Después de visitar Riad, Glasgow y Abu Dabi en sus cinco primeros meses al frente del Gobierno, el primer ministro marroquí Aziz Akhannouch aterrizó el domingo en Doha acompañado por varios de sus ministros para reforzar las relaciones bilaterales del Reino alauí en el golfo Pérsico. En esta ocasión con Qatar, un socio clave para las aspiraciones de Rabat en la región por sus implicaciones económicas y políticas.
Antes de la llegada del primer ministro al Aeropuerto Internacional de Doha, donde fue recibido por el ministro qatarí de Deporte y Juventud y el embajador de Marruecos en Qatar, las delegaciones mantuvieron una reunión preliminar para preparar la 8º sesión de la Alta Comisión Mixta de Cooperación. Se trata de una serie de encuentros bilaterales entre Rabat y Doha destinados a fortalecer sus relaciones, que ha tenido este lunes una nueva entrega.
Pospuesta por las condiciones de la COVID-19, las delegaciones de ambos países han celebrado finalmente una nueva cumbre, la tercera de Akhannouch con los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). El jefe de Gobierno marroquí ha copresidido el encuentro junto a su homólogo qatarí, el jeque Khalid bin Khalifa bin Abdul Aziz Al Thani, que también ocupa la cartera de Interior.
Acompañando al magnate de 61 años, que ganó las elecciones de septiembre desalojando del poder al islamista PJD una década después, se desplazaron hasta la capital qatarí los ministros de Exteriores, Turismo, Cultura, Economía, Industria y Comercio, y Transición Energética y Desarrollo Sostenible. Un equipo negociador copado por los Ministerios principales del gabinete de Akhannouch, la columna vertebral del Ejecutivo, que refleja sus ambiciones modernizadoras.

Del encuentro ha trascendido la firma de un nuevo Memorando de entendimiento (MoU) que consta de siete puntos. Las partes han mostrado su intención de desarrollar su cooperación en las áreas de “asuntos islámicos, el turismo, las cuentas, la cultura, el arte, la juventud y los deportes”, según la nota emitida al término del encuentro por el Ministerio de Exteriores que encabeza Nasser Bourita. Unas áreas que subrayan la unión religiosa y cultural de ambos países.
Pero en este momento, el ámbito prioritario para Marruecos es el de la economía. La caída del 7% del PIB provocada por la crisis sanitaria golpeó a la hacienda del Reino alauí y empujó al nuevo Gobierno a trabajar en la recuperación económica. Un área en que Rabat necesita a sus socios del Golfo. Y con este objetivo se desplazó hasta Arabia Saudí y Qatar la ministra de Economía y Finanzas, Nadia Fettah Alaoui, a principios de febrero.
Las relaciones económicas entre Rabat y Doha, aunque están en auge, no han sido tan fluidas como con el resto de los países de la península Arábiga. La firma de Memorandos de entendimiento ha sido una constante entre ambos países desde 2011 y el Estado qatarí es un ya uno de los principales inversores en Marruecos. Sin embargo, siguen siendo mayores las relaciones comerciales marroquíes con países como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos.
En el capítulo de exportaciones, Marruecos representa el tercer mayor socio comercial de Qatar en África amasando un volumen del 20%, por detrás de Sudáfrica y Kenia. Mientras que Qatar no constituye para el Reino alauí uno de sus mayores mercados, como sí lo son Riad y Abu Dabi. Unos datos que traducen los estrechos vínculos económicos y el camino que aún queda por recorrer entre ambas administraciones para materializar los proyectos en común.

Tema aparte ha sido el de las relaciones políticas. Rabat y Doha establecieron representación diplomática por primera vez en 1972, aunque no sería hasta 2011 cuando estas relaciones comenzarían a fluir con la firma de 14 acuerdos. Además, existe buena sintonía entre las Casas Reales de Marruecos y Qatar, como se ha visto reflejado durante la 8º sesión de la Alta Comisión Mixta de Cooperación.
Marruecos asistió a Qatar cuando este atravesaba su momento más delicado en décadas con el aislamiento al que fue sometido por los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo en 2017. El Reino alauí adoptó una posición central en mitad de la ruptura diplomática de Doha con sus vecinos del Golfo, provocada por el respaldo qatarí a los movimientos islamistas vinculados a los Hermanos Musulmanes que amenazaron la estabilidad en la región.
Durante la crisis diplomática, Marruecos llegó incluso a enviar ayuda humanitaria a Qatar. Este bloqueo terrestre, aéreo y marítimo se tradujo en pérdidas económicas por valor de cientos de millones de dólares para el Estado qatarí. Un bloqueo que finalizó hace un año con la firma del acuerdo de Al-Ula, el pacto que precedió a los Acuerdos de Abraham, el movimiento de Washington que agitó la dinámica de alianzas en la región.
Qatar apoya la posición de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y su autonomía bajo la soberanía marroquí a pesar de su proximidad con Argelia. El tratamiento de la cuestión del Sáhara Occidental por parte de Al Jazeera, propiedad del Gobierno qatarí, también irritó al Gobierno marroquí en 2010, cuyo Ministerio de Comunicaciones cerró temporalmente la oficina de Al-Jazeera en 2010 y revocó sus acreditaciones de prensa, pero sin provocar tensiones diplomáticas con Qatar.