Tendencias de los mercados emergentes 2022: cadenas de suministro globales
Las fuerzas macroeconómicas como la inflación, la tensión geopolítica aumentada por la invasión rusa de Ucrania y los aumentos en los precios de las materias primas intensificaron las interrupciones de la cadena de suministro en 2022, que incluyeron limitaciones de capacidad, mayores costos de flete, escasez de mano de obra y ralentizaciones portuarias.
Según una encuesta de profesionales de logística y cadena de suministro realizada en diciembre de 2022, alrededor del 71,8% de las empresas estaban lidiando con interrupciones en la cadena de suministro, mientras que el 57,7% estaba tratando de sortear la escasez de capacidad de transporte. De estos encuestados, el 93% esperaba que estos desafíos continuaran en 2023.
El comercio internacional aumentó en 2021 a medida que los países reabrieron tras los confinamientos por la pandemia de COVID-19, y este impulso se prolongó hasta la primera mitad de 2022. El volumen de comercio mundial alcanzó un récord de 32 billones de dólares en el año, impulsado por los altos precios de la energía, según el Informe de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) “Revisión del Transporte Marítimo 2022” de la ONU.
Sin embargo, a partir del tercer trimestre, los flujos comerciales disminuyeron, siendo Asia oriental la única región que registró un crecimiento comercial positivo. El Banco Mundial ahora espera que el crecimiento del comercio mundial se desacelere bruscamente en 2023 al 1%.
Si bien una desaceleración del comercio debería ayudar a aliviar los cuellos de botella en las cadenas de suministro, el advenimiento de nuevas estrategias para mitigarlos, incluida la diversificación de proveedores, la reubicación, la reubicación cercana y la reubicación de amigos, significa que las cadenas de suministro aún están cambiando.
Esto, a su vez, presenta oportunidades para que los mercados emergentes llenen las brechas de producción y fabricación y desarrollen relaciones comerciales regionales y globales más sólidas.
En términos generales, se esperaba que la pandemia provocara una interrupción sin precedentes en la mecánica de la mayoría de las economías, independientemente de su tamaño o etapa de desarrollo. A pesar de su amenaza menguante para la salud mundial, los efectos de la pandemia han socavado directamente algunos aspectos de la economía mundial.
A lo largo de 2022, la política de cero COVID-19 de China provocó una desaceleración económica, lo que limitó la producción manufacturera y suprimió la demanda de los consumidores. Estas políticas tuvieron un efecto dominó en los mercados emergentes, especialmente en aquellos cuyos insumos de fabricación se exportan a China.
Por primera vez en décadas, el pronóstico de crecimiento de China del 2,8% en 2022 fue superado por los otros 23 países de la región de Asia oriental y el Pacífico, que prevén un crecimiento del 5,3%.
Desde 2020, muchas empresas y gobiernos han seguido la llamada estrategia China+1, diversificando su capacidad de producción estableciendo operaciones en otros países y manteniendo una presencia significativa en China.
Tal vez ningún país haya tomado medidas más enérgicas para atraer inversiones extranjeras y proporcionar una alternativa regional de fabricación y cadena de suministro a China que Vietnam, cuyo aumento de las exportaciones a EE. UU. y otros mercados ha ayudado a estabilizar la economía.
Vietnam registró un crecimiento del 8% en 2022, su tasa más alta desde 2011, impulsada por un crecimiento del 11,9% en el sector logístico.
Dos acuerdos comerciales firmados antes de la pandemia, el Acuerdo de Libre Comercio UE-Vietnam y el Acuerdo Integral y Progresista para la Asociación Transpacífico, sentaron las bases para este desempeño positivo y son un buen augurio para el futuro.
Bangladesh, India, Malasia y Tailandia también han reemplazado a China en las cadenas de suministro globales, lo que subraya la solidez del desempeño de Asia oriental en 2022.
El año pasado, muchos analistas predijeron que EE. UU. buscaría en América Latina para satisfacer sus necesidades de fabricación e importación más cerca de casa, y el comercio, de hecho, ha aumentado.
Después de oscilar entre 30.000 millones de dólares y 35.000 millones en 2021, las importaciones mensuales de México a los EE. UU. aumentaron a máximos históricos en 2022 de 37.000 a 41.000 millones de dólares. China incluso ha tratado de invertir en instalaciones de fabricación en México para eludir los aranceles de EE. UU. y reducir los costos de envío al país estadounidense.
En tanto, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), un bloque de 33 países que incluye a pesos pesados regionales como Argentina, Colombia y México, firmó el Plan de Acción Conjunto China-CELAC para la Cooperación en Áreas Clave 2022-24, que abarca una gran cantidad de áreas, incluida la inversión en infraestructura.
El Área de Libre Comercio Continental Africana de 43 países también ha impulsado desarrollos en los países africanos, como los esfuerzos continuos de Ghana para establecer zonas económicas especiales para aumentar la capacidad de fabricación y transformarse en un procesador y exportador clave.
Por mucho que las cadenas de suministro globales necesiten una mayor variedad de fabricantes y proveedores para llenar los vacíos de producción y aumentar la flexibilidad, se requiere una amplia infraestructura para enviar la producción a todo el mundo.
La causa principal de las interrupciones y los aumentos repentinos en las tarifas de flete en 2022 fue un desajuste entre la oferta y la demanda de capacidad logística marítima. Dado que el transporte marítimo representa más del 80% de todo el comercio mundial, se necesita una mayor inversión en puertos, flotas de transporte marítimo y conexiones interiores, según la UNCTAD.
Argumenta que las estrategias de mitigación, como la diversificación de proveedores, la reubicación, la reubicación cercana y la reubicación de amigos, continuarán remodelando las cadenas de suministro globales.
La digitalización ya está ayudando a los puertos y a la industria naviera a mejorar la eficiencia, agilizar el procesamiento de documentos a través de documentos electrónicos y pagos electrónicos, y crear flujos de información más abundantes en almacenes e instalaciones de fabricación para que los programas de inteligencia artificial puedan entrenarse para evitar cuellos de botella.
El surgimiento de los llamados “puertos inteligentes” puede mejorar la competitividad internacional, reducir el impacto ambiental y mejorar el entorno laboral.
Mientras tanto, la industria del transporte marítimo ha estado desarrollando una gran cantidad de tecnologías ecológicas, desde metanol y amonio hasta viento, para reducir sus emisiones de carbono. Estos cambios podrían ir acompañados de inversiones en tecnologías digitales.
Por ejemplo, Baja California y Manzanillo en la costa del Pacífico de México se están discutiendo bajo esta luz, ya que el país podría canalizar una gran cantidad de energía solar y eólica hacia centros de combustibles ecológicos para la industria naviera mundial.
Una de las historias dominantes para la economía global en 2022 fue la inflación, que agregó tensión financiera adicional en medio del aumento de las tarifas de flete.
En mayo, la Reserva Federal de EE. UU. implementó su mayor aumento de tasas de interés en dos décadas para frenar la inflación norteamericana, y sus efectos se han sentido en todo el mundo.
Si bien muchas monedas de mercados emergentes se han debilitado como resultado, las medidas proactivas de los bancos centrales han limitado el daño y posicionado a estas economías mejor que en períodos inflacionarios anteriores.
Sin embargo, un dólar estadounidense más fuerte hace que sea más costoso para los mercados emergentes pagar la deuda existente o considerar la financiación de nuevos proyectos, lo que contribuye al déficit de inversión en infraestructura en áreas donde se necesita nuevo capital para resolver los desafíos de la cadena de suministro.
La inversión en infraestructura de China a través de la Iniciativa Belt and Road (BRI) ha ayudado a impulsar el crecimiento durante la última década, pero el ritmo de inversión se desaceleró durante la pandemia.
Para ayudar a cerrar la brecha, los líderes del G7 se comprometieron en junio a recaudar 600.000 millones de dólares en fondos públicos y privados durante cinco años para financiar la infraestructura en los países en desarrollo y contrarrestar la influencia del BRI de China.
También están en marcha nuevos proyectos de infraestructura que podrían contribuir en gran medida a aliviar la presión sobre las cadenas de suministro. Por ejemplo, el Corredor Bioceánico en América Latina tiene como objetivo conectar el puerto brasileño de Santos en el océano Atlántico con los puertos chilenos de Iquique y Antofagasta en el océano Pacífico a través de una serie de carreteras.
Comercio de energía
La energía, el elemento vital de la economía global, estuvo en el centro de las interrupciones de la cadena de suministro global el año pasado.
Desde 2021, la escasez de energía marcada por la invasión rusa de Ucrania y las políticas occidentales para restringir las exportaciones rusas provocaron un aumento en los precios, aumentaron la demanda y ejercieron una presión adicional sobre la logística.
Estas tendencias alcanzaron su punto máximo en mayo, cuando la UE anunció la prohibición de las importaciones marítimas de petróleo ruso. Sin embargo, tanto la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como los no miembros de la OPEP aumentaron la producción de modo que, cuando se instituyó la prohibición en diciembre, la UE se encontró con un amplio suministro gracias al aumento de los cargamentos de África, América Latina, el Oriente Medio y Estados Unidos.
Los miembros de la OPEP y otras naciones productoras de petróleo aliadas, conocidas colectivamente como OPEP+, redujeron la producción en septiembre a medida que la demanda mundial se debilitaba. Subrayando el ciclo volátil de las materias primas del petróleo, se espera que la demanda aumente en 2023 a medida que China y otros países vuelvan a la plena productividad económica, con Goldman Sachs pronosticando que la demanda podría aumentar hasta 2 millones de barriles por día.
Si bien las energías renovables siguen siendo un área clave de crecimiento en el sector energético, muchas de las cadenas de suministro relacionadas están menos desarrolladas que sus contrapartes de hidrocarburos convencionales. Además, estas tecnologías verdes involucran una panoplia de minerales críticos, incluidos cobre, litio, níquel, cobalto y elementos de tierras raras, y requieren métodos de producción intensivos en energía y mano de obra.
Como resultado de los pasos adicionales de fabricación de componentes, ensamblaje y envío de productos finales, así como la posición dominante de China en estas cadenas de suministro, el sector enfrentó vientos en contra en 2022.
Los precios internacionales del litio y el cobalto se han duplicado desde 2020, mientras que los del cobre, el níquel y el aluminio aumentaron entre un 25 y un 40%. Los precios del carbonato de litio para baterías en China alcanzaron un máximo histórico de 74.475 dólares por tonelada en octubre, eclipsando el récord establecido un mes antes.
Los gigantes globales Siemens y GE han declarado que el aumento de los precios de los minerales, la inflación y las interrupciones en la cadena de suministro están perjudicando la rentabilidad.
Varios mercados emergentes invirtieron en estas industrias clave en 2022, incluida Indonesia, que anunció planes en enero de 2022 para establecer una industria de polisilicio de 4.000 millones de dólares, una materia prima clave en la producción de paneles solares.
Se prevé que la demanda de producción de paneles solares fotovoltaicos crezca entre un 150 y un 400% entre 2021 y 2030, según el informe de julio de la Agencia Internacional de Energía titulado "Asegurar cadenas de suministro de tecnología de energía limpia".
