Así se protegen de China y Rusia los satélites de España, Estados Unidos y sus aliados

El Mando del Espacio de la Fuerza Aérea española que capitanea el recién nombrado general de División del Aire Isaac Crespo ha tomado parte en Global Sentinel 2024. Es el más importante ejercicio de entrenamiento multinacional que lidera con carácter anual el US SPACECOM, acrónimo de Mando Espacial de Estados Unidos, organización que dirige desde enero el teniente general Stephen Whiting.
- De Iberoamérica han participado Brasil, Colombia, México y Perú
- Los nuevos satélites espía de Moscú y Pekín que preocupan a Washington
El adiestramiento conjunto que se imparte en Global Sentinel pretende mejorar la interoperabilidad y las técnicas de vigilancia del espacio exterior, así como estrechar la cooperación operativa entre aliados y socios de Washington. En definitiva, saber integrar el poder espacial militar en operaciones globales multi dominio y conocer qué instrumentos utilizar para responder ante situaciones y amenazas críticas.
En el ánimo de los planificadores está la defensa de sus intereses comunes y disuadir a terceras potencias, grupos terroristas y organizaciones criminales de cometer actividades agresivas en el dominio ultraterrestre. La intención del Mando Espacial norteamericano es demostrar a China, Rusia, Corea del Norte e Irán que existe un grupo de naciones “con intereses compartidos, que actualizan y comparten sus conocimientos y enseñanzas sobre seguridad y sostenibilidad del espacio ultraterrestre”, recalca el general Whiting.

De carácter presencial e intensivo, el adiestramiento se ha desarrollado durante las pasados dos semanas de febrero en la base de la Fuerza Espacial de Vandenberg (California), en la costa del Pacifico, a unos 250 kilómetros de Los Ángeles. Hasta allí se han desplazado un equipo de aviadores y técnicos civiles del Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), unidad al mando del teniente coronel del Aire Manuel Olmos que tiene su sede en la base aérea de Torrejón, Madrid.
Lo primero que ha hecho el equipo español y los más de 250 especialistas de las naciones participantes ha sido seleccionar los más de 500 sistemas en órbita y cerca de 90 en tierra con los que poder constituir Centros Regionales de Operaciones Espaciales (R-SpOC). Después han tenido que hacer frente en tiempo real a la amplia variedad de escenarios e incidencias simuladas que los directores del ejercicio les han planteado tanto de día como de noche.

De Iberoamérica han participado Brasil, Colombia, México y Perú
Los equipos, primero nacionales y luego mixtos, han tenido que identificar y rastrear potenciales satélites agresores, verificar los daños sufridos por las plataformas propias y practicar maniobras de evasión en órbita. También han comprobado el estado de los sensores afectados por llamaradas solares, efectuado despegues de satélites, utilizado señuelos para confundir acciones ofensivas y supervisado reentradas en la atmosfera terrestre de meteoritos y objetos artificiales.
El general Whiting ha invitado a participar en la edición de 2024 de Global Sentinel a un total de 24 naciones. En su mayor parte son miembros europeos de la OTAN y aliados estratégicos de Washington en el Indo-Pacifico y Oriente Medio. También han concurrido países de Iberoamérica que mantienen vínculos estratégicos con Washington.
En el entrenamiento intensivo que se ha prolongado durante dos semanas, del 5 al 16 de febrero, ha tomado parte personal militar y civil de los componentes espaciales de Alemania, Bélgica, Canadá, España, Finlandia, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Suecia y Ucrania.

La parte asiática ha estado representada por Corea, Israel, Japón y Tailandia y el continente de Oceanía por Australia y Nueva Zelanda. De los países iberoamericanos han acudido Brasil, Perú y Colombia, país este último que participa por primera vez. Otras tres naciones, Qatar, India y México han enviado oficiales en calidad de observadores.
Es evidente que dominio espacial ha adquirido un papel esencial en la esfera de la defensa y la seguridad global y tiene una importancia creciente en el desarrollo de las operaciones militares. El departamento de Defensa de Estados Unidos que encabeza el teniente general Lloyd Austin asigna una función prioritaria a la observación y a las comunicaciones vía satélite en todas y cada una de las misiones que ejecutan sus Fuerzas Armadas en cualquier lugar del mundo.

Los nuevos satélites espía de Moscú y Pekín que preocupan a Washington
El ejercicio Global Sentinel 24 se ha desarrollado teniendo siempre presente la preocupación que impera en el Mando Espacial de Estados Unidos por el alcance de las nuevas capacidades de ataque y reconocimiento militar que China y Rusia han colocado en el espacio en los últimos 12 meses.
Al Estado Mayor del Mando Espacial norteamericano le llama la atención el satélite electroóptico Yaogan-41, lanzado en diciembre y colocado en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altura sobre la región del Indo-Pacífico. Tal posición le brinda una amplia cobertura geográfica que le faculta para rastrear vehículos, aeronaves y barcos militares, lo que representa un “salto cualitativo” en las capacidades de observación de China, destaca Clayton Swope, un antiguo analista de asuntos espaciales de la CIA.

Otro motivo de alarma es la nueva plataforma de alta resolución Ludi Tance-4, primera con tecnología radar de apertura sintética (SAR), colocada a 36.000 kilómetros sobre la misma zona geográfica que el Yaogan-41 y con capacidad para observar de noche y con nubes. Enviada al espacio en agosto pasado, la conjunción de imágenes de Ludi Tance-4 y de Yaogan-41 aportan a China una vigilancia continuada sobre las áreas de sus máximo interés estratégico.
Respecto a Rusia, causa alarma el intenso ritmo de renovación de su flota de satélites espía. En diciembre pasado se situó en órbita baja a unos 500 kilómetros de altura el satélite de reconocimiento electroóptico Kosmos 2573, el quinto de la serie Bars-M. Tan solo unos meses antes, en octubre, el Kremlin había posicionado a unos 900 kilómetros su séptima plataforma de inteligencia electrónica Lotos-S1. Y en marzo había enviado al espacio otro Bars-M, el Kosmos 2567.

El Mando Espacial norteamericano también está muy preocupado por los informes de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), que le alertan que Rusia lleva a cabo ensayos con tecnologías capaces de desactivar los sistemas a bordo de satélites, lo que significa una grave amenaza para la Seguridad Nacional de Estados Unidos.
El asunto inquieta incluso a la Casa Blanca, hasta el punto que por orden del presidente Biden, el Consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, compareció la semana pasada ante un grupo de congresistas y senadores para darles a conocer los aspectos clave del asunto.