En la última entrega de “De cara al mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de Ahmed Barack Allah, secretario general del Movimiento Saharauis por la Paz, quien analizó la situación actual en el Sáhara Occidental.
¿Están ustedes preocupados por un incremento de la violencia en el Sáhara provocada por el Frente Polisario y los drones de los que hablaba su ministro de Interior?
Efectivamente, estamos muy preocupados. No por la posibilidad de una escalada mayor a raíz de esas declaraciones que supuestamente hablaban de la posibilidad de conseguir nuevos armamentos, sino por el hecho de que a diario hay víctimas a raíz de esta contienda que ha sido desatada unilateralmente por el Polisario hace un par de años rompiendo su compromiso con el alto al fuego decretado por Naciones Unidas. Nuestra preocupación por el derramamiento de sangre es lo que nos hace insistir permanentemente a través de misivas a Naciones Unidas para que se restablezca el alto al fuego y se continúe por el proceso político.
Somos conscientes de que es una batalla desigual. Ya hemos experimentado estos enfrentamientos y no han llegado a ninguna parte. Es una guerra totalmente asimétrica, no se puede ganar militarmente y, por tanto, lo que clama el sentido común es que se busque una solución política y pacífica, aprovechando que todavía la comunidad internacional está prestando atención a este asunto. Esto es, en cierto modo, la esencia de la postura del Movimiento Saharaui y creo que encaja con el sentimiento y las esperanzas de la población saharaui en su totalidad después de 50 años de enfrentamientos y de guerra, en las que hemos sido simples objetos en una confrontación eterna entre Marruecos y Argelia. Ahora, para colmo, se pueden volver a insertar otra vez en una suerte de Guerra Fría, que nos recuerda a la del pasado, en la que también hemos sido una especie de cobayas.

El Movimiento Saharauis por la Paz hizo público en la Conferencia Internacional de Las Palmas, en una intervención que realizó usted, un documento con los temas concretos a negociar con Marruecos para sustanciar la autonomía del Sáhara bajo su soberanía. Es quizá eso lo que realmente haya que hacer ahora: concretar esa autonomía y buscar una solución concreta para los miles de saharauis que están buscando un futuro y un horizonte.
La fórmula definitiva, que se puede conseguir a través de un diálogo y de un proceso político, todavía no se le puede poner ningún título. Lo que se pretende por parte del Movimiento Saharaui es aprovechar esa propuesta de Marruecos de conceder una autonomía para intentar ampliarla y que se logre un punto de convergencia que pueda ser resultado de un compromiso.
Creemos que es posible y es lo que el Movimiento Saharaui ha querido proponer en la conferencia de Las Palmas. Creemos que la solución es posible, sobre todo si contiene elementos que garanticen el que los saharauis ejerzan sus gestiones a través de instituciones con garantías internacionales y a través de un acuerdo con el rey de Marruecos, que es inevitable.
La última resolución de Naciones Unidas en la que se renovaba el mandato de la MINURSO se hablaba sobre todo de la negociación. Llamaba a las partes a sentarse otra vez en la mesa de negociación de Ginebra de Naciones Unidas. Ustedes, como Movimiento Saharauis por la Paz, ¿reclaman tener ahí una presencia en esa mesa cuando se convoque?
Sí, efectivamente. Creemos que es el único modo de romper el círculo vicioso en el que llevamos 30 años. Marruecos, el Polisario y Argelia, además de Mauritania, se llevan viendo casi tres décadas desde que se aprobó el plan de paz de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental y se instaló la MINURSO. No podemos esperar otros 30 años para que unos señores se vean, se saquen una foto y se vuelvan a sus casas. Entretanto, una población vive en unas condiciones lamentables, en su mayoría en campamentos de refugiados.
Creemos que ha llegado la hora para que se avance hacia una solución. La participación del Movimiento Saharaui como el protagonista o autor hacia una tercera vía, de una propuesta de compromiso, puede precisamente romper ese círculo vicioso. Creemos que es importante que Naciones Unidas modifique el formato que ha mantenido hasta ahora porque 30 años han demostrado que no lleva a ninguna parte. Es imprescindible que se lance hacia un formato más abierto en el que haya más de dos o tres protagonistas. Creemos que esa es la clave.
¿Qué representación tiene en estos momentos el Movimiento Saharauis por la Paz entre los saharauis?
