Europa se enfrenta a sí misma

- Un golpe de realidad
- El auge los populismos como consecuencia
- Recuperar la formación militar obligatoria
Europa se encuentra en un punto clave de su historia. No es una novedad, ya que la invasión rusa de Ucrania supuso un cambio en esa – errónea – percepción de que una nueva guerra en el Viejo Continente era imposible. Los años de desarme, alejados de aquella, aparentemente olvidada, idea de la Europa de la Defensa, han provocado que los europeos estén varios pasos por detrás de una realidad que ha terminado por atropellarles.
Un golpe de realidad
Los comicios del pasado domingo han evidenciado que buena parte de la sociedad europea se está alejando del espíritu que dio pie a la UE hace más de tres décadas. Los populismos han crecido, como auguraban muchas encuestas. Es la consecuencia natural del momento que atraviesa el continente, amenazado por el crecimiento de la violencia alrededor de este.

La guerra en Ucrania se recrudece mientras el ataque terrorista de Hamás el pasado 7 de octubre provocó un escalda de la violencia en Oriente Medio que ha llevado a países como Estados Unidos y Reino Unido a tomar parte activa frente a las milicias hutíes de Yemen. El clima de tensión a nivel internacional ha derivado en un momento en el que la sociedad teme por vivir en primera persona los enfrentamientos que ve a su alrededor.
Las causas de esta deriva son muchas, aunque no se debe perder la perspectiva. El europeísmo sigue siendo mayoría, a pesar del crecimiento de los euroescépticos. Y la intención es aislar a todas estas formaciones, como dijo Úrsula Von der Leyen poco después de conocer los resultados. El centroderecha buscará el apoyo de los socialdemócratas para evitar pactar con la ultraderecha, lo que puede empujar a una polarización aún mayor en el Viejo Continente.

El auge los populismos como consecuencia
La brecha entre la izquierda – junto con el centro y centroderecha, como quieren formar ahora en Europa – y la derecha más conservadora se ha agrandado. La polarización, los ataques y las descalificaciones entre formaciones es cada vez mayor. Y esto se ha reflejado en la sociedad, que apuesta por formaciones más extremistas, especialmente en el espectro de la derecha.
Así se evidencia en ascensos tan notorios como el de la formación ultra de Marine Le Pen que, con su incontestable victoria, ha forzado a Emmanuel Macron a adelantar las elecciones legislativas en Francia. Pero no es el único que preocupa en Europa. La extrema derecha ha ganado las elecciones también en Italia, Austria o, como ya es habitual, Hungría. Pero su ascenso ha tenido un peso importante en países clave de la política europea, como Alemania, donde la ultraderecha de Alternativa para Alemania ha sido la segunda fuerza más votada, por delante de los socialdemócratas del canciller germano, Olaf Scholz.

En España, el crecimiento de la extrema derecha también es una realidad, aunque mucho más moderado que los casos de Francia o Italia, donde ya son las formaciones más votadas. Vox ha logrado seis eurodiputados – dos más que en 2019 – al mismo tiempo que la nueva fuerza ultra, Se Acabó la Fiesta, liderada por Alvise Pérez, ha irrumpido en el Parlamento Europeo con tres escaños. Entre las dos formaciones suman casi el 15% de los votos en España.
Aunque previsible, este ascenso de las formaciones populistas encuentra su explicación tanto en la crispación en Europa, como de las amenazas y el miedo que han inundado al Viejo Continente. La inseguridad ha crecido de forma acuciante, debido en buena parte a años de inacción ante el rearme de países aledaños a Unión Europea. Y aunque tarde, Europa ya pone sobre la mesa el aumento del gasto en la cartera militar y recuperar en cada vez más países el servicio militar.

Recuperar la formación militar obligatoria
En algunos casos nunca se fue o, como mínimo, se ha recuperado hace pocos años. Es el caso de cada vez más países europeos. Grecia, Austria, Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia, Chipre, Dinamarca y Suecia ya cuentan con ello. Letonia fue el último de ellos, obligando a los jóvenes de entre 18 y 27 años a alistarse para cumplir con 11 meses de servicio militar obligatorio.
Pero todo hace pensar que esa lista puede crecer de forma importante en los próximos años. Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido – aunque con una derrota casi asegurada en las elecciones del próximo 4 de julio – ya puso sobre la mesa la recuperación del servicio militar. Similar a la idea que ya se contempla en Alemania o Francia, que miran con temor al aumento del belicismo tanto en las fronteras europeas como fuera de ellas.

Europa sabe que la guerra en su territorio es una posibilidad. No hay que atemorizar a la población, pero tampoco hay que negar lo que ocurre a las puertas del continente. La Europa de la Defensa, olvidada ante la ingenua idea de que la paz viviría para siempre, puede ser rescatada ante la deriva bélica del tablero internacional. Y cuanto antes se trabaje por prevenir, menos heridas habrá que curar.