Francia-Marruecos: ¿hacia un apaciguamiento de las relaciones?

Hace una semana, los senadores del partido derechista Les Républicains Roger Karoutchi, Bruno Retailleau y Christian Cambon enviaron una carta abierta al presidente de la República Francesa en la que pedían un replanteamiento de la política de Francia en África. Publicada por el semanario francés Le Figaro, la carta está firmada por 94 parlamentarios de muy diversa procedencia política, que se han unido para expresar su descontento sobre el tema.
La carta llega una semana después de que el presidente Emmanuel Macron enviara un mensaje de felicitación al rey Mohamed VI con motivo de la Fiesta del Trono. “Los éxitos alcanzados por Marruecos desde el inicio del reinado de Su Majestad y bajo su impulso modernizador son notables”, subrayó el presidente francés, al tiempo que aseguraba que “Francia, con lealtad y respeto, siempre ha hecho de la cooperación con Marruecos una prioridad”.

A continuación, el presidente francés se mostró convencido de “la capacidad ejemplar de la asociación excepcional entre Francia y Marruecos para aportar respuestas adecuadas a las grandes cuestiones de la actualidad”. También expresó su voluntad de que “la relación entre Francia y Marruecos crezca y se fortalezca aún más”. Con esta declaración, Emmanuel Macron parece querer demostrar que la asociación entre París y Rabat está en mejor forma de lo que realmente está.
Desde hace varios años, las relaciones entre Francia y Marruecos están estancadas por varias razones. Según un análisis del think-tank Telos, una de las principales causas es “la incomprensión por parte marroquí del hecho de que Francia se niegue a seguir los pasos de Estados Unidos en el reconocimiento de la nacionalidad marroquí del Sáhara Occidental, incomprensión tanto mayor cuanto que se considera a Francia como el socio más cercano”. Aunque otros países como Israel, España y Alemania han expresado su apoyo a esta cuestión, la falta de cambio en la postura de París resulta aún más frustrante para las autoridades marroquíes.
La segunda razón, siempre según el think-tank Telos, fue “la restricción (decidida en septiembre de 2021 pero ahora abandonada) de la mitad de los visados concedidos a los marroquíes”. Esta disposición, percibida como humillante por los marroquíes, no permite a Francia describir su asociación con Marruecos como “excepcional”, ya que el uso de “tales prácticas de represalia [...] introduce y/o subraya una desigualdad estatutaria entre las partes”.

La tercera razón es la política de acercamiento de París a Argelia. Los malabarismos de Francia entre estos dos países vecinos con relaciones tensas son vistos como una falta de consideración por parte de Rabat. “La idea de que se pudiera enviar a la mitad del Gobierno francés a Argelia y lanzar al mismo tiempo una visita de Estado a Marruecos pasó rápidamente a ser vista como una falta de consideración más”, señalan los analistas del centro Telos.
Por último, desde el 19 de enero, el Reino ya no tiene embajador en París. Esto se debió a la votación en el Parlamento Europeo de un texto no vinculante que denunciaba la suerte de los periodistas marroquíes encarcelados y expresaba la “preocupación” de los eurodiputados por la supuesta implicación de Marruecos en un escándalo de corrupción. Por parte marroquí, esta votación fue percibida como una campaña de ataques y acoso orquestada por el eurodiputado Stéphane Séjourné, secretario general de Renacimiento, el partido del presidente Emmanuel Macron. Todos estos acontecimientos de crisis han perturbado así las relaciones entre los dos países.
Lo que piden los parlamentarios
“Hoy Níger, ayer Mali, la República Centroafricana y Burkina Faso han rechazado a Francia, a las fuerzas francesas y a las empresas francesas. A nuestra costa, tras el fracaso de la operación Barkhane, llegan las milicias de Wagner, poco preocupadas por los derechos humanos o la democracia, pero perfectamente a disposición de todos los dictadores o dirigentes que se aferran al poder aglutinando a sus poblaciones contra la antigua ‘potencia colonial’”, afirman los senadores. Los recientes acontecimientos en materia de seguridad en la región del Sáhel y el norte de África han puesto aún más de relieve la pérdida de influencia francesa en esta parte del mundo.
En su carta, los 94 parlamentarios denuncian la “ambigüedad estratégica” de París en África, que va en detrimento de los intereses franceses, parece alejar a Marruecos, país históricamente aliado, y le empuja a buscar otros socios militares y económicos fuera de París. Los senadores también apuntan a un malestar más profundo, el de un creciente desajuste entre la visión francesa de África y la realidad del continente. “Probablemente ya va siendo hora, pues África, un continente amigo, ya no parece entender a Francia y desafía cada vez más su papel y su presencia”, señalan.

Con sus reivindicaciones, los 94 parlamentarios intentan convencer a Emmanuel Macron de que se replantee la política francesa en África. Para ellos, reafirmar y consolidar los lazos históricos y estratégicos entre Francia y Marruecos es la clave para que París pueda preservar su influencia y sus relaciones en África.