Las medidas del BCE asentarán la recuperación y estimularán el crédito

Miguel Ángel Valero/diarioabierto.com

Pie de foto: El vicepresidente, Vitor Constancio, reclama más reformas estructurales

“Dañan a los bancos porque es poco probable que los costes se trasladen a los depositantes, reduciendo la rentabilidad de la concesión de préstamos”, disiente Christopher Chu, analista de UBP.

Tras la ‘resaca’ de las medidas aprobadas el 10 de marzo por el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y de los mensajes lanzados por su presidente, Mario Draghi, llega el momento del análisis más reposado, sobre todo de las consecuencias. La intervención del BCE evitó que la Eurozona cayera en una situación de “deflación permanente” desde 2015, señala su vicepresidente de la institución, Vítor Constancio, que advierte del peligro de menospreciar la capacidad de la política monetaria ante la falta de respuesta mediante políticas fiscales y reformas estructurales.

“Para normalizar la inflación en la zona del euro necesitamos urgentemente un mayor crecimiento que pueda reducir las brechas negativas de producción y desempleo, aplicando todas las políticas realmente disponibles”, insiste Constancio, aunque reconoce la dificultad de aplicar medidas fiscales y acometer reformas estructurales.

Antonio Cortina, director adjunto del Servicio de Estudios del Banco Santander, cree que las medidas del BCE ayudarán a asentar la recuperación económica. Y estimularán la concesión de financiación a empresas y a hogares. Este experto recuerda que la demanda de crédito en España está creciendo a ritmo de dos dígitos.

“El riesgo de decepción era elevado por las altas expectativas de los inversores pero el BCE no ha defraudado”, opina Cristina Martínez Juste, gestora de fondos de inversión de renta fija de Ibercaja Gestión. “El BCE ha ido más allá de lo que el mercado esperaba, tanto cuantitativa como cualitativamente”, destaca. La primera reacción ha sido un aumento del apetito por el riesgo en Europa, que se ha visto reflejado en mejoras en las Bolsas, en los bonos privados y en las primas de riesgo de los bonos de los países periféricos, aunque los inversores “han empezado a cuestionar la falta de detalles del BCE sobre algunas de las nuevas medidas”. “Siempre la implementación de nuevos procedimientos tiene matices que habrá que concretar. Es sólo cuestión de tiempo”, señala esta experta.

Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, coincide en que “la mayoría de medidas anunciadas han sorprendido al mercado”, y resalta que “van claramente encaminadas a que los bancos concedan más crédito a la economía real como vía para elevar la inflación”. El BCE favorecerá a los bancos más activos a la hora de conceder créditos. Y los bancos tendrán que demostrar que prestan para poder acceder al segundo programa de financiación a largo plazo (TLTRO).

El problema de la deflación

Este experto recuerda que el BCE tiene la única misión de controlar la estabilidad de precios. El último dato situó el IPC de la Eurozona en el -0,2%. “Este comportamiento se podrá calificar de deflación en caso de que se prolongue en el tiempo”, señala Felipe López-Gálvez. “Con un objetivo de inflación a medio plazo en el 2%, es lógico que el BCE esté preocupado por el efecto que la deflación pueda tener sobre la economía, ya que si los precios bajan o se estabilizan, empresas y familias pueden retrasar sus decisiones de consumo. ¿Quién se compraría un coche ahora si supiese que el mes que viene le puede costar menos?”.

“Contra todo pronóstico, el sector bancario es el que mayores subidas ha registrado. Las medidas anunciadas probablemente harán caer más al Euribor, mermando así los márgenes de intereses de los bancos. Sin embargo, el sector ha apreciado el guiño que le ha hecho el BCE a la hora de lanzar el programa TLTRO II mediante el cual prestará dinero a las entidades a tipo 0% e incluso negativo. Otro efecto positivo para los bancos es la subida de precio de los bonos soberanos, muchos de los cuales permanecen en los balances de las entidades”, interpreta este analista.

Para aumentar el consumo y el crecimiento hace falta un incremento del crédito a empresas y particulares. “El problema es que el mensaje que BCE lanza a los bancos es un tanto contradictorio: por un lado les pide que canalicen el crédito y por otro que eleven las ratios de capital, que pr

A Draghi le quedan “pocas balas en la recámara”

¿Qué sucederá si estas medidas no son suficientes para alcanzar el objetivo de inflación?, se pregunta. “Draghi ha puesto toda la carne en el asador. De no conseguir los objetivos deseados de inflación, al BCE le quedan ya pocas balas en la recámara”, se contesta el analista de Self Bank.

“Con unos tipos de referencia en el 0% queda poco margen de actuación. Además, la compra de activos a razón de 80.000 millones de euros mensuales es proporcionalmente más ambiciosa incluso que la que realizó la Reserva Federal en su momento. Otro tipo de medida sería la compra de activos más allá de la deuda, como pudieran ser títulos de renta variable o incluso deuda extranjera. Sin embargo, este mecanismo podría sonar un tanto desesperante, además de que sería muy complejo de articular”, señala.

“La manera de conseguir elevar la inflación es estimulando el consumo o los salarios. No estaría de más que los Gobiernos nacionales le echaran una mano al BCE”, impulsando una política fiscal adecuada y reformas estructurales que mejoren el empleo.

Lo que está claro es que los objetivos de crecimiento e inflación no solo dependen del BCE. “Dependerá de las políticas del resto de bancos centrales, de si el petróleo sigue rebotando y de un contexto internacional muy debilitado por culpa de los emergentes”.

“Debemos ser conscientes de que detrás de estas políticas tan expansivas están los riesgos de creación de burbujas en determinados activos y la complacencia de los Gobiernos, que podrían retrasar la implantación de reformas en sus respectivas economías. En resumen: cómo habrá visto el BCE la situación económica para haber tenido que lanzar todas estas medidas”, concluye Felipe López-Gálvez.

El euro, hacia la paridad

John Hardy Saxo BankJohn Hardy, director de estrategia de divisas de Saxo Bank, cree que las medidas del BCE harán que el euro sea mucho más débil. “Los analistas interpretan las nuevas medidas de Draghi como una recalibración del arsenal del BCE, añadiendo más municiones para reforzar la economía de la zona euro y menos para el debilitamiento de la divisa”.

“El euro ha cambiado su tono débil por uno más fuerte justo cuando Draghi sugería que el BCE no quiere introducir tasas en territorio negativo, en parte debido a las preocupaciones del sector bancario. Esto se ha podido ver, quizá, como una certeza de que el BCE no participará en la reducción radical “sin fin” de los tipos para librar una guerra de divisas como el enfoque político clave para traer alivio en el frente de la inflación”, interpreta.

“El euro debería fortalecerse ante la esperanza de que las nuevas medidas mejorarán las perspectivas de la economía de la zona euro (y por tanto para la inversión entrante) y aumentará la inflación”, pronostica Hardy, que no modifica su previsión a largo plazo de una eventual caída del euro-dólar hacia la paridad.

El experto de Saxo Bank cree que “si el mercado considera que esto es bueno para el apetito de riesgo en la zona euro y fomenta la expansión del crédito, el interés podría volver al ‘carry trade’”. Conclusión: “Habrá que estar atentos a las acciones de los bancos europeos y el apetito de riesgo en general”.

En la misma línea, los expertos de E-bury señalan que “esperamos que la moneda única comience su gradual depreciación a largo plazo frente al dólar estadounidense y la libra esterlina, para alcanzar la paridad respecto al billete verde en el tercer trimestre de este año”.

En contra de la teoría económica racional

“La idea de empujar los costes de los préstamos por debajo de 0 es contraria a la teoría económica racional. Además de desalentar la idea de que el valor futuro del dinero debería ser mayor que el neto para preservar valor, estas políticas dañan a los bancos porque es poco probable que los costes se trasladen a los depositantes, reduciendo la rentabilidad de la concesión de préstamos”, opina Christopher Chu, gestor de fondos y analista de mercados asiáticos de Union Bancaire Privée (UBP)

“Los inversores deberían preferir los mercados donde los bancos centrales operan en un contexto económico favorable”, añade. “Están mirando hacia el sudeste asiático a medida que el comercio intrarregional aumenta y que la baja exposición a los ciclos de comercio internacional se convierten en un valor en medio de la volatilidad”, insiste.

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