Miguel Ángel Benedicto: “La Unión Europea debe solucionar el déficit de cariño de los europeos”

Miguel Ángel Benedicto habló en los micrófonos del programa “De cara al mundo” en Onda Madrid sobre el libro “Comunicar o politizar la Unión Europea: Del consenso inicial a la polarización de la Europa Geopolítica”
Comunicar o politizar la Unión Europea, del Consejo inicial a la polarización de la Europa geopolítica, nuevo libro de Miguel Ángel Benedicto
Comunicar o politizar la Unión Europea, del Consejo inicial a la polarización de la Europa geopolítica, nuevo libro de Miguel Ángel Benedicto

El profesor universitario y presidente de la asociación Ideas y Debate, Miguel Ángel Benedicto, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid su último libro. Además, consideró el reto de la inmigración en Europa. 

Directamente, ¿la polarización puede acabar con la Unión Europea? 

Podría acabar, por un lado, pero también puede activarla por otro lado. Es decir, es un poco lo que contamos en el libro. Quizá el consenso que ha habido siempre en Europa, desde sus inicios, en los años 50, lo que ha hecho es que la viéramos muy a distancia, como un ente burocrático, alejado de nosotros. 

Cuando vemos que se politiza más la Unión Europea, en parte gracias a la polarización política, vemos que la gente se anima a votar, la gente discute sobre las políticas europeas, es decir, que tiene su parte positiva y negativa. La parte positiva es la movilización electoral, el mayor interés por las políticas europeas; y la parte negativa es que ese entendimiento que siempre ha habido desde los años 50 en Europa, entre los distintos partidos políticos, obviamente se puede ver afectado.  

Comunicar o politizar la Unión Europea, del Consejo inicial a la polarización de la Europa geopolítica, nuevo libro de Miguel Ángel Benedicto
Comunicar o politizar la Unión Europea, del Consejo inicial a la polarización de la Europa geopolítica, nuevo libro de Miguel Ángel Benedicto

¿La polarización en los medios de comunicación es también un factor determinante, según el título del libro?  

En los medios de comunicación a nivel nacional, es donde yo veo más polarización, más que a nivel europeo, porque medios europeos realmente, no podemos decir que no existen, sí existen, pero a nivel de burbuja europea, medios como Político, Financial Times, curiosamente, anglosajones, la mayor parte, no están polarizados. 

A nivel nacional sí. Podemos ir a cualquier país, pero, sobre todo, el caso español es claro, donde vemos que hay una polarización entre los medios, en función de la línea editorial de cada uno de ellos, y cada vez más influenciados por el poder político, desde mi punto de vista. Esto no es nada positivo en una sociedad, cada vez también más dividida, y a la cual los medios no ayudan en absoluto. Pero los grandes culpables no están en los medios, sino más bien en el poder político, desde mi punto de vista.  

En este libro se plantea la brecha que existe entre los ciudadanos europeos y las instituciones, es uno de los graves problemas, ¿no?  

Sí, siempre lo ha sido, esa especie de déficit que ha habido de cariño hacia la Unión Europea, de falta de legitimidad popular, que no democrática, es decir, es democrática la Unión Europea, pero le falta esa legitimidad popular, que la gente hable sobre ello, que realmente vayamos a votar tanto en elecciones como en referéndums europeos, siempre las participaciones son bajas, son unas elecciones de segundo grado. 

Eso no es bueno para Europa, y es muy difícil entender las instituciones, desde mi punto de vista, y creo que ahí se equivocaba al principio la Unión Europea, en los años 60, 70, 80, incluso 90, cuando intentaba hacer más una política de comunicación, más de explicarnos, de divulgación de lo que eran las instituciones europeas. Al final, a la gente le interesa que las políticas europeas funcionen o se comuniquen mucho mejor, y de hecho esa comunicación que al inicio de la Unión Europea era muy propagandística, con los años ha cambiado y se ha convertido en una comunicación mucho más profesionalizada, sobre todo, desde la crisis económica de 2008, donde dimos cuenta que Europa tenía una fuerza muy importante y que nos influía mucho en lo que podía pasar en cualquier momento. Ese fue un punto de inflexión muy importante en el tema de la comunicación europea, donde nos dimos cuenta de que lo que sucedía en Europa nos influía en el día a día.  

¿Hay que recuperar, Miguel Ángel, la certeza, la realidad de que la Unión Europea es el mejor invento de los últimos siglos en el mundo? 

Es una especie de red. Desde España, los españoles vemos que tiene unos valores democráticos, que hay un respeto a la separación de poderes, al Estado de Derecho. En cambio, en los países de la Unión Europea sentimos que, si estamos ahí adentro, pase lo que pase en nuestros países, de algún modo puede estar esa red salvadora, que nos puede, de algún modo, sujetar cuando caemos al abismo autocrático. Como hemos visto en algunos países, tipo Hungría, o Polonia en su momento. Incluso, cómo está España en estos últimos dos años.  

Y sí, Europa es un buen invento en ese sentido. Nos ha ido bien, esa es la verdad. El caso de España es paradigmático, desde que entramos en la Unión Europea a la actualidad, no hay más que ver las cifras de crecimiento económico, no hay más que ver cómo han cambiado nuestras infraestructuras, cómo han cambiado nuestra vida, incluso nuestra manera de pensar. Ha tenido un efecto muy positivo, no solo en España, sino en el resto de los miembros. Y si no, no hay más que ver un experimento como el Brexit, que después de ya unos cuantos años fuera de la Unión Europea, el Reino Unido se está dando cuenta que quizá no fue tan buena idea salir de esa red.  

Sin duda, fue una malísima idea. Quizá en eso, Miguel Ángel, los integrantes de los países con sus graves problemas son responsables de lo que luego se llama la crisis de la Unión Europea. ¿Qué está pasando? Porque a pequeños y medianos empresarios, o a la gente que está necesitando esas ayudas, que otros países están utilizando, y muy bien, y nosotros los tenemos ahí muertos de risa, que además habrá que devolverlos. 

Es una pena que España no sepa ejecutar esos fondos Next Generation European Union, cuando hemos sido el segundo país con mayor número o con mayor cantidad de fondos que hemos recibido después de Italia. El plazo límite de ejecutar esos fondos es a finales de agosto del año 2026, y realmente, no sé si es un problema de mala previsión, de mala estrategia, de falta de funcionarios especializados en este asunto, pero desde luego el Gobierno español no ha hecho los deberes en este sentido. 

Aun así, bien nos ha ido, dentro de lo que cabe, la economía no va tan mal gracias a esos fondos, precisamente para promover la digitalización o la transición ecológica o la cohesión territorial. Pero desde luego, la ejecución por parte de este Gobierno es un desastre. 

¿Te preocupa la situación en Francia? El primer ministro Bayrou ha presentado un plan, un presupuesto, donde hay mucho que recortar, pero Macron en estos ocho años lo ha intentado varias veces y luego han salido los chalecos amarillos, etcétera, y esa reforma que Francia necesita, porque no se puede sostener, nos puede arrastrar al resto de la Unión Europea. 

Francia es una de las grandes economías de la Unión Europea, después de Alemania, y claramente necesita unas reformas estructurales, pero no ahora, sino desde hace ya unos años, debido a esa precaria situación que tienen las cuentas públicas con esa deuda tan enorme del 114 %, que está destrozando al país y que terminará, con el pago de intereses que les va a comer. Si ya, para este año ya se está hablando de 60.000 millones en pago de intereses, todo el gasto de defensa de Francia, por ejemplo, y para 2029 se habla de 100.000 millones, que sería más dinero del que gasta Francia en educación, que es la mayor partida del presupuesto. Es decir, que es que la deuda se va a comer el presupuesto francés. 

No sé si se dan cuenta los franceses que si realmente no hacen unas reformas estructurales que no hicieron en su momento, como nos tocó a otros después de la crisis económica, Irlanda, España, Chipre, Grecia, etcétera, el país se les va a caer porque cada vez les cuesta más dinero financiarse. Una financiación que no pueden soportar con el crecimiento económico que tienen. Lo que pasa es que Francia es muy estatista. Ya lo ha intentado en su momento Macron, a través de la reforma de las pensiones, pero aparecieron los chalecos amarillos, tractoradas que ha tenido tiempos después, etcétera. Es muy difícil, cambiar esa mentalidad francesa, pero les llegará por la guía de los hechos porque no podrán afrontar esas cargas sociales que tienen ahora y, sobre todo, ahora que además tienen que incrementar el presupuesto en materia de Defensa.  

Hablabas de más de 60.000 millones de intereses de la deuda en Francia, en España son más de 40.000, o sea que tenemos un problema más o menos. Cuando se dice que España va bien económicamente tengo mis dudas. Miguel