Un cambio de paradigma

El tándem Irán-Hezbolá es esencialmente una respuesta estratégica a la evaluación de amenazas de Irán en su pretendida área de influencia 
<p>Explota el bolso de un hombre en un supermercado en Beirut, Líbano, el 17 de septiembre de 2024, en esta captura de pantalla de un video obtenido de las redes sociales - PHOTO/REDES SOCIALES&nbsp;</p>
Explota el bolso de un hombre en un supermercado en Beirut, Líbano, el 17 de septiembre de 2024, en esta captura de pantalla de un video obtenido de las redes sociales - PHOTO/REDES SOCIALES 

En el campo de la geopolítica, escribir sobre sucesos muy recientes o intentar realizar análisis “en caliente”, tratando de vislumbrar las consecuencias de ciertos acontecimientos, no suele ser lo más acertado. 

Obtener conclusiones cuando el polvo de lo acaecido aún no se ha asentado no es tarea fácil y frecuentemente puede llevarnos a conclusiones erróneas o, de alguna forma, incompletas. Ese tipo de análisis entran dentro de otra categoría que tienen su propia utilidad.

Casualmente en estos días ha caído en mis manos un documento titulado “¿Por qué Irán necesita a Hezbolá?”, escrito por un investigador de la Universidad australiana de Deakin, llamado Shahram Akbarzadeh. Y, partiendo de lo que refleja en sus líneas, esta semana vamos a tratar lo sucedido en el Líbano, pues lo singular y extraordinario de la operación llevada a cabo por los servicios de inteligencia de Israel así lo exige.

<p>Miembros de Hezbolá asisten al funeral de Ali Mohamed Chalbi, miembro de Hezbolá, tras la detonación de radios portátiles y buscapersonas utilizados por Hezbolá en todo el Líbano, en Kfar Melki, Líbano, 19 de septiembre de 2024 - REUTERS/AZIZ TAHER </p>
Miembros de Hezbolá asisten al funeral de Ali Mohamed Chalbi, miembro de Hezbolá, tras la detonación de radios portátiles y buscapersonas utilizados por Hezbolá en todo el Líbano, en Kfar Melki, Líbano, 19 de septiembre de 2024 - REUTERS/AZIZ TAHER 

En primer lugar, y antes de continuar, hemos de aclarar algo muy importante. Hoy, nadie, absolutamente nadie, salvo los propios israelíes, conocen toda la información sobre lo sucedido. Por lo tanto, en ciertos aspectos sólo se puede especular. Menos de una semana después de la primera serie de explosiones, y probablemente durante mucho tiempo, lo que se comente, hable o publique sobre lo ocurrido sólo podremos agruparlo en dos categorías: especulaciones más o menos fundadas, o información sesgada, de parte filtrada, con alguna intención concreta.

¿Cuál es la base sobre la que se sustenta este ataque directo a la milicia proiraní?

“Irán, incluso bajo la presidencia del apacible Hassan Rouhani, siempre ha considerado a Hezbolá como un importante activo estratégico en sus cálculos de riesgo. Hezbolá y el régimen de Assad son vistos como la palanca de Irán para frenar los intentos de Estados Unidos, Israel y los jeques suníes del Golfo Pérsico de reducir la influencia República Islámica de Irán”. Aunque el documento habla de una asociación estratégica entre Irán y Hezbolá, este pasa por alto la intervención de Teherán en el nacimiento de la milicia, por lo que, más que de asociación, debería hablarse de tutela. 

Aunque la República Islámica de Irán es muy dada a potenciar su imagen ideológica e insiste en una retórica que plantea sus opciones de política exterior en términos existenciales basados en lo que podríamos llamar una épica batalla global entre el bien y el mal, el tándem Irán-Hezbolá es esencialmente una respuesta estratégica a la evaluación de amenazas de Irán en su pretendida área de influencia. Además, no se puede pasar por alto la cosmovisión iraní, promovida por los fundadores de la República Islámica, que no deja de ser una mezcla de revolución de corte marxista, anticolonialismo tercermundista y evangelismo islámico.

<p>Cartel que muestra imágenes de las figuras asesinadas (de izq. a der.) el líder político palestino de Hamás, Ismail Haniyeh, el comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán, Qasem Soleimani, y el comandante del Hezbolá libanés, Fuak Shukr, a lo largo de una carretera que conduce al Aeropuerto Internacional de Beirut, el 19 de septiembre de 2024 - AFP/JOSEPH EID  </p>
Cartel que muestra imágenes de las figuras asesinadas (de izq. a der.) el líder político palestino de Hamás, Ismail Haniyeh, el comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán, Qasem Soleimani, y el comandante del Hezbolá libanés, Fuak Shukr, a lo largo de una carretera que conduce al Aeropuerto Internacional de Beirut, el 19 de septiembre de 2024 - AFP/JOSEPH EID  

Irán se considera como el campeón de las masas oprimidas (Mustazafin) contra la arrogancia y la dominación de los opresores (Mustakberin). Y es esta visión del mundo la que ha permitido a los líderes de la República Islámica proyectar una visión de futuro cuyos límites van mucho más allá de su territorio. 

La Constitución de 1979 recoge esta visión del mundo. Los artículos que tratan sobre política exterior no tratan de definir los intereses nacionales en las relaciones exteriores de Irán, sino que resaltan la promoción de una visión universal que se aplica a todos los pueblos oprimidos. El artículo 152 de la Constitución iraní convierte a toda la humanidad, especialmente a todos los musulmanes, en el punto de referencia de la política exterior de Irán:

“La política exterior de la República Islámica de Irán se fundamenta en poner fin a cualquier tipo de dominación, salvaguardar la total independencia e integridad del territorio, defender los derechos de todos los musulmanes, practicar la no alineación con respecto a las potencias dominantes y mantener relaciones pacíficas mutuas con las naciones no beligerantes”.

<p>Irán celebró procesiones fúnebres con llamados a la venganza después del asesinato en Teherán del jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque atribuido a Israel - PHOTO/AFP </p>
Irán celebró procesiones fúnebres con llamados a la venganza después del asesinato en Teherán del jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque atribuido a Israel - PHOTO/AFP 

Es cierto que hay muchas matizaciones que hacer al respecto, empezando por el encaje que tiene esta visión en un mundo musulmán ya de por sí dividido y cuya división es precisamente la causa de los más feroces enfrentamientos. Lo que es indudable es que Irán se percibe como la nación llamada a liderar el mundo islámico unificándolo bajo su dirección, o tal vez habría que decir yugo.

Y en esta visión y esa forma de entender las relaciones internacionales es donde entra la peculiar forma de acción exterior que lleva a cabo Irán mediante el uso de “proxies” en toda la región, entre ellos Hezbolá, aunque como en otras ocasiones hemos mencionado, tenemos a Hamás, los rebeldes hutíes y las diversas milicias chiíes que operan en Irak.

<p>Miembros del movimiento scout afiliados a musulmanes chiíes marchan con grandes retratos que representan al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei (al frente) y al líder del movimiento chií libanés Hezbolá, Hassan Nasrallah, durante el funeral de un miembro del movimiento chií libanés Hezbolá que fue asesinado el día anterior por la explosión de un dispositivo de comunicación, en Adloun al sur de Tiro en el sur del Líbano - AFP/MAHMOUD ZAYYAT </p>
Miembros del movimiento scout afiliados a musulmanes chiíes marchan con grandes retratos que representan al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei (al frente) y al líder del movimiento chií libanés Hezbolá, Hassan Nasrallah, durante el funeral de un miembro del movimiento chií libanés Hezbolá que fue asesinado el día anterior por la explosión de un dispositivo de comunicación, en Adloun al sur de Tiro en el sur del Líbano - AFP/MAHMOUD ZAYYAT 

Cuando tratamos de explicar porqué Irán necesita a esas milicias, y en este caso particular a Hezbolá, una de las principales razones es que son el instrumento para enfrentarse indirectamente a Israel. Es la forma de evitar un enfrentamiento directo que llevaría a un conflicto a gran escala en toda la zona que, a pesar la retórica y las bravatas, no interesa a nadie.

Pero al otro lado tenemos a Israel, que no puede permanecer impasible ante las acciones de las milicias al servicio de Irán. Independientemente de lo que supone el problema palestino, de los errores cometidos por el propio Israel a la hora de tratar el tema, e incluso de las afinidades, el hecho objetivo es que Irán se sirve y se ha servido de la causa palestina en provecho propio, manipulándola e instrumentalizándola para atacar a quien identifica como su principal enemigo (aunque ese es otro tema que debería tratarse aparte y en mayor profundidad).

Y algo que también hemos repetido en ocasiones anteriores es que Israel no va a permitir que un 7 de octubre vuelva a repetirse jamás. Y esa decisión pasa por sacar de la escena o, al menos degradar al máximo, a Hamás y a Hezbolá.

Mientras la guerra en Gaza continua para alcanzar el primer objetivo, los choques con Hezbolá no han cesado, tanto por las respuestas a sus ataques como por los pasos que poco a poco se van dando por parte de Tel Aviv para preparar una futura intervención. Se trata de que, llegado el momento, dicha acción, o bien no sea necesaria por el nivel del desgaste de la milicia iraní (algo poco probable), o bien sólo se necesiten operaciones de carácter limitado y poco coste propio para lograr el objetivo final.

<p>Un soldado israelí hace guardia mientras se ven edificios dañados al fondo, en medio de la operación terrestre en curso del Ejército israelí contra el grupo islamista palestino Hamás, en la Franja de Gaza, el 13 de septiembre de 2024 - REUTERS/AMIR COHEN </p>
Un soldado israelí hace guardia mientras se ven edificios dañados al fondo, en medio de la operación terrestre en curso del Ejército israelí contra el grupo islamista palestino Hamás, en la Franja de Gaza, el 13 de septiembre de 2024 - REUTERS/AMIR COHEN 

Y aquí es donde se enmarca lo sucedido la semana pasada. Si alguna operación de inteligencia puede considerarse cercana a la perfección, es esta sin duda. Como referimos al comienzo, no vamos a entrar en los detalles de ejecución porque sería introducirnos de lleno en el terreno de la especulación. Lo más interesante es tratar de dibujar los objetivos, efectos y sus posibles consecuencias.

En primer lugar, hemos de resaltar que su principal objetivo no era causar bajas o el daño físico, que evidentemente ha sido mucho. Pero, comparativamente con el número de miembros de la organización, las bajas causadas en cuanto a la cantidad no son significativas. Sí lo ha sido en cuanto a la importancia de parte de los miembros afectados. Gran parte han sido cuadros de mando intermedios. 

Esto supone un quebranto en la capacidad de mando y control de la organización. Recuperar esa capacidad llevará tiempo, y es una ventana de oportunidad para Israel. Del mismo modo, la eliminación de algunos líderes de más nivel ha tenido un impacto que se traduce en la capacidad de reacción y organización de las unidades de Hezbolá ante cualquier situación. Y esa ventana de oportunidad es la que ha aprovechado Israel al lanzar los ataques aéreos justo dos días después de la primera oleada de explosiones.

<p>Un soldado israelí coloca velas encendidas en la entrada del túnel donde las fuerzas israelíes recuperaron los cuerpos de seis rehenes israelíes asesinados por Hamás a principios de este mes, en medio de la operación terrestre en curso del Ejército israelí contra el grupo islamista palestino Hamás, en la Franja de Gaza, el 13 de septiembre de 2024 - REUTERS/AMIR COHEN </p>
Un soldado israelí coloca velas encendidas en la entrada del túnel donde las fuerzas israelíes recuperaron los cuerpos de seis rehenes israelíes asesinados por Hamás a principios de este mes, en medio de la operación terrestre en curso del Ejército israelí contra el grupo islamista palestino Hamás, en la Franja de Gaza, el 13 de septiembre de 2024 - REUTERS/AMIR COHEN 

Las detonaciones de los “beepers” y otros dispositivos electrónicos ha servido además para dibujar un plano de situación de los elementos de la organización, ayudando sin duda a tener una idea mucho más clara, no sólo de lo que se conoce como “ORBAT”, sino de la ubicación física de muchos activos, y ello ha sido de gran utilidad para Israel.

Así mismo, la necesidad de recomponer la estructura de mando y recuperar el control sobre todas sus células y unidades es lo que ha llevado a cometer errores que, unido a la inteligencia obtenida previamente, han posibilitado acciones como la que ha eliminado al número dos de la milicia.

Otro efecto inmediato de la operación israelí es la psicosis que se ha expandido entre todos los miembros de Hezbolá. Por un lado, la incertidumbre que se ha generado. Nadie puede saber el alcance real del sabotaje, qué otros elementos han sido manipulados, de hecho, cualquier elemento electrónico es susceptible de haber seguido el mismo camino. Y el efecto en los individuos y en la organización de esa incógnita puede ser devastador, pues les obliga a priori a desconfiar de todo.

Pero a ello hay que añadir la preocupación por el nivel de infiltración descubierto. Para una operación de este calado, no sólo son necesarios ingentes medios y capacidad técnica, sino que el protagonismo de las acciones HUMINT es clave. Y eso significa que los servicios israelíes tienen un nivel de penetración mucho mayor del que se estimaba, no sólo en la cantidad sino en la calidad de las fuentes. Y esto inevitablemente, una vez más, desemboca en desconfianza y en una más que segura caza de brujas.

<p>Ataques aéreos israelíes en la aldea libanesa de Jibal el Botm, cerca de la frontera entre Líbano e Israel, el 23 de septiembre de 2024 - AFP/KAWNAT HAJU </p>
Ataques aéreos israelíes en la aldea libanesa de Jibal el Botm, cerca de la frontera entre Líbano e Israel, el 23 de septiembre de 2024 - AFP/KAWNAT HAJU 

Como colofón, no podemos obviar las consecuencias en las otras milicias y en el propio Irán. Sin lugar a duda, en estos mismos momentos en Teherán se estarán preguntando hasta donde ha podido llegar Israel. ¿Ha sido el propio régimen iraní víctima de algo parecido? Esa duda tiene un impacto directo en las futuras acciones de Irán. Ahora mismo, sus posibles acciones de represalia, en caso de que las haya, deben ser mucho más medidas ante la inquietud de lo que pueda suceder después. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos ases en la manga guarda aún el Estado hebreo. 

La espectacular acción ha abierto una serie de posibilidades para tener en cuenta. Una opción, la menos probable, es que Hezbolá, ante el temor generado, cierre filas, se repliegue, y evite más provocaciones a Israel. La otra opción, a nuestro entender la más probable, es que Israel aproveche la confusión y los efectos de su operación para seguir creando las condiciones óptimas, de tal modo que cuando llegue el momento de la intervención en el Líbano ésta sea lo más rápida y letal posible para Hezbolá, asegurando de ese modo por mucho tiempo su frontera norte.

<p>Fotografía de archivo, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, recibe al secretario general de Hezbolá, el jeque Hassan Nasrallah (izq.), en su despacho de Teherán, el 4 de julio de 2000 - AFP/ATTA KENARE </p>
Fotografía de archivo, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, recibe al secretario general de Hezbolá, el jeque Hassan Nasrallah (izq.), en su despacho de Teherán, el 4 de julio de 2000 - AFP/ATTA KENARE 

Lo que es indudable es que la operación de la semana pasada ha supuesto un cambio de paradigma. Como algún reputado experto ha manifestado, a partir de ahora el frente de batalla está en nuestra propia casa, cocina, coche u oficina.