Si bien el Movimiento apenas lleva dos años y ha surgido en un momento difícil como es la pandemia de coronavirus, ha habido una reacción y un impacto en la población por su discurso moderado, realista y pacífico. Ha generado reacciones que han superado todas las expectativas. Creemos que en este momento se está generando en torno a su propuesta una mayoría silenciosa que está deseando cuanto antes una solución pacífica. Efectivamente, aquí la otra parte que representa a los saharauis, que es el Polisario, lleva 50 años utilizando la opción armada para conseguir sus propósitos. Esta opción no puede llevar a ninguna victoria militar y, por tanto, lo que dicta el sentido común es que se busque una solución pacífica tal y como propone el Movimiento Saharaui.
A estas alturas, aunque esto finalmente no lo puedes sino corroborar en las urnas, creemos que representamos a una mayoría silenciosa de los saharauis que está dispersa por todo el mundo, pero fundamentalmente en el territorio actual, en el territorio administrado por Marruecos, que está deseando cuanto antes que se abra paso a la solución pacífica. Una solución en la que no haya ni vencedores ni vencidos. Creemos que ese es el camino a seguir, y seguiremos con ello, aunque apenas llevamos dos años. Vamos a seguir insistiendo y esperamos que encontremos oídos atentos por parte de Naciones Unidas, y especialmente por parte del mediador actual, el diplomático ítalo-sueco Staffan de Mistura. Si no, seguiremos prácticamente en el mismo círculo vicioso y nunca saldremos del estado de estancamiento en el que se encuentra actualmente el proceso.

Queríamos aclarar algunas cuestiones, ¿a usted le paga el servicio secreto de Marruecos?
Hasta este momento no he recibido ninguna paga, además de la pensión no contributiva que recibo de la Seguridad Social española. Eso es un absurdo. Es el cliché que utiliza el Polisario desde hace 50 años. Cada vez que quiere arrasar con un adversario político o con una opinión dispar o contraria, aplica el manual de propaganda que se ha podido extraer del sistema cubano y aplica el típico cliché de traidor o espía. Y de verdad que es una situación cruel además de ser absurda.
En este momento, el Polisario acaba de reconocer que ha cometido crímenes en los territorios de los campamentos refugiados, que es incluso en el interior de Argelia, crímenes de lesa humanidad que han implicado el asesinato y la ejecución sin juicios previos a centenares de personas. Y precisamente a todas ellas se les ha colgado el sambenito de espías sin ninguna prueba. Creo que ese camino debe cerrarlo el Polisario si de verdad quiere salir de la situación en la que está. Tiene que bajarse de las nubes y saber que en 2022 las sociedades tienen derecho a ser representadas por diversas fuerzas políticas.
El esquema del partido, el liderazgo y el discurso único forma parte del pasado y no puede mantener este esquema. Refugiarse en sus argumentos sobre el enemigo exterior y los servicios de espionaje, que a veces son los franceses, otras los españoles y últimamente los marroquíes, es simplemente buscar la forma de sobrevivir en unas condiciones difíciles en la que, o se adapta políticamente a los nuevos tiempos, o terminará siendo una figura del parque jurásico y terminará extinguido.
En un reportaje en El Independiente de Francisco Carrión allí desde los campamentos de Tinduf, jóvenes saharauis afirmaban que estaban dirigidos por dinosaurios y reclamaban una renovación generacional.
El hecho que lo diga El Independiente con esos responsables con su postura proclives al Polisario implica que es la cabeza visible del iceberg, es una realidad. Es un liderazgo que está en el poder desde los años 70 del siglo pasado y francamente no se han apartado, sino gracias a las leyes biológicas, cuando mueren de manera natural. Creo que es un reclamo de todos los saharauis el que se produzca una transición generacional en el liderazgo del Polisario. Esperamos que superen esta prueba en el próximo congreso, aunque personalmente soy muy pesimista en cuanto a la posibilidad de que se produzca una apertura en el Polisario.
Y que respeten a otras opciones políticas como el Movimiento Saharauis por la Paz
Que a estas alturas no se reconozca la diversidad política y no se acepte el juego democrático es condenarse antes de conseguir una solución política del problema del Sáhara Occidental. Tratar de imponer a una sociedad el que exista una formación política de tipo totalitario, como la que reina en Corea del Norte o Cuba, creo que es imponer lo absurdo.