La transición económica de Arabia Saudí: gran reducción de la dependencia del petróleo

Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha señalado que la economía de Arabia Saudí se enfrenta a una fuerte desaceleración del crecimiento este año. Sin embargo, también ha destacado que las reformas lideradas por el Gobierno y el aumento de la inversión privada en nuevos sectores contribuirán a respaldar el crecimiento económico no petrolero en el país. Por otra parte, el FMI también destacó que el desarrollo de sectores no petroleros, como la tecnología y el turismo, es fundamental para la diversificación económica y la reducción de la dependencia del petróleo.
El año pasado, la economía de Arabia Saudí experimentó un crecimiento del 8,7% gracias a los altos precios del petróleo, lo que generó mayores ingresos y permitió al país registrar su primer superávit presupuestario en casi 10 años. A pesar de este fuerte crecimiento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que el crecimiento del PIB del país se reducirá a más de la mitad, alcanzando un 3,1% este año, lo que coincide con las proyecciones para otros exportadores de petróleo de Oriente Medio. Aunque esta tasa de crecimiento es menor que la del año anterior, es mayor que la proyección del FMI de enero, que situaba el crecimiento en un 2,6%. El FMI ha señalado que, si bien los altos precios del petróleo han impulsado el crecimiento económico, es importante que el país siga diversificando su economía para reducir su dependencia del petróleo y aumentar su estabilidad económica a largo plazo. En este sentido, Arabia Saudí ha estado implementando reformas económicas y ha estado invirtiendo en otros sectores no relacionados con el petróleo, como la tecnología y el turismo, dentro de su programa Visión 2030.
Recientemente, varios Estados miembros de la OPEP+, liderados por Arabia Saudí, decidieron recortar inesperadamente la producción de petróleo a partir de mayo, lo que inicialmente hizo subir los precios mundiales. Sin embargo, las preocupaciones globales y perspectivas inciertas de la demanda han hecho que los precios del petróleo sean inestables. El director del FMI para Medio Oriente y Asia Central, Jihad Azour, explicó que se espera que el sector petrolero se desacelere este año debido a la implementación de nuevas cuotas de la OPEP+. Aunque la disminución en la producción afectará el crecimiento económico, también puede haber un impacto positivo en las cuentas externas, las reservas y el déficit presupuestario, ya que los ingresos podrían crecer. En este sentido, la implementación de recortes en la producción de petróleo podría ser beneficioso para Arabia y otros países exportadores de petróleo a largo plazo.

Arabia Saudí es uno de los principales productores de petróleo del mundo y ha sido durante mucho tiempo una economía altamente dependiente del petróleo. Sin embargo, en los últimos años, el país ha estado implementando un plan de transformación económica ambicioso conocido como Visión 2030. Mohamed bin Salman, príncipe heredero y líder de facto de Arabia Saudí, es el principal impulsor del plan de esta transformación económica conocida como “Visión 2030”.
En diversas ocasiones, ha destacado la importancia de reducir la dependencia del país respecto a los ingresos del petróleo y diversificar la economía a través de la inversión en otros sectores. En un discurso en 2016, el príncipe heredero señaló que “el petróleo dejó de ser una fuente confiable para la economía saudí”, y que “la dependencia del petróleo ha obstaculizado el desarrollo de otros sectores”. En este sentido, destacó la importancia de invertir en otros sectores para impulsar el crecimiento económico y crear empleos. Desde entonces, el príncipe heredero ha liderado la implementación de diversas políticas y reformas para diversificar la economía, incluyendo la privatización de empresas estatales, la inversión en energías renovables, el fomento de la inversión extranjera y la creación de una industria turística. Una de las principales metas del plan es aumentar la participación del sector privado en la economía árabe, lo que se espera que conduzca a una mayor eficiencia y productividad. Para lograr esto, el Gobierno ha implementado una serie de reformas regulatorias y ha aumentado la inversión en sectores como la tecnología y la innovación.

Aunque la Visión 2030 de Arabia Saudí es un plan ambicioso y tiene el potencial de transformar la economía del país, también enfrenta desafíos significativos. Uno de los mayores desafíos es la implementación efectiva del plan, ya que requiere una coordinación cuidadosa y una inversión significativa.
Según Jihad Azour, el crecimiento en la economía no petrolera está impulsado principalmente por el sector privado. A medida que el país continúa avanzando en su plan de diversificación, es probable que siga disminuyendo su dependencia del petróleo y aumentando su resiliencia económica.