López Obrador prepara una reforma fiscal para 2022
Las autoridades de Hacienda en México trabajan para incorporar a la Ley de Ingresos 2022, su presupuesto anual, una serie de modificaciones de la reforma fiscal que impulsa el presidente socialista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para la segunda mitad de su mandato presidencial (2018-2024).
Para que la reforma fiscal se implemente en el 2022, deberá tenerse el conjunto de medidas de la reforma para septiembre de 2021. AMLO, conservador en materia fiscal, prometió desde su campaña que no habría nuevos impuestos ni aumentos durante los primeros tres años de su sexenio, ese plazo vence en diciembre de 2021.
El ministro de Finanzas de México, Arturo Herrera, dijo “lo que hay que hacer es discutir, las reformas tributarias tienen muchos elementos, uno puede ser la facilitación tributaria. En cualquier caso, si la reforma tributaria se propone en septiembre, entrará en vigor en 2022”, aseveró Herrera en entrevista con la cadena Radio Fórmula.
Afirmó que el Gobierno no planea implementar aumentos a las tasas de los impuestos en una próxima reforma fiscal y, en cambio, se enfocará en cerrar las lagunas de las leyes, mejorar la eficiencia tributaria y expandir la base de contribuyentes.
A mediados del mes de mayo, Arturo Herrera destacó la necesidad de hacer una “reflexión profunda” sobre si los niveles de ingresos actuales son los que la nación requiere a mediano plazo. Respecto a la recuperación económica tras la pandemia, Herrera estima que “vamos a recuperar alrededor del 60% de lo que perdimos”, anticipándose a un mejor desempeño del PIB mientras avanza la vacunación. de la población.
La economía mexicana fue duramente golpeada el año pasado por la pandemia de la COVID-19 y cayó un 8.5% a tasa anual, aunque el Gobierno prevé un repunte del Producto Interno Bruto (PIB) de un 5.3% al cierre de 2021.
"Vamos saliendo de la peor crisis de los últimos 90 años, no nada más económica, sino sanitaria", dijo a Reuters el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, en una entrevista el martes. Añadió que era un "muy mal momento para pensar en cargarles la mano a los contribuyentes y a la economía, sobre todo en la fase de recuperación", con más impuestos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó el año pasado al Gobierno a implementar una reforma fiscal, una vez que el país se recuperara de la pandemia de COVID-19, que le ayudaría a impulsar la economía y a respaldar al gasto en el mediano plazo.
A pesar de la pérdida de poder político que experimentó Morena tras los resultados de las elecciones federales del 6 de junio pasado, junto con sus aliados, tienen la mayoría necesaria para aprobar reformas fiscales, ya que éstas sólo requieren mayoría simple (el 50% más un voto) en ambas cámaras del Congreso.
Esta reforma, forma parte de la comúnmente llamada cuarta transformación (4T), que prometió AMLO en su elección, movimiento que muchos consideraron pretencioso, ya que pretende situar su Gobierno, antes de que se inicie su mandato, al nivel de otros tres momentos clave de la historia de México.
La primera transformación fue la Independencia; la segunda fue la Reforma, donde se separó la Iglesia del Estado entre otras iniciativas; la Revolución, donde se promulgó la Constitución actual, constituye la tercera reforma. Forman parte de la 4T otros proyectos polémicos, como la reforma energética.
Mientras muchos de los seguidores de AMLO ven la idea de una "Cuarta Transformación" con optimismo, otros tantos dudan del alcance que pueda tener esta visión. "La idea de que López Obrador realizaría una cuarta transformación de México se convirtió en un poderoso lema de campaña y ayudó a dar al candidato ese aire mesiánico que entusiasmó a tantos de sus seguidores", comentó el escritor y periodista mexicano Sergio Sarmiento en el diario Reforma.
"Sólo los historiadores posteriores podrán determinar si el Gobierno de López Obrador será una gran transformación o una franca decepción. Que el próximo presidente lo pregone de antemano parece un gesto de arrogancia", señaló Sarmiento.
El reconocido diario The Economist, fue muy crítico con el mandatario y con su 4T, calificándolo de “hambriento de poder”, de “populista autoritario” que se burla del Estado de derecho y que los próximos tres años de su mandato determinarán la profundidad y duración del daño que hace a México y su democracia.
El medio argumenta que divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo”, por lo que se refiere a quienes lo apoyan; y la élite, a quienes denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a los que culpa de todos los problemas de México. A pesar de haber hecho cosas buenas, “tiene un amor por las ideas que han sido probadas y se ha demostrado que no funcionan”, como su nostalgia por el monopolio petrolero del Gobierno que promueve la reforma energética de AMLO.
El periodista Jorge Zepeda, señaló que el medio inglés no mostró rigurosidad en su análisis y cuestionó si The Economist sería capaz de realizar un ejercicio con objetividad a pesar de su discrepancia ideológica con el mandatario mexicano. Héctor Vasconcelos, senador del partido de AMLO, Morena, publicó en sus redes sociales que “el día que los corresponsales de la revista hablen con mexicanos reales -los que no hablan inglés-, y no sólo con sus antecesores, con algunos intelectuales orgánicos y miembros de Board Rooms, el día que entiendan algo de la historia de México, ese día entenderán el fenómeno López Obrador y la Cuarta Transformación”.
Coordinador de América Latina: José Antonio Sierra.
