sólido de la moneda en relación con las economías desarrolladas han impulsado este crecimiento. América Latina y el Caribe ofrecen ventajas adicionales, incluyendo el hecho de que la región tiene un PIB per cápita más alto que otras regiones en desarrollo. Además, solo el 51% de los adultos en América Latina y el Caribe tienen una cuenta bancaria, de los cuales solo el 28% realiza pagos directos con ellas. Cabe subrayar que solo el 45% de las pequeñas y medianas empresas de la región tienen acceso al financiamiento, aunque estas entidades productivas representan el 30% del PIB de la región y el 67% del empleo. 

El número de plataformas fintech en América Latina y el Caribe creció de 703 en 2017 a 2.482 en 2021, lo que representa el 22,6% del total mundial. Brasil representó el 31% de todas las plataformas en la región, seguido por México (21%), Colombia (11%), Argentina (11%) y Chile (7%). 

La disrupción de Nubank en el sector bancario tradicional de Brasil es notable ya que tradicionalmente ha existido una concentración en el sector: cinco bancos tradicionales manejaron el 84% de los préstamos del país y el 90% de las sucursales bancarias minoristas en 2019. Esto refleja una tendencia importante en la región. 

En 2022, ocho startups fintech latinoamericanas alcanzaron el estatus de unicornio, lo que representa la mitad de las empresas que recibieron más de 1.000 millones de dólares en inversión ese año. Sin embargo, se espera que el número de nuevas empresas que alcanzan ese estatus disminuya en 2023 debido a las dificultades globales en el ámbito económico, lo que resultará en valoraciones más bajas de los unicornios existentes y en la ausencia de mega rondas de inversión. 

Aunque la banca digital en el Caribe no ha experimentado el ritmo de crecimiento que se ha experimentado en América Latina, hay historias de éxito que muestran el potencial para que más startups ingresen al espacio. WiPay, fundada en Trinidad y Tobago, ofrece una variedad de soluciones de pagos digitales. Después de trasladarse a Jamaica en 2021, la compañía fundó el neobanco Colour Bank, con el objetivo de atender a la población de la diáspora caribeña y africana en los Estados Unidos.

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Panorama cambiante 

Una señal importante de la migración hacia la banca digital es la adquisición de bancos tradicionales por parte de empresas fintech, esto con el objetivo de ampliar su oferta de servicios y su base clientelar. El año pasado, Credijusto, una empresa fintech mexicana, adquirió el banco Finterra por casi 50 millones de dólares, mientras que en Argentina la fintech Ualá compró Wilobank, el primer banco digital del país, e invirtió 80 millones de dólares para operar en Colombia después de cerrar una ronda de inversión de $350 millones en 2021 y adquirir el banco mexicano ABC Capital. 

Incluso algunos inversionistas no tradicionales han desarrollado apetito por el creciente mercado. En octubre pasado, el conglomerado de Abu Dhabi International Holding Company adquirió una participación del 50% en Lulo Bank, el primer banco digital regulado de Colombia, por 200 millones de dólares. 

Al ver la evolución de los pagos digitales y los beneficios que ofrecen a los ciudadanos, los Gobiernos de Colombia, México y Chile, países de origen para cinco de los ocho unicornios que surgieron en 2022, están elaborando nuevas regulaciones para acelerar el crecimiento de los pagos digitales adoptando sistemas como el PIX de Brasil, que permite pagos instantáneos mediante códigos QR. 

En 2019, el Banco de México, el Banco Central de ese país, lanzó un sistema similar llamado Cobro Digital, o CoDi. La plataforma utiliza códigos QR y tecnología de comunicación de campo cercano para permitir pagos electrónicos móviles y triplicando así el valor total de las transacciones en el período 2020-21. Mientras tanto, las autoridades del Banco Central de Colombia están trabajando con sus contrapartes brasileñas para implementar PIX en el país. 

Ofertas regionales 

Una gran parte de la población de América Latina y el Caribe sigue sin estar bancarizada y tiene acceso limitado a tarjetas de crédito o débito, lo que representa oportunidades importantes para los bancos digitales. 

Cuando se lanzó por primera vez, Nubank ofrecía solamente tarjetas de crédito. Ahora tiene una gama de servicios, incluido un intercambio de criptomonedas que se lanzó el año pasado con más de 2 millones de usuarios. Este mes, emitirá su propia criptomoneda, nucoin, mediante un lanzamiento selectivo, apartando el 80% de la oferta de la moneda para los usuarios existentes, que podrán participar en programas de devolución de efectivo y otras recompensas. 

Otros unicornios fintech, como Stori y Klar en México, expandieron sus servicios a través de ofertas de tarjetas de crédito. El mes pasado, Ualá lanzó una oferta de tarjeta de crédito a través de ABC Capital en México, donde solo el 33% de los adultos tenían acceso a crédito formal en 2021. 

La empresa digital puertorriqueña Zenus Bank, que pone a disposición de los clientes cuentas bancarias estadounidenses en más de 46 países, lanzó una tarjeta Visa Infinite en marzo que se puede utilizar como tarjeta de débito para compras en todo el mundo. 

Latinoamérica y el Caribe también destacan por su innovación y disposición para construir asociaciones transfronterizas, dentro y fuera de la región. Algunas superaplicaciones locales, aplicaciones móviles todo en uno que ofrecen a los usuarios acceso a múltiples servicios, han transformado sus servicios de procesamiento de pagos y transacciones financieras en bancos digitales. 

Por ejemplo, la superaplicación Treinta en Colombia, permite a las micro, pequeñas y medianas empresas registrar ventas y gastos, hacer seguimiento de débitos y créditos, gestionar inventarios, compartir recibos digitales, descargar informes y ver estadísticas, ahora ofrece pagos en tiempo real para transacciones de persona a persona y de persona a comercio. 

Otra superaplicación colombiana, Rappi, que comenzó en la entrega de alimentos, ahora ofrece servicios bancarios digitales a través de RappiPay, después de obtener la aprobación de su licencia el año pasado. 

Mientras tanto, el unicornio de pagos digitales Kushki en Ecuador opera en cinco países de América Latina y tiene capacidades globales a través de su nueva división Kushki Mundial, mientras que el año pasado la plataforma colombiana Habi lanzó Habicredit para proporcionar acceso a préstamos hipotecarios a clientes que compran bienes inmuebles a través de su plataforma. 

Las altas tasas de interés plantean preguntas sobre cuánto puede crecer el sector fintech en América Latina y el Caribe, sin embargo, los inversionistas siguen mostrando interés. En enero, JPMorgan Chase y la Corporación Financiera Internacional anunciaron una ronda de inversión de $27 millones de dólares para la empresa KLYM, con sede en Colombia, para proporcionar préstamos a pequeñas y medianas empresas en América Latina. 

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