Tras los tira y afloja entre la Unión Europea (UE) y la región belga de Valonia, que bloqueaba el acuerdo, este domingo se ha firmado el CETA. Este acuerdo comercial entre Canadá y la Unión Europea ha estado siete años en el horno y aumentará en 20.000 millones anuales los ingresos generados.
Punto final de la polémica, el CETA ya está firmado. La Unión Europea (UE)y Canadáfirmaron este domingo en Bruselas el acuerdo de libre comercio que en las últimas semanas se había enquistado, llegando a anunciar la ministra de Comercio canadiense, Chrystia Freeland, "el fin y el fracaso" del acuerdo.
La firma estaba prevista para el pasado jueves, pero la negativa de la región belga de Valonia, de 3,5 millones de habitantes, bloqueó este acuerdo hasta el último momento ya que consideraban que no tenía toda la transparencia necesaria. Mejor dicho, una vez cancelada la cita fue cuando dieron su visto bueno.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se ha desplazado a Bruselas para plasmar su firma. Junto a él han comparecido el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Además de Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia, ya que el país del este de Europa ostenta la presidencia de turno de la Unión actualmente.
Para Tusk el CETA "va más allá del ámbito del comercio", confesando que "no ha sido fácil llegar hasta aquí" pero que servirá para acabar con el "fatalismo" político que azota a Occidente. Han sido siete años de negociaciones y unas últimas semanas en las que parecía que las 1.600 páginas acabarían siendo papel mojado. Además, se temía que fracasar en estas negociaciones con Canadá, el país más similar en el plano sociopolítico a la UE, supondría el fracaso del TTIP con Estados Unidos.
¿Qué supondrá el CETA?
Los responsables del tratado aseguran que este acuerdo comercial tendrá un impacto favorable de 20.000 millones anuales: 12.000 para los más de 500.000 habitantes de la unión Europea y otros 8.000 para los 35 millones de canadienses. Las relaciones entre ambos ya son bastante estrechas, siendo la UE el segundo socio comercial de Canadá tras su vecino Estados Unidos. Canadá es el duodécimo para la UE.
El punto fuerte del CETA es la reducción de las tasas de las aduanas, que facilitarán los intercambios en un gran número de productos. Se calcula que la UE se ahorrará 500 millones en aranceles. En 2015 la UE exportó bienes a Canadá por valor de 35.200 millones e importó 28.300 millones. Por su parte, España exportó bienes que fijaban su cuantía en 1.370 millones mientras que sus importaciones se quedaron en 891millones, balanza favorable.
Cuando entre en vigor este acuerdo, que tardará años en ratificarse al 100% -todavía lo tienen que ratificar los 28, por lo que podrían florecer nuevas polémicas-, aunque en marzo estará en funcionamiento. El CETA reconocerá 145 denominaciones de origen europeas, 26 de ellas de España, como aceites, quesos, embutidos...
Esta era una de las críticas sobre las que apoyaban sus argumentos los contrarios al CETA, ya que sacrificaba la mayoría de las denominaciones de origen europeas. Otra de las negativas surgía por los tribunales de arbitraje entre empresas y Estado, ya que, en palabras del presidente regional de Valonia, Paul Magnette, "podría ser explotado por las multinacionales de Canadá", asegurando que estos tribunales contempla dejan fuera a los sistemas nacionales de justicia.
La idea era lograr que las decisiones de los tribunales fuesen más rápidos, ya que no se tendría que pasar el trámite de la burocracia de cada nación, ni por los tribunales ordinarios. Finalmente, se tuvo que reformar y serán la UE y Canadá las que elijan a los jueces, no las multinacionales. Pero si los movimientos y partidos contrarios juzgan el CETA es porque puede ser el prefacio del TTIP, el mayor acuerdo de libre comercio del mundo, cuyas negociaciones han sido tildadas de oscurantistas desde el principio.
Además, la UE asegura que Canadá no podrá comercializar en suelo europeo carne de vacuno hormonada y demás organismos modificados, al normativa seguirá igual. A pesar de las bondades que promulgan los autores, el grupo activista The Council of Canadians asegura que el CETA provocará una caída del 0,5% del PIB de la UE y el 1% del PIB de Canadá.