Argelia se ofreció para mediar entre la Junta Militar de Mali y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en un movimiento que ha despertado la sorpresa en la comunidad internacional.
De hecho, según el medio Al-Arab, diversos observadores han visto esta maniobra como un movimiento destinado a tener influencia política y religiosa en el Sahel, región que estaba vetada para Argelia, y ganar así un mayor nivel de presencia frente a su gran rival político: Marruecos.
Como apunta Al-Arab, Argelia medió entre Mali y la CEDEAO y los dirigentes argelinos han tratado de favorecer la expansión rusa en Mali y otros países subsaharianos, a través de la presencia del Grupo Wagner, una compañía militar privada rusa activa en la zona. Lo cual supone también un enfrentamiento con Francia, país con gran presencia histórica y política en el Sahel y que ha tenido también posturas encontradas con las autoridades argelinas por asuntos como la época colonial anterior a la independencia de Argelia de la metrópolis francesa.
El régimen argelino, que según varios analistas es dirigido realmente por la cúpula militar, que sería el verdadero poder en el país norteafricano, apoya a la Junta Militar que rige el país maliense, pero le falta peso internacional para poder ejercer una mediación entre Mali y la CEDEAO, organización que impuso sanciones a Mali tras el último golpe de Estado llevado a cabo el año pasado y después de la entrada en escena de Rusia, hechos que han conducido a un aplazamiento de las deseadas elecciones. La Junta Militar había prometido un proceso electoral en breve para sacar a Mali de la situación actual tras el golpe militar, pero el aplazamiento de los comicios ha llevado a actuar a la CEDEAO con unas medidas sancionadoras que conllevaron la suspensión de las fronteras, de las transacciones comerciales y financieras de los Estados miembro de la CEDEAO con Mali y la congelación de los activos malienses en los Bancos Centrales de los países integrantes de la propia CEDEAO.
Estas sanciones están encaminadas a obligar a los dirigentes malienses a fijar pronto una fecha electoral para arreglar la situación de un país que sufre problemas económicos y de abastecimiento. Mali sigue atravesando una situación caótica y, después de que los últimos Gobiernos no pudiesen atajar los contratiempos que sufre la nación, llegó el golpe de Estado, que ha sacudido a un país que atraviesa por muchos problemas, incluidos los enfrentamientos étnicos sangrientos y la actividad del terrorismo yihadista en la región. La llegada al poder de los militares tuvo que ver con la incapacidad de los políticos de encauzar a la nación.
Como señala el medio Al-Arab, diversos analistas señalan que Argelia actúa en beneficio de Rusia y le abre las puertas para consolidar su influencia en Mali para desafiar a Francia, lo que podría perjudicar la estabilización necesaria en el país; sobre todo teniendo en cuenta el apoyo a la Junta Militar gobernante frente a un anhelado camino a la democracia.
Al-Arab hace referencia en este caso a analistas que apuntan a que Argelia busca entrar en África occidental a través de la mediación entre Mali y la CEDEAO para mejorar su presencia internacional frente a su gran rival, Marruecos.
Argelia se ha visto en los últimos tiempos más relegada en el plano internacional y ve cómo Marruecos sí está estableciendo muchos e importantes lazos diplomáticos con diversos países del entorno africano e importantes naciones del resto del mundo. Gran ejemplo de esto fue el apoyo de Estados Unidos a Marruecos en relación con su propuesta de amplia autonomía para el Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí para resolver el conflicto saharaui, a cambio de del establecimiento de relaciones diplomáticas del Reino con el Estado de Israel, siguiendo en este caso la estela de los Acuerdos de Abraham, auspiciados por el pasado Gobierno estadounidense de Donald Trump que supusieron el establecimiento de relaciones entre Israel y diversos países árabes como Emiratos o Bahréin.

Por otro lado, la propuesta de referéndum para el Sáhara, defendida por el Frente Polisario, apoyado por Argelia, prácticamente no cuenta con significativos apoyos en el plano internacional.
Ante este supuesto aislamiento, Argelia buscaría abrirse camino, en este caso en Mali aprovechando el contencioso con la CEDEAO y también intentando mejorar una imagen internacional que no es la mejor ya que incluso el régimen argelino criticó los Acuerdos de Abraham, que fueron alabados mundialmente como un importante movimiento para pacificar Oriente Medio y normalizar la relación existente entre Israel y sus vecinos árabes.
Además del plano político, la vertiente religiosa es importante también porque, según diversos analistas, Argelia trata de penetrar más en Mali y la región del Sahel para cambiar un poco la situación, caracterizada por los fuertes vínculos religiosos e históricos de la región y el reino alauí, el cual es referente en la zona, sobre todo por el carácter sufí de la nación, y también es considerado como clave en la puerta de acceso al África subsahariana. En este punto, Marruecos sigue siendo visto como un símbolo de tradición y estabilidad en África y en el mundo árabe, lo cual le confiere un importante estatus regional.