El yacimiento de gas de Nawara, en Túnez, ha entrado finalmente en funcionamiento, lo que debería mejorar considerablemente el equilibrio energético del país y representar una bendición para las finanzas públicas.
La producción comenzó en el sitio, ubicado en la Gobernación de Tataouine, a principios de febrero. El inicio de la producción marca la culminación de un proceso que comenzó hace más de diez años: se descubrieron reservas en 2006 y se inició la fase de preparación del proyecto en 2008.
Se espera que el yacimiento de Nawara, que es el proyecto energético más grande del país y que requirió una inversión de 3.500 millones de dinares (1.200 millones de dólares), produzca 2,7 millones de metros cúbicos de gas por día, lo que representa un aumento del 50% de la producción nacional de gas. También debería producir 7.000 barriles de petróleo y 3.200 barriles de gas licuado de petróleo por día.
En su discurso de inauguración, el entonces primer ministro Youssef Chahed dijo que el yacimiento de gas añadiría un punto de crecimiento al Producto Interior Bruto (PIB) de Túnez y reduciría el déficit energético en un 20% y el déficit comercial en un 7%.
Estos acontecimientos tendrían un impacto considerable en las finanzas nacionales. El déficit comercial alcanzó un récord de 19.400 millones de dinares (6.800 millones de dólares) el año pasado, según las estadísticas oficiales, y el déficit energético contribuyó a casi un tercio de esta cantidad.
Además de satisfacer parte de las necesidades energéticas del país y reducir las importaciones, el descubrimiento del yacimiento abre nuevas perspectivas para el país, que podría exportar su producción excedente a través del gasoducto transmediterráneo que une el país con Europa.
Si bien la entrada en producción del emplazamiento de Nawara es un verdadero paso adelante para el sector, Túnez también está tratando de diversificar su combinación de fuentes de energía a fin de asegurar su independencia a este respecto a largo plazo, apoyándose para ello en la aplicación de políticas de energía renovable y eficiencia energética.
En la actualidad, el gas natural sigue dominando, representando alrededor del 97% de la electricidad producida.
Aunque Nawara desempeñará sin duda un papel importante, el país seguirá dependiendo de las importaciones para satisfacer alrededor del 55% de su demanda este año, según las previsiones de los analistas de petróleo y gas del MEES.
A fin de colmar esta laguna energética y garantizar una combinación energética más estable para el país en el futuro, las autoridades tunecinas se han centrado en el aprovechamiento del potencial reconocido desde hace tiempo de las energías renovables y en la promoción de medidas de eficiencia energética, como la introducción de sistemas de cogeneración, es decir, la producción combinada de electricidad y calor.
"Con el precio de la energía renovable disminuyendo año tras año, está claro que la respuesta a la pregunta sobre la energía se encuentra en las unidades de cogeneración y en la energía renovable", declaró a OBG Sahbi Amara, director de África de Clarke Energy.
Túnez comenzó a desarrollar sistemas de cogeneración en 2001. A finales de 2019, la capacidad de producción total superó los 100 MW, con 200 MW adicionales que se instalarán en varios sectores, lo que supone un ahorro del 30% en gas natural y una reducción del 40% en las emisiones de CO2.
A finales de 2016, el Gobierno puso en marcha un Plan de Acción para la Aceleración de los Proyectos de Energía Renovable, que sienta las bases de una estrategia encaminada a producir un tercio de la electricidad de Túnez a partir de energías renovables para 2030, en comparación con aproximadamente el 5% a finales de 2018.
Este ambicioso programa se divide en dos fases: la primera, que corresponde al período 2016-2020, tiene por objeto dotar al país de una capacidad adicional de producción de electricidad de 1.000 MW a partir de energías renovables y reducir el consumo de energía en un 17%; la segunda, que se extiende de 2021 a 2030, debería permitir la instalación de una capacidad adicional de 1.250 MW.
Con este fin, el Ejecutivo anunció a mediados de 2018 el lanzamiento de licitaciones para seis plantas de energía fotovoltaica con una capacidad combinada de 500 MW.
Entre ellas se encuentra una licitación para una planta de energía fotovoltaica de 120 MW ubicada en la gobernación de Gasfa y ganada en enero de este año por el grupo industrial energético francés Engie y la empresa marroquí Nareva. También en enero, el grupo chino TBEA Xinjiang New Energy y la empresa emiratí Amea Power se adjudicaron el contrato para construir una planta de energía solar de 100 MW en la Gobernación de Kairouan.
Si bien es innegable que esos proyectos proporcionarán a Túnez un suministro esencial de electricidad, lo más probable es que el mantenimiento de una variedad de fuentes dentro de la combinación energética siga siendo una prioridad.
"El uso de diferentes tipos de gas significa grandes oportunidades para nuevos proyectos. El uso de gas de vertedero para producir electricidad y calor mediante la captura de biometano, por ejemplo, es un proceso de creación de energía que ya se aplica en varios mercados de todo el mundo. La principal ventaja de utilizar estos gases para la producción de energía es que se liberan de forma constante, ya que los vertederos se alimentan continuamente", explicó Sahbi Amara a OBG.