La intromisión de Argelia en Libia

Han surgido voces contrarias a la visita del embajador argelino en territorio libio a la zona amazigh
 Patrullas libias en paso fronterizo argelino-libio de Ghadames-Debdeb - PHOTO/REDES SOCIALES
 Patrullas libias en paso fronterizo argelino-libio de Ghadames-Debdeb - PHOTO/REDES SOCIALES

Hay polémica en Libia por la visita del embajador de Argelia, Suleiman Shanin, a las regiones amazigh. 

Desde diversos sectores, se ha visto esta visita como una injerencia argelina en los asuntos libios, quizás con la vista puesta en zonas especialmente interesantes en la zona amazigh, como la cuenca de Ghadames, ciudad de Libia situada en un oasis cerca de las fronteras de Túnez y de Argelia, y el área rica en petróleo de Hamada El Hamra, situada en el centro del país libio. 

La zona de Ghadames ya había generado polémica por el reciente movimiento del Ejército Nacional de Libia dirigido por el mariscal Jalifa Haftar, opositor al Gobierno de Trípoli dirigido de manera interina por Abdul Hamid Dabaiba en el marco de la guerra civil de Libia. El Ejército Nacional de Libia trataba de controlar la ciudad de Ghadames, importante en la región amazigh y cercana a la frontera con Túnez y Argelia, punto considerado de extraordinaria importancia. 

“El movimiento de unidades hacia el suroeste se enmarca en un plan integral para asegurar la frontera sur y mejorar la seguridad nacional en esta región estratégica mediante la intensificación de los patrullajes en el desierto y el seguimiento de la franja fronteriza con los países vecinos. Este movimiento no apunta a nadie”, según informó de manera oficial el Ejército Nacional de Libia, que también apuntó que estos movimientos tenían como objetivo “reforzar la seguridad de las zonas fronterizas y del sur, especialmente a la luz de la tensión en los países vecinos y la posibilidad de actividad de grupos extremistas”.

El comandante del Ejército Nacional Libio, Khalifa Haftar, en una reunión con el general Michael Langley - PHOTO/EJÉRCITO NACIONAL LIBIO via REUTERS
El comandante del Ejército Nacional Libio, Jalifa Haftar, en una reunión con el general Michael Langley - PHOTO/EJÉRCITO NACIONAL LIBIO vía REUTERS

Por su parte, Hamada El Hamra es vital por la producción de petróleo, una fuente de riqueza muy importante para Libia. 

La zona de Hamada El Hamra está situada al suroeste de Libia y tiene un papel nacional relevante en cuanto a la seguridad y la economía. El enclave abarca unos 100.000 kilómetros cuadrados de terreno desértico en gran parte deshabitado, ejerce como corredor crítico que conecta a Libia con Argelia y Níger y cuenta con diversos yacimientos importantes de petróleo y gas que se encuentran dentro o cerca de sus fronteras.

Su complejo territorio convierte este enclave en una ruta especialmente atractiva para el contrabando y también plantea desafíos de seguridad transfronterizos desde que estallase la guerra civil libia en 2011.

En este escenario, la visita del embajador argelino Suleiman Shanin a la región amazigh despertó una gran polémica en las esferas libias y fue considerada una intromisión interna en los asuntos propios libios. 

<p>Campo petrolífero de Nafoora en Jakharrah, Libia - REUTERS/ JAWHAR DEEHOUM</p>
Campo petrolífero de Libia - REUTERS/JAWHAR DEEHOUM

El portavoz del Consejo Supremo de los bereberes de Libia, Akram Jarnaz, confirmó que el embajador argelino discutió durante su visita a la ciudad de Nalut, en el límite con Túnez, cuestiones fronterizas comunes entre Libia y Argelia, y coincidió en que las ciudades libias amazigh son muy relevantes para la seguridad argelina. 

Por su parte, Abdel Moneim Al-Arfi, miembro de la Cámara de Representantes, consideró que la visita del embajador argelino a las ciudades amazigh y su afirmación sobre el valor estratégico para Argelia fue una injerencia flagrante en los asuntos libios.

Argelia pretende aumentar su presencia en la zona para debatir cuestiones de seguridad regional y recuperar influencia geoestratégica. Una influencia perdida en los últimos tiempos por dificultades nacionales internas que generan problemas al país. Argelia pasa por inconvenientes políticos como las revueltas y protestas nacionales enmarcadas en el movimiento social Hirak, que lleva años saliendo a las calles para pedir un cambio político en el país tras décadas de mandato total del partido Frente de Liberación Nacional y del Ejército, verdadero poder en la sombra dentro del régimen argelino, y para denunciar también la corrupción que afecta al país magrebí. 

Argelia también trata de ganar presencia en el entorno del Sahel, zona muy relevante por una cuestión tan importante como la preservación de la seguridad regional ya que esta zona es conocida por su inestabilidad política, con recientes golpes de Estado protagonizados por juntas militares en naciones como Mali, Níger o Burkina Faso, y por la presencia de grupos yihadistas extremistas que tienen una actividad transfronteriza que afecta a los países del continente africano y, por extensión, a la vecina Europa. 

Precisamente, la visita del embajador Suleiman Shanin, como se ha apuntado, tiene que ver con la zona de Hamada El Hamra, que es un corredor muy relevante que conecta Argelia con Níger, país enclavado en esa zona candente del Sahel. 

Esta supuesta intromisión argelina en asuntos de otros países, como Libia, fue denunciada por analistas y por diversos políticos libios. El propio Al-Arfi añadió: “Rechazamos la interferencia en nuestros asuntos, la imposición de soberanía sobre nosotros y la representación de que somos una profundidad estratégica para Argelia”.

La seguridad es una cuestión muy relevante en la región, un asunto que llevó a que se produjese el citado movimiento militar de las tropas del Ejército Nacional de Libia dirigido por el mariscal Haftar en la frontera libio-argelina. Un Haftar que domina la zona oriental de Libia, con centro de poder radicado en Bengasi, en el marco de la guerra civil que desarrolla contra el otro polo de poder ubicado en la capital de Trípoli y representado por el Gobierno de Unidad Nacional del primer ministro Abdul Hamid Dabaiba.

<p>El primer ministro interino libio, Abdul Hamid Dabaiba - PHOTO/YURI KOCHETKOV</p>
El primer ministro interino libio, Abdul Hamid Dabaiba - PHOTO/YURI KOCHETKOV

La visita del embajador argelino Suleiman Shanin a Nalut sirve así para generar más confusión en Libia en el marco del enfrentamiento entre los centros de poder de Trípoli y Bengasi. 

Diversos analistas creen que las autoridades argelinas buscan un papel en la región amazigh, especialmente en la cuenca de Ghadames y en la región rica en petróleo de Hamada El Hamra, que se ha convertido en una fuente de desacuerdo entre el Gobierno de Unidad Nacional y tribus como los zintan o los amazigh, así como entre las autoridades de Trípoli y la Cámara de Representantes vinculada a Bengasi y el Gobierno oriental que surge de ella, como han indicado diversos medios como Al-Arab.