Las encuestas dibujan un final de campaña apretado con el socialdemócrata Olaf Scholz en cabeza a falta de 48 horas para la votación

Alemania agota la cuenta atrás para unas elecciones decisivas

photo_camera PHOTO/ARCHIVO - El Bundestag, parlamento federal de Alemania

El recorrido político de la canciller alemana Angela Merkel toca a su fin. La histórica dirigente, en activo desde 1990, comienza a despedirse tras cuatro legislaturas y 16 años de total y absoluta hegemonía en la política teutona. Hoy, su índice de aprobación ronda el 80%, números similares a los que obtenía cuando llegó al poder en 2005. Pero el final, tan esperado por la propia lideresa, que cuenta las horas para emitir su adiós definitivo, tendrá que esperar al menos unos meses.

Antes de su retirada, Merkel será testigo de unas disputadas elecciones convocadas en Alemania para el próximo domingo 26 de septiembre y, después, con los resultados en la mano, de las previsiblemente intensas y acaloradas negociaciones para formar un nuevo Gobierno. Un Ejecutivo que no contará con el liderazgo de la figura política europea más trascendental del siglo XXI y que heredará su legado.

¿Quiénes son los candidatos?

El reto es mayúsculo, sin embargo, no faltan aspirantes. En primera línea se encuentra el líder socialdemócrata, Olaf Scholz (Osnabrück, 1958). El actual vicecanciller y ministro de Finanzas del Gobierno de coalición fue designado candidato hace un año contra todo pronóstico. Y es que Scholz venía de salir derrotado junto a su compañera de ticket en las primarias internas del SPD, fuerza decana de Alemania, por el ala más izquierdista del partido.

Olaf Scholz

El perfil de Scholz es, quizá, el más parecido a Merkel a pesar proceder de formaciones distintas, una baza que juega a su favor. Además, su extensa experiencia política avala su candidatura, ya que fue ministro de Trabajo en el Gobierno de Gerhard Schröder, a la postre predecesor de Merkel, y ocupa desde hace tres años la cartera de Finanzas, uno de los cargos con mayor peso dentro del gabinete.

El máximo exponente de la socialdemocracia alemana es visto, ante todo, como un tecnócrata. Escaso de carisma, Scholz suple sus carencias con pragmatismo y eficacia. Un motivo que explica el perfil bajo de su ‘a priori’ exitosa campaña que le ha convertido en el rival a batir, sin aspavientos ni altisonancias. 

Todo ello a pesar de haber estado inmerso en un escándalo por las continuas redadas policiales en su edificio ministerial, instigadas en el marco de una investigación sobre el departamento de lucha contra el lavado de dinero de la UIF del Gobierno, vinculado al Ministerio de Finanzas. En principio, el actual vicecanciller no participó ni tenía conocimiento de la presunta trama, cuyo recorrido judicial apenas acaba de comenzar.

Armin Laschet (Aquisgrán, 1961) es el principal contendiente de Scholz en las urnas. El actual ministro presidente del Estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, recibió en enero la difícil tarea de heredar el liderazgo de Merkel en la Unión Demócrata Cristiana (CDU), superando al carismático Markus Söder, líder de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), formación hermana. Un liderazgo que no le ha sentado bien al partido.

Armin Laschet

La CDU ha perdido enteros con su candidatura. Suceder a Merkel no es tarea sencilla. A pesar de liderar brevemente las encuestas, Laschet cayó en picado por su controvertida actuación durante las inundaciones que asolaron la parte oeste del país en julio. En la expedición por la zona, una cámara captó al candidato democristiano en plena carcajada mientras caminaba entre la devastación que el agua había dejado a su paso.

Esa fatídica imagen, sumada a sus comentarios limitando la acción climática del partido, le situaron en una segunda posición que no ha sido capaz de soltar. La campaña de Laschet pasó inmediatamente a la ofensiva, un rol donde no se le ve cómodo al ser uno de los perfiles más moderados dentro de la CDU. Otra de las bazas que ha jugado en su contra ha sido el escaso respaldo mostrado por Merkel, quien tan solo se ha unido a sus mítines en la recta final de campaña para tratar de impulsar su candidatura.

La candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock (Hannover, 1980), ocupa el tercer lugar en las encuestas. Elegida en abril para representar el partido, Baerbock codirige la formación desde 2018 y se ha convertido en una de las figuras políticas más seguidas del país, especialmente entre el electorado juvenil. En su contra juega la inexperiencia, ya que, a diferencia de sus oponentes, aún no ha ocupado ningún cargo gubernamental, y mantiene un discurso monocorde y repetitivo sobre la crisis climática. Un lastre que supone al mismo tiempo el eje de su acción política.

Otra de las bazas que la apearon de un comienzo vertiginoso en los sondeos, donde llegó a ocupar la primera plaza en intención de voto, fueron las acusaciones de inexactitudes en su currículum, demora en el pago de impuestos en un bono de Navidad y plagio en su libro. La gota que colmó el vaso se produjo cuando hizo uso de un insulto racial durante una entrevista. Baerbock se disculpó, pero el daño a su imagen ya estaba hecho.

Angela Merkel

Christian Lindner, presidente del Partido Democrático Liberal (FPD); Janine Wisler, copresidenta de Die Linke, la formación política poscomunista, heredera de la República Democrática Alemana (RDA); y, en última instancia, la economista Alce Weidel, líder de la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), componen el panel de candidatos con escasas opciones. Tan solo los liberales serían decisivos para la formación de Gobierno como partido bisagra y, además, su líder anhela la cartera de Finanzas que hoy ostenta el propio Scholz.

Intenso final de campaña

Los partidos apuran las últimas horas antes de los comicios. En Alemania no existe una regulación legal que determine el inicio y el fin de la campaña electoral, por lo que tampoco existe la habitual jornada de reflexión, presente en otros países. Este factor dilatará al máximo la celebración de mítines, eventos y apariciones públicas de los candidatos. De hecho, este viernes, Scholz ha aparecido en Colonia y Laschet en Múnich, acompañado a su vez de Söder y Merkel. Mientras que Baerbock dio el jueves un mitin en Potsdam y hoy en Dusseldorf.

El jueves se celebró el tercer y último debate electoral, un cara a cara emitido por televisión que contó con la presencia de todo el arco político. Inclusive la formación de extrema derecha, AfD, cuyo papel está restringido por un férreo cordón sanitario impuesto por el resto partidos. Sin embargo, el condicionante que ha revolucionado las últimas horas de campaña han sido las múltiples movilizaciones que se han producido este vienes en varias ciudades de Alemania y del resto del mundo contra el cambio climático.

Manifestación Alemania

La marcha masiva de Berlín ha contado con la participación de la joven activista medioambiental Greta Thunberg. Las reivindicaciones, en principio favorables a las tesis de Los Verdes, han optado por alejarse de los postulados partidistas y señalar a la clase política como la principal responsable de la situación. El debate incide de nuevo sobre el tema central de la campaña, el que más importa a los alemanes, según los sondeos, la emergencia climática. Más aún en un año en que se han producido inundaciones y olas de calor récord.

Las encuestas acortan distancias

Según la última previsión electoral encargada por la cadena privada RTL, el SPD de Olaf Scholz se mantiene en cabeza con el 25% de intención de voto seguido de cerca por la CDU/CSU de Laschet, con un 22%. En tercer lugar se establece el partido de Annalena Baerbock con un 17% frente al 12 de los liberales; AfD con un 10% y Die Linke con un 6% cierran la encuesta. Unos márgenes que dan espacio a las sorpresas. Más aún si se tiene en cuenta el número de indecisos, que alcanza el 40%.
 

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