Los talibanes asestan un nuevo golpe con la toma de dos ciudades claves 

Continúa la expansión talibán en Afganistán tras la retirada de las tropas internacionales 

photo_camera PHOTO/AFP - Militantes talibanes afganos

La situación en Afganistán es extremadamente delicada. Desde que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciará la retirada de sus tropas para el 31 de agosto. Sólo en la última semana los insurgentes han tomado el control de al menos 50 distritos de los 370 distritos afganos, el 85% del territorio. La retirada de las tropas militares estadounidenses se lleva realizando desde el pasado mes de abril de manera paulatina, pero durante las últimas semanas se ha ido acelerando el proceso.

Hace unas semanas Estados Unidos abandonaba, sin previo aviso, el aeródromo de Bagram. Bagram, ubicado a 70 km al norte de Kabul, supone un símbolo de la invasión estadounidense de Afganistán. Este complejo que acabó convirtiéndose en una pequeña ciudad para los soldados estadounidenses con todo tipo de instalaciones desde gimnasios hasta tiendas ha visto pasar a más de 100.000 soldados norteamericanos. Bagram se conformó, así como el centro del poder militar en el país asiático, así como el epicentro de la guerra para expulsar a los talibanes y localizar a los autores de los atentados terroristas del 11 de septiembre. PHOTO/AFP

Escasos días después de la salida de los soldados norteamericanos de la basa de Bagram, los talibanes han llevado a cabo una nueva ofensiva que ha resultado en la caída de más de una docena de distritos. La ciudad de Islam Qala y Torghundi, principales enclaves fronterizos con Irán y Turkmenistán respectivamente, en la provincia de Herat, han caído en manos de los talibán durante las últimas horas en un nuevo golpe a las aspiraciones del Gobierno para consolidar la estabilidad en el país conforme se retiran las tropas internacionales, y después de semanas de renovada ofensiva insurgente.

Los insurgentes se han centrado en capturar distritos y rutas comerciales. La toma de Islam Qala es particularmente contraproducente para las autoridades afganas al tratarse de una de las más importantes del país, que aporta unos 20 millones de dólares a las arcas del Gobierno a través de sus actividades comerciales.

AFP/DIMITAR DILKOFF - El negociador talibán Shahabuddin Delawar en una conferencia de prensa en Moscú el 9 de julio de 2021

Por su parte, las Fuerzas Armadas de Irán aseguraron que están vigilando "los más mínimos movimientos" en la frontera del país con Afganistán, después de que los talibanes se hicieran con el control de la ciudad aduanera limítrofe. Estos nuevos acontecimientos se producen después de que concluyeran en Teherán unas conversaciones entre representantes del Gobierno afgano y de los talibanes, que coincidieron en destacar que "la guerra no es la solución a la crisis de Afganistán".

La declaración conjunta publicada al término de las reuniones estipula que "ambas partes están de acuerdo en que la continuación de la guerra civil es peligrosa" y que "los esfuerzos deben dirigirse hacia una solución política y pacífica", aunque la situación sobre el terreno muestra otra realidad.

AFP/ ANPREET ROMANA - Regimiento de Marines de la 2ª Brigada Expedicionaria de Marines en el Campamento Dwyer en la provincia de Helmand en Afganistán

Asimismo, los talibanes han comunicado que las tropas extranjeras que sigan en el país tras fecha de retirada serán un objetivo. El portavoz de los talibanes, Suhail Shaheen, en una entrevista concedida a la cadena de televisión BBC news ha declarado que ninguna fuerza extranjera -incluidos los contratistas militares- debería permanecer en Kabul una vez completada la retirada. "Si dejan atrás sus fuerzas en contra del acuerdo de Doha, en ese caso será nuestra dirección la que decida cómo proceder", ha afirmado Shaheen a la BBC.

El aeropuerto de Kabul es la principal vía de salida de los diplomáticos y cooperantes occidentales. El temor a que caiga en manos de los talibanes cuando se retiren las fuerzas extranjeras está empujando a la OTAN a buscar una solución rápida.

El pasado mes de mayo durante la última reunión de la OTAN, Turquía se ofreció a administrar el aeropuerto de Kabul ante el anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses y por ende la salida de las tropas de la OTAN. Estados Unidos, que al principio se mostró reticente a la idea, finalmente aceptó la propuesta de Turquía y el propio Biden se comprometió a respaldar económica y militarmente a Ankara. Sin embargo, los talibanes han exigido a Ankara su retirada junto al resto efectivos de la OTAN, y han advertido a Erdogan que no cometa un “gran error”.

REUTERS/MOHAMMAD ISMALI  -   Las fuerzas de seguridad afganas cerca del lugar de un ataque en una base aérea militar estadounidense en Bagram, al norte de Kabul, Afganistán

Ante la retirada de las tropas internacionales, los grupos insurgentes han ido adquiriendo mayor poder en el terreno mientras que el Ejército Nacional afgano está experimentando un vacío de poder que está llevando a muchos soldados a desertar y huir al país vecino. En este sentido, Moscú ha alertado de un aumento de la tensión en la frontera entre Afganistán y Tayikistán, dos tercios de la cual se encuentran ahora bajo control de la formación insurgente.

Una de las grandes cuestiones era qué iba a pasar con todos aquellos civiles afganos que habían colaborado con las tropas internacionales, incluidos los intérpretes o los traductores y que ante la retirada de las fuerzas estadounidenses y del resto de países se encontraban en peligro. En este asunto, Biden, ha señalado que se ha acelerado “drásticamente el tiempo de tramitación de los Visados Especiales de Inmigración para traerlos a Estados Unidos”. Con este discurso, Joe Biden, pone punto final a la guerra más larga de Estados Unidos que le ha costado a la Administración estadounidense un billón de dólares y la muerte de 2.448 estadounidenses.

La organización de derechos humanos estadounidense Human Rights Watch acaba de publicar un informe que describe el panorama que espera a muchos afganos en los próximos meses, basándose en lo ocurrido en los sectores que ya han sido arrollados por la violencia. La investigación de HRW relata que cuando el distrito de Bagh-e Sherkat, en la provincia de Kunduz (en el norte), fue ocupado por los talibanes entre el 21 y 25 de junio se produjeron represalias contra civiles que consideraban que habían colaborado con el Gobierno, y muchos fueron expulsados de sus casas y se produjeron saqueos. 
 

Más en Política