La invasión rusa de Ucrania ha dado a conocer internacionalmente la geografía de un país mutilado por la guerra que lucha hasta la extenuación por zafarse de la agresión militar del Kremlin. A los nombres de Jersón, Járkov, Mariúpol, Sievierodonetsk o Zaporiyia se ha sumado recientemente el de Soledar, un pueblo de Donetsk en el que habitaban poco más de 10.000 personas unas semanas atrás. El enclave, reducido a cenizas por los combates, forma parte de una ofensiva mayor por controlar la ciudad de Bajmut, que Rusia considera crucial para ocupar íntegramente la región del Donbás.
La conquista de Bajmut, una ciudad que antes de la guerra contaba con una población de 70.000 habitantes, se ha convertido en el objetivo principal del Kremlin once meses después de desplegar una invasión a gran escala que pretendía someter a todo el país. Las ciegas ambiciones del Kremlin, sin embargo, se vieron rápidamente reducidas a la fuerza por el Ejército ucraniano.
Bajmut está encajada en una línea de suministro estratégica, en el corazón del Donbás. Su control podría facilitar a las tropas rusas la toma posterior de dos ciudades de mayor tamaño e importancia como son Kramatorsk y Sloviansk. Ahí radica su importancia. Eso explica, de paso, por qué la ciudad ha atestiguado algunos de los combates más cruentos desde el inicio de la invasión. Muchas vidas han quedado en la estacada en las trincheras, y fuera de ellas.
Pero todas las miradas están puestas en Soledar, donde los combates han ido ganado intensidad durante los últimos cuatro días. Las fuerzas ucranianas están librando una dura batalla contra los mercenarios del Grupo Wagner, la punta de lanza del contingente ruso en la zona. La compañía militar privada, dirigida por el oligarca Yevgeny Prigozhin, ha nutrido sus filas de presidiarios rusos prometiéndoles exoneraciones o reducciones de condenas. La PMC, sin embargo, no cuenta con las prerrogativas legales para hacerlo. Además, estas están prohibidas bajo la actual legislación rusa.
Update from Bakhmut and Soledar by Kiyanyn, 10 January (about 3 hours ago). pic.twitter.com/uqq8yp7F4O
— Dmitri (@wartranslated) January 10, 2023
El oscuro hombre de negocios, conocido como el Chef de Putin por los habituales contratos de cáterin que le ligaron al Kremlin cuando se dedicaba plenamente al sector de la hostelería, está presente en el este de Ucrania donde se libran los combates. Desde allí, el empresario se ha pronunciado a través de la cuenta de su oficina de prensa en Telegram para desmentir que los soldados ucranianos estuvieran desertando en masa. “Seamos honestos con nosotros mismos. El Ejército ucraniano está luchando valientemente por Bajmut y Soledar”, reconoció.
Las tácticas empleadas por Prigozhin en estos dos enclaves han disparado el número de bajas entre los mercenarios de Wagner. Y también entre las tropas del Kremlin. Los observadores militares han descrito como una “carnicería” las consecuencias de la estrategia rusa. “El enemigo avanza literalmente sobre los cadáveres de sus propios soldados y utiliza masivamente artillería, lanzacohetes y morteros, alcanzando a sus propias tropas”, declaró el viceministro de Defensa ucraniano, Hanna Malyar. “Atacan nuestras posiciones en oleadas, pero los heridos, por regla general, mueren allí donde yacen, ya sea por exposición, ya que hace mucho frío, o por pérdida de sangre. Nadie viene a ayudarles ni a recoger a los muertos del campo de batalla”, comentó el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov en YouTube.
Volodímir Zelenski cuestionó en su habitual discurso nocturno los motivos que han conducido al Kremlin a combatir de esta forma por Soledar. “Todo está completamente destruido, casi no queda vida —se lamentó el presidente ucraniano—. Toda la tierra cerca de Soledar está cubierta de cadáveres de los ocupantes y cicatrices de los ataques”, remató en una alocución de perfil bajo que muchos han interpretado como una preparación para confirmar la derrota.
Prigozhin aclaró las dudas del presidente ucraniano. “La guinda del pastel es el sistema de minas de Soledar y Bajmut, que en realidad es una red de ciudades subterráneas. No solo tiene capacidad para albergar a un gran grupo de personas a una profundidad de 80-100 metros, sino que también pueden desplazarse tanques y vehículos de combate de infantería”, explicó en su cuenta de Telegram. Las vastas minas de sal contienen más de 160 kilómetros de túneles y una inmensa sala subterránea, y podrían ser utilizadas con fines militares. Aunque podría haber detrás motivos comerciales.
Ukrainian armor engaging Russian troops near the central shaft of the salt mine in center Soledar. #Ukraine #Soledar #Donetsk pic.twitter.com/VHWAs27MZJ
— (((Tendar))) (@Tendar) January 8, 2023
No sería la primera vez que Wagner se moviliza con estos fines. La compañía militar privada opera en un puñado de países africanos para proteger y defender los intereses de los distintos Gobiernos que contratan sus servicios. Como contraprestación, el brazo paramilitar estrechamente vinculado a los intereses del Kremlin tiene acceso prácticamente ilimitado a los recursos naturales. El Departamento de Estado de Estados Unidos sigue de cerca los pasos de Prigozhin, que cuenta también con un ejército online de bots que interfieren en la política interna de varios países.
Los mercenarios de Wagner y el resto de fuerzas rusas podrían haber tomado a esta hora el control de la mayor parte de Soledar, de acuerdo con el Ministerio de Defensa de Reino Unido. La toma del enclave es un esfuerzo “para envolver Bajmut desde el norte e interrumpir las líneas de comunicación ucranianas”, añade el servicio de inteligencia militar británico en su seguimiento diario del conflicto. Las operaciones de Moscú van más allá. Sus efectivos avanzan en tres direcciones del frente de Donbás: en torno a Bajmut; más al sur, alrededor de Avdiivka; y al norte, en Lyman, según el Estado Mayor ucraniano.
En caso de salir airoso del asedio sobre Soledar y Bajmut, Prigozhin y los suyos saldrían reforzados. Sería la primera victoria en el campo de batalla para Rusia prácticamente desde el inicio de la invasión. La PMC rusa ya habría protagonizado la ocupación de la península de Crimea en 2014. Se considera que muchos de los hombrecillos verdes que intervinieron en ese momento del lado de los separatistas prorrusos para expulsar a las fuerzas ucranianas formaban parte de Wagner.

Nueve años después, Prigozhin ha aprovechado la debilidad del Ejército ruso sobre el terreno para ganar peso e influencia. “Las menguantes perspectivas de Rusia en su guerra de Ucrania y el creciente peso político de Prigozhin han transformado al Grupo Wagner, que ha pasado de ser un oscuro grupo de operadores encubiertos a convertirse en una fuerza auxiliar de confianza o, al menos, necesaria en las trincheras”, escribe el analista Hotaka Nakamura en Middle East Institute (MEI). El oligarca incluso se permite el lujo de criticar abiertamente a ministros de Putin, como el titular de Defensa, Serguéi Shoigu.
“A medida que Prigozhin fortalezca su posición dentro del círculo íntimo de Putin, podría presionar para que el Gobierno ruso levante finalmente la prohibición de las empresas militares privadas y allane el camino para que el Grupo Wagner se convierta en un instrumento más abierto e institucionalizado del poder duro ruso”, indica Nakamura, que recuerda “el historial de brutalidad de los mercenarios y la preferencia de su patrón por los métodos violentos”, algo que, inevitablemente, “exacerbará el sufrimiento humano causado por la guerra y desestabilizarán aún más la región”.