La revuelta de los agricultores crece en Europa y aumenta la presión sobre la UE

Los agricultores europeos incrementan su presión sobre la Unión Europea. Alemania lidera una nueva oleada de protestas que se extiende ya por buena parte del Viejo Continente. La reforma del Gobierno de Olaf Scholz, que elimina de forma gradual las exenciones fiscales sobre el diésel, desató una serie de manifestaciones que, sumado a la crítica situación que atraviesa el sector desde la invasión rusa de Ucrania, ha hecho explotar a los agricultores.
- Los agricultores europeos en pie de guerra contra las políticas de la Unión
- Alemania se planta y no piensa dar marcha atrás en sus recortes al subsidio del combustible
- Ursula von der Leyen dice estar abierta al diálogo con los agricultores
Los agricultores europeos en pie de guerra contra las políticas de la Unión
Alemania es el epicentro de las revueltas, pero la realidad es que las medidas impuestas desde Bruselas han tenido mucho que ver en el descontento generalizado del sector agrícola. Todo ello se suma a las críticas por la tardanza en las ayudas prometidas por la Unión Europea para paliar los efectos que deja la guerra de Ucrania en los agricultores.

En Francia la situación no es mucho más tranquila. El pasado lunes, centenares de personas anunciaron lo que denominan “asedio a París”. Pretenden ejercer presión sobre el Gobierno de Emmaunel Macron y amenazan con una “semana peligrosa” entre los propios agricultores y las fuerzas de seguridad de Francia. Denuncian que las políticas europeas están “desconectadas” de la realidad que atraviesa el sector agrícola y piden reconsiderar la postura de los países europeos, aunque no parece que eso sea una posibilidad, al menos de momento.
Alemania se planta y no piensa dar marcha atrás en sus recortes al subsidio del combustible
El Gobierno alemán ha sido muy claro: no hay más dinero. Es el motivo al que se agarran para defender una medida que ha hecho salir a las calles a miles de agricultores, quienes aseguran que esta situación los llevará a la ruina. De hecho, ya han anunciado que se exigirá un aumento de los precios de entre el 5 y el 10%, y advierten que no quedarían ahí, ya que a largo plazo seguirían aumentando gradualmente.

La Unión de Agricultores Suizos ha emitido un comunicado oficial respaldando a los alemanes. “Hay que actuar si queremos seguir teniendo comida suiza en nuestros platos” ya que, dicen, “se están asfixiando por la política agrícola y sus complejidades”. Una opinión compartida por países como Polonia, Rumania, Eslovaquia, Hungría y Bulgaria.
Desde todos ellos se quejan de competencia desleal debido a las importaciones ucranianas, provocando una caída del precio de los cereales. En ese sentido, estos países están a la espera de la decisión de la Comisión Europea sobre renovar o no la exención aduanera para los productos ucranianos, que caduca en el próximo mes de junio.

Ursula von der Leyen dice estar abierta al diálogo con los agricultores
La presidenta de la Comisión Europea asegura tener intención de seguir una estrategia de diálogo en el que se reúna a agricultores, organizaciones ambientalistas y demás organismos agrícolas. La intención es encontrar un punto medio entre las cada vez más estrictitas restricciones dictadas desde Bruselas y las necesidades de los profesionales del sector.
Eso sí, von der Leyen establece una serie de líneas rojas que no se pueden superar en ningún caso, como es el aspecto de la sostenibilidad. Sin embargo, señala que es posible encontrar un punto medio que tenga en consideración “los ingresos de los agricultores, la innovación tecnológica y la competitividad”.

La idea es abrir una vía de diálogo que, para mediados de este año, cuente con una propuesta concreta que se pueda presentar ante la Comisión. Aunque esta idea ya fue prometida por la propia Ursula von der Leyen en septiembre del año pasado y aún no se ha materializado, uno de los motivos que han propiciado las manifestaciones a las puertas del Parlamento Europeo.
Aseguran “no pedir mucho”, tan sólo “un trato justo y el respeto de su papel social”. Creen que esta oleada de protestas puede tener un gran efecto en las próximas elecciones europeas, por lo que se muestran dispuestos a seguir presionando para mejorar unas condiciones que, de no cambiar, los llevarían, según dicen, a la ruina en el corto plazo.