Las Naciones Unidas se suman al carro de las organizaciones mundiales que avisan que en 2020 se producirá la mayor recesión desde los años 30 de siglo pasado. La ONU calcula que la economía global sufrirá un retroceso del 3,2%, una estimación parecida a la que el FMI anunció el pasado mes de abril. Las previsiones presentadas también ofrecen el “peor escenario posible”, que tiene en cuenta la hipotética prórroga del confinamiento en algunas de las economías más avanzadas y una segunda oleada de infecciones. Si se produjesen estas circunstancias, la caída puede llegar al 4,9% en 2020 y al 0,5% en 2021.
En total, el mundo perderá casi 8,5 billones de dólares en producción económica durante los próximos dos años como consecuencia de la pandemia, un retroceso que eliminará prácticamente los avances de los cuatro años anteriores, según la ONU. Sin embargo, la realidad puede ser aún peor, pues estas previsiones se basan en un escenario en el que las medidas de confinamiento y parón económico no van más allá de la mitad del año y permiten un rebote de la actividad ya durante el tercer trimestre. Durante la conferencia de prensa, Hamid Rashid, uno de los responsables del informe, ha reconocido que ahora mismo hay “claras señales” de que las medidas más duras contra el coronavirus pueden prolongarse y pueden obligar a una revisión a la baja de las previsiones.

La organización vaticina una caída del 5% en el caso de las economías desarrolladas. La Unión Europea sufrirá una caída del 5,8% en la zona euro, del 5,4% en el Reino Unidos, del 4,8% en Estados Unidos y del 4,2% en Estados Unidos y Japón. Según la ONU, China -el país donde se originó la pandemia- logrará cerrar 2020 con crecimiento, un alza de un 1,7%, aunque muy lejos de las proyecciones previas a la crisis causada por la enfermedad.
La región de Latinoamérica y el Caribe será una de las peor paradas, con una contracción del 5,4% en su conjunto y caídas del 5,5% para Suramérica y del 5,4% para México y Centroamérica. En total, el mundo perderá casi 8,5 billones de dólares en producción económica durante los próximos dos años como consecuencia de la pandemia, un retroceso que eliminará prácticamente los avances de los cuatro años anteriores, según la ONU.
La organización estima que el rebote económico en 2021 será modesto en las economías más desarrolladas, con un crecimiento del 3,4%, que apenas servirá para compensar la caída de 2020, mientras que tendrá algo más de vigor en las economías en desarrollo, con un progreso del 5,3%. En el peor escenario posible, Naciones Unidas cree que la economía global puede llegar a contraerse un 4,9% en 2020 y otro 0,5% en 2021 si hay una segunda ola de infecciones y las duras medidas de confinamiento actuales se prolongan en las economías más avanzadas durante el tercer trimestre de este año.
En cualquiera de los casos, la pandemia va a provocar, según la ONU, un fuerte aumento de la pobreza. Su cálculo es que unos 34,3 millones de personas caerán en 2020 por debajo de la línea de la pobreza, más de la mitad de ellas en países africanos. En total, la crisis puede dejar a 130 millones de personas más viviendo en extrema pobreza para 2030, lo que supondría un golpe devastador para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la organización. Además, la actual crisis está afectando desproporcionadamente a trabajadores poco cualificados y de bajos ingresos, y amenaza con seguir haciendo crecer la desigualdad tanto dentro de los países como entre naciones. Mientras, los empleos que requieren mayores cualificaciones se están viendo menos golpeados, señala Naciones Unidas en su informe.
Según Hamid Rashid, uno de los responsables del informe, existen muchas dificultades para un rebote fuerte de la economía, empezando por la posibilidad de que muchos negocios no sobrevivan a esta fase o a las limitaciones que se les puedan imponer para controlar la pandemia y por la previsible caída del consumo privado. Así, este experto vaticina “una recuperación lenta incluso en un escenario positivo” y advierte de que puede producirse un aumento global del desempleo “permanente”.

En esta línea, los analistas de Naciones Unidas subrayan la necesidad de cooperación internacional para apoyar a los países con más dificultades y piden aliviar la deuda de naciones que lo necesiten, subrayando que sobre todo aquellas que dependen de materias primas y turismo necesitarán tener “espacio fiscal” para poder superar la crisis.
Además, advierten del riesgo de que los grandes paquetes de estímulo contribuyan sobre todo a una rápida recuperación en los mercados, pero dejen de lado inversiones productivas, que son necesarias para proteger y generar empleo y evitar un aumento aún mayor de la desigualdad.
La ONU, en todo caso, reconoce la compleja situación a la que se enfrentan los gobernantes, obligados a combinar la respuesta sanitaria con la económica en un contexto en el que -a menos que haya rápidamente una vacuna exitosa- las dificultades van a continuar. “Los Gobiernos tienen que contener la pandemia y a la vez minimizar su impacto económico. El equilibrio entre salvar vidas y salvar trabajos es tan difícil como necesario”, ha señalado en la conferencia de prensa el economista jefe de Naciones Unidas, Elliott Harris.