La reciente visita oficial a Paris del primer ministro de India, Narendra Modi, y su presencia como invitado de honor a la parada militar del 14 de julio que conmemora el asalto y toma de la Bastilla ha sido de extrema importancia para afianzar las excelentes relaciones a todos los niveles que existen entre los gobiernos de Paris y Nueva Delhi.
Sin embargo, para tener una visión lo más clara posible de lo que se ha cocinado a puerta cerrada entre las autoridades indias y galas en los suntuosos comedores y salas de reuniones de los palacetes de París, resulta conveniente separar el grano de la paja. Hay demasiada parafernalia y propaganda oficial del Eliseo que envuelve los acuerdos alcanzados o solo bosquejados durante el corto periplo francés de Narendra Modi.

Algunos suculentos platos de fusión político-militar-industrial de la cocina franco-india ya están condimentados a satisfacción de los comensales. En cambio, otros se encuentran todavía en pleno proceso de elaboración o cocción, lo que hace prever que todos ellos se servirán lujosamente emplatados, calientes y con un toque de picante en una futura visita oficial a Nueva Delhi del presidente Emmanuel Macron.
Lo primero que hay que precisar es que ambas naciones mantienen un vínculo que califican de “asociación estratégica” y que, en opinión del embajador de India en Francia, Jawed Ashraf, es prueba de que “los dos socios son iguales”. Su estrecha relación data de 1998 y acaba de cumplir 25 años, ha sido renovado y ampliado en varias ocasiones y se sustenta sobre cinco pilares. El primero y principal es el de defensa, cuyos antecedentes se remontan a junio 1953, con la compra por parte del recién creado país asiático de un primer lote de 71 aviones de combate Ouragan del fabricante Dassault.
La citada adquisición es el origen de posteriores compras de cazas franceses ‒Mirage 2000, Rafale‒ y su armamento embarcado, principalmente misiles, que han dado pie a una sólida base de cooperación con la industria aeroespacial gala que, con los años, ha saltado al ámbito de la construcción naval militar.
La estancia de Modi en la capital del Sena le ha servido para marcar el rumbo de la relación bilateral hasta mediados de siglo y dejar encaminada la compra de tres submarinos de propulsión diesel-eléctrica de la clase Scorpene, de un desplazamiento de 1.700 toneladas. La Armada india está inmersa en un proceso de fortalecimiento y modernización para incrementar sus capacidades operativas frente a la pujanza naval de China. El beneficiario directo del futuro contrato de los tres submarinos es el astillero estatal Naval Group, competidor directo del español Navantia.

Submarinos y cazas para la Armada
Si se hace efectiva la adquisición, que es lo más previsible, los tres nuevos sumergibles se sumarán a los seis contratados por India al astillero galo en 2005. Son el fruto de un acuerdo de transferencia de tecnología entre Naval Group y el astillero local Mazagon Dock Shipbuilders Ltd. de Bombay. La media docena ya ha sido construida y puesta a flote. Los cinco primeros ya prestan servicio en la Armada india y el sexto lo hará en la próxima primavera.
El ministerio de Defensa que dirige Rajnath Singh sigue a rajatabla la política dictada por el primer ministro Modi, que reivindica que el grado de participación de la industria local en los programas estratégicos vaya en incremento de modo progresivo. Es lo que está en fase de negociación entre Naval Group y Mazagon para hacer efectivo el contrato de los tres nuevos Scorpene, que en India se denominan clase Kalvari. Extender la transferencia de tecnología a la esfera de los buques de guerra de superficie es un paso que el astillero francés no descarta dar.
Emmanuel Macron y Eric Trappier, presidente ejecutivo de Dassault, también han apalabrado ‒que no contratado‒ con Narendra Modi la venta de 26 aviones de combate Rafale Marine, versión naval del Rafale, en servicio desde 2002 en la Marina Nacional francesa, de los que 14 dotan a su portaviones nuclear Charles de Gaulle.

Al ser para la Armada difieren en varios aspectos de los 36 cazas Rafale que Nueva Delhi contrató en 2016, el último de los cuales fue recepcionado por su Fuerza Aérea el 15 de diciembre de 2022. Dos son las principales diferencias visibles: el gancho fijado a la cola para conseguir una rápida desaceleración al posarse sobre la cubierta de vuelo y su tren de aterrizaje reforzado, que se ha comprobado que soporta el apontaje sobre el portaviones indio INS Vikrant, donde deben estar embarcados.
Menos de 24 horas antes comenzar el desfile militar de París presidido por Macron, con Modi a su derecha, un twitt del titular de la cartera de Defensa y presidente del Consejo de Adquisiciones de Defensa de India, Rajnath Sing, daba a conocer que el Rafale Marine era el caza seleccionado para su Fuerza Aárea. El político matizaba que “el precio y otras condiciones de compra se negociarán con el gobierno francés después de tener en cuenta todos los aspectos relevantes, incluido el precio de los contratos en otros países de aviones similares”.
El ministro también dejaba constancia que el contrato final incluirá “cláusulas para integrar equipos específicos indios a bordo de la aeronave y el establecimiento de un centro de reparación y mantenimiento en India”. El gran derrotado en la competición planteada por el Consejo de Adquisiciones es el caza norteamericano Boeing F-18 Super Hornet, por el que Joe Biden abogó sin éxito durante la visita de Narendra Modi a Washington en junio pasado.

Y nuevas centrales nucleares modulares
Desde el punto de vista contractual, si los términos de la transacción de compra-venta de los tres submarinos y los 26 cazas llegan a buen fin, su formalización no transcurrirá por cauces directos entre el ministerio de Defensa de India y los fabricantes franceses, Dassault Aviation y el astillero Naval Group. Es el cauce habitual que aplica Francia, segundo mayor proveedor de sistemas de armas y equipamientos de las Fuerzas Armadas de India (29 por ciento), por detrás de Rusia (45 por ciento), pero por delante de Estados Unidos (11 por ciento).
Con un montante económico superior a los 9.000 millones de euros, la fórmula elegida será la denominada “de gobierno a gobierno”, que implica que el Ejecutivo francés se constituirá en garante de las compras efectuadas por el estado indio. En el caso de los 26 Rafale en versión naval, la formalización de la compra estaría asociada a importantes servicios anexos, como la formación de los pilotos, un lote logístico de equipos y repuestos, así como un importante lote de misiles aire-aire, aire-tierra y crucero Storm Shadow de MBDA de más de 500 kilómetros de alcance.

A lo que sí han dado luz verde Macron y Modi ha sido a formalizar la creación de una sociedad mixta asentada en India dedicada a desarrollar y producir los motores del futuro helicóptero polivalente de las Fuerzas Armadas de India, cuyo preacuerdo fue suscrito en julio de 2022.
Las entidades que asumen el reto son Hindustan Aeronautics Ltd. (HAL), la gran empresa pública india del sector aeroespacial y de defensa, y la filial de motores de helicópteros de Safran, la gran corporación industrial francesa especializada en el diseño y fabricación de motores y sistemas de propulsión para aeronaves, cohetes y misiles. Para garantizar la soberanía india sobre el producto final, los máximos responsables de ambas empresas, Shi Ananthakrishnan y Franck Saudo, ya han acordado que buena parte de los equipos y componentes del futuro helicóptero militar serán de origen local.
El segundo pilar sobre el que se asienta la privilegiada relación de intereses franco-indios es el campo espacial. La Agencia francesa y la Organización de Investigación Espacial de India (ISRO) mantienen una estrecha colaboración desde 1964, que se materializa en proyectos conjuntos de fabricación de satélites para aplicaciones medio ambientales.

Megha-Tropiques se puso orbita en octubre de 2011, Saral-Altika en febrero de 2013 ‒ambos lanzados por cohetes indios PSLV‒ y Trishna, lo será en 2024. El secretario de Relaciones Exteriores de India, Vinay Kwatra, ha precisado que los lazos económicos bilaterales “abarcan la economía espacial” y por eso trabajan en una futura constelación de 8-10 ingenios para la vigilancia del tráfico naval.
Otros tres campos de cooperación de suma importancia para Modi y Macron son los relativos a tres ámbitos críticos para Nueve Delhi y Paris: la seguridad global, la aplicación de la seguridad marítima en la región del Indo-Pacifico y la puesta en marcha de un programa de cooperación para construir pequeños y avanzados reactores nucleares modulares. Se añadirán a la propuesta de la eléctrica francesa EDP, que aspira a que la Corporación de Energía Nuclear de India acepte su oferta comercial técnica para desarrollar seis centrales nucleares en Jaitapur.