El navío turco de exploración estaba en el punto central de la escalada de tensiones de tensión entre Turquía y Grecia en el Mediterráneo oriental

El barco Oruç Reis abandona su actividad en el Mediterráneo y regresa a Turquía

REUTERS/YORUK ISIK - El buque turco de investigación sísmica Oruç Reis

El barco turco de exploración sísmica Oruç Reis, que era una de las piezas protagonistas del enfrentamiento entre Turquía y Grecia en el Mediterráneo oriental, ha abandonado la zona en la que realizaba su labor propiciando una desescalada en el choque diplomático que enfrenta a otomanos y griegos. 

El barco, que tenía planificado continuar sus trabajos en la zona hasta el 25 de septiembre, ha vuelto al puerto de Antalya en el marco de las conversaciones mediadas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según han publicado diversos medios de comunicación turcos. 

El portavoz del Gobierno griego, Stelios Petsas, se mostró satisfecho con esta decisión y resaltó que se trata de "un paso positivo" de cara a una posible reducción de las tensiones entre ambos países.

En declaraciones efectuadas a la cadena de televisión griega Skai TV manifestó que Atenas "está preparado para retomar el hilo de los contactos exploratorios desde donde los cortó Turquía en marzo de 2016".

Los trabajos del Oruç Reis habían desencadenado las críticas de las autoridades griegas, que denunciaron que estaba llevando a cabo sus investigaciones en áreas consideradas dentro de sus fronteras marítimas. 

Atenas acusó a Ankara de realizar prospecciones y actividades de exploración de hidrocarburos de forma "ilegal" a poca distancia de varias de sus islas. Sin embargo, el Gobierno turco rechaza las acusaciones y asegura que las aguas en las que se está perforando gas a título experimental pertenecen a la plataforma continental turca.

La disputa por la exploración turca de gas natural frente a islas griegas de Creta y Kastellorizo en el Mediterráneo oriental se intensificó constantemente en las últimas semanas. La Unión Europea (UE) también condenó la actividad turca y pidió al Gobierno dirigido por Recep Tayyip Erdogan que las detuviese, amenazando con sanciones.

El presidente turco lleva meses desarrollando una política expansionista en el Mediterráneo oriental con una actitud beligerante que comprende las acciones militares en las guerras de Libia y Siria, e incluso en el territorio de Irak. Todo encaminado a obtener una mayor posición geopolítica en el arco mediterráneo y obtener una mayor cantidad de los ricos recursos de gas y petróleo de la zona. 

El rechazo de Grecia y la UE a la postura del país euroasiático se acrecentó con la actividad turca generada a raíz del pacto sellado a finales del año pasado entre Recep Tayyip Erdogan y Fayez Sarraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia, por el que se aseguraba el apoyo militar turco a las milicias de Sarraj en la guerra libia y por el que también se repartían zonas económicas en el Mediterráneo denunciadas por la institución comunitaria por violar las fronteras marítimas helenas.

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