Argelia impulsa una narrativa oficial sin supervisión independiente

La libertad de prensa y la crítica a las instituciones estatales en Argelia está perdiendo peso. A raíz de un informe emitido por el Servicio de Prensa Argelino (APS), fuertemente controlado por el Gobierno nacional, titulado “La era Tebboune: El retorno del liderazgo argelino”, sin motivo aparente, la agencia enalteció la labor del actual presidente, Abdelmadjid Tebboune, desde que llegara a la Presidencia en 2019.
La publicación, que de puertas para adentro no ha sorprendido a las autoridades ni medios de comunicación; para expertos regionales plantea serios interrogantes sobre los motivos reales de la divulgación del informe. Aunque se destacan avances, el informe evita hablar de las expectativas incumplidas y la falta de transparencia, lo que pone en duda su veracidad.

El reporte que señala la llegada de Tebboune al poder como “el fin de la decadencia del país”, no mencionó las principales coyunturas que los ciudadanos reclaman al Estado: mejor y más protección en lo que respecta al empleo; más facilidades para el acceso a la educación en todos los niveles; un mejor sistema sanitario; y mejor sistema de servicios públicos.
Concretamente, el informe señaló la ausencia de autocrítica; la falta de resultados concretos, por ejemplo, prometió alcanzar 30.000 millones de dólares en exportaciones no petroleras, pero solo se han logrado 7.000 millones; la ausencia de mecanismos de control, puesto que no hay instituciones independientes que evalúen estos logros; y el clima tenso, principalmente por la desconfianza entre la población y el Gobierno, y a nivel internacional.

La ausencia de todos estos temas en el informe ha supuesto para muchos que el motivo de la difusión del informe sea meramente propagandístico.
En cambio, en el mismo se ensalza al presidente como transformador del país, destacando reformas políticas, económicas y diplomáticas; la reestructuración institucional tras el movimiento popular de 2019; la integración de los jóvenes en la vida política; el impulso a una economía diversificada más allá del petróleo; fomento de la ciencia, inteligencia artificial y startups; y recuperación del papel de Argelia como actor regional influyente.
Para justificar la publicación de las cifras el informe señala, textualmente, que: “El presidente Tebboune concede gran importancia a la ciencia y la innovación como dos palancas clave para el desarrollo sostenible. Se han creado escuelas nacionales especializadas en inteligencia artificial, junto con un mayor apoyo a la investigación científica y al autoemprendimiento, con el objetivo de preparar una generación capaz de afrontar los retos del futuro tecnológico”.

No obstante, Argelia registra una tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 4,2 %, un resultado elogiado por varias instituciones financieras internacionales, que desde la APS consideran una prueba de resiliencia y capacidad de recuperación ante los ataques internacionales.
Aunque estos datos quedan lejos de las afirmaciones que realizó el propio presidente en el mes de agosto de 2024 en las que subrayó que “Argelia aspira a convertirse, en un plazo de dos a tres años, en la segunda o primera economía africana”.
Finalmente, el documento publicado por el Servicio de Prensa Argelino concluyó alabando el papel de Tebboune al frente del país afirmando que “desde la costa africana hasta el Mediterráneo, desde la causa palestina hasta su apoyo a las causas africanas, Argelia ha cumplido plenamente su papel de potencia regional libre en sus decisiones y posturas”.