El avance silencioso de Rusia preocupa, y mucho

La reportera y periodista María Senovilla, colaboradora de Atalayar, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid, desde el terreno, los recientes bombardeos de Rusia y la caída del símbolo de la resistencia ucraniana. Además, repasó la visita del nuevo secretario de la OTAN, Mark Rutte, a Ucrania.
Últimas horas muy intensas. Rusia ha bombardeado la frontera con Rumanía, el paso de Ferry que usaba la OTAN para entregar material, y Kiev ha bombardeado, por su parte, con ATACMS territorio ruso.
Así es, y además de eso hay que contar cientos de drones que se han enviado los dos Ejércitos a sus respectivos territorios en varias noches que ya se encadenan de ataques casi sin precedentes. El último ataque ha sido significativo porque Rusia bombardeaba ese paso a través del río Danubio por el que la OTAN suministraba a través de Rumanía material, armamento y otro tipo de suministros a Ucrania. Mientras que Ucrania bombardeaba, aunque no se ha aclarado en qué parte exacta del territorio ruso, una estación de radar muy valiosa, valorada en más de 100 millones de euros, de las que Rusia parece ser que solo tendría 10 unidades y que esto permitiría que fuera menos preciso ahora para Rusia a la hora de atacar Ucrania. Así que han sido ataques cruzados sin precedentes.
Se han contabilizado más de 200 drones, además de esos misiles que se han empleado tanto para bombardear el paso de Ferry de Rumanía como para bombardear esa estación de radar en Rusia. A eso hay que sumar los bombardeos una noche más en ciudades como Jersón, Járkov y otras, por supuesto, del frente de combate del Donbás. 24 horas muy intensas y parece que la escalada va a ir a más.

Especial atención, María, a Vuhledar. En el Donbás ha caído esta ciudad que era un símbolo de la resistencia ucraniana. Tú estuviste allí hace algunos meses. Preocupante el avance ruso por el Donbás una semana más.
Así es, nos hemos centrado mucho hablando de Pokrovsk porque ha sido lo más inesperado y hemos dejado un poco de lado lo que pasaba a unos cientos de kilómetros más al norte y para sorpresa de todos, hace unos días ya se empezaba a anunciar que los rusos estaban entrando en Vuhledar, que ya los combates urbanos eran inminentes y hace 24 horas se anunció la pérdida de la ciudad.
Era un símbolo porque fue uno de los objetivos iniciales cuando empezó la invasión rusa de Ucrania y a lo largo de un frente de 60 kilómetros entre Vuhledar, Velika Novosilka, a unos 10 kilómetros al norte de Donetsk, el Ejército de voluntarios ucranianos se posicionó ahí para defenderlo en lo que parecía una posición perdida y consiguieron imponerse, consiguieron que el enemigo no pasara.
Cuando estuve ahí, estuve varios días con los soldados y las trincheras estaban a escasos 800 metros de las trincheras rusas. Estaban en el límite de la ciudad y a 800 metros más para allá en la salida se veían las posiciones rusas cuando te las mostraban con prismáticos y consiguieron resistir, insisto, durante dos años y medio. Una posición que se daba por perdida, con lo cual se convirtió en un símbolo de la resistencia muy cercano a Donetsk y que parecía que estaba asegurado hasta que, en un avance muy rápido y repentino, se ha perdido la posición y ha caído la ciudad.
También hay que recalcar que el nuevo jefe del Ejército ucraniano, Syrskyi, es más conservador que Zaludny y no se están viendo gestas como la que tuvo lugar en Bajmut de resistir a cualquier coste, a coste de muchas vidas ucranianas. No ha sido sorpresa que se retiraran una vez que el Ejército ruso había avanzado tan deprisa y había penetrado tanto, pero sí ha sido una sorpresa que llegaran tan rápido a Vuhledar. Es preocupante el avance ruso que está teniendo lugar en las últimas semanas en el Donbás.
Si se observan los mapas de posición donde se colorean las partes en las que van avanzando los dos Ejércitos, en concreto el ruso, son avances que no son en kilómetros cuadrados muy grandes, pero sí son hacia posiciones estratégicas que parecía que Ucrania tenía a salvo y se está demostrando que no.

Terminamos con el tema político. El nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha visitado Ucrania esta semana. Eso sí, después de la productiva gira de Zelensky por Estados Unidos.
“He venido a dejar muy claro que la OTAN está con Ucrania”. Esas fueron las palabras que pronunció Mark Rutte en Kiev, en el que fue su primer viaje oficial como nuevo secretario de la Alianza Atlántica.
No era la primera vez que Mark Rutte visitaba Ucrania. En calidad de primer ministro de Países Bajos ya había estado en cuatro ocasiones más, pero la visita de esta semana ha sido la más significativa y así lo ha reconocido también el presidente Zelensky. El respaldo que le ha atendido a Zelensky ha sido rotundo. El presidente ucraniano ha aprovechado, por supuesto, para insistir en la importancia de que Ucrania forme parte de la OTAN y ha hecho un matiz muy interesante al asegurar que el derribo de misiles iraníes no es distinto al derribo de misiles rusos, haciendo una comparación con lo que está sucediendo estos días también en Oriente Medio.
Han hablado de ese plan de la victoria, que Zelensky ya presentó en su tour estadounidense la semana pasada. Además de lo que se ha dicho, la comunicación no verbal, los gestos, los abrazos, la cercanía del nuevo secretario de la Alianza Atlántica y del presidente de Ucrania ha sido palpable. Todos los medios de comunicación lo han resaltado. De nuevo, un poco más de esperanza de cara a que avance ese proceso para que Ucrania pueda incorporarse a la Alianza Atlántica y asegurarse así de que cuando esta guerra termine, que en algún momento terminará, no se vuelva a producir otra invasión rusa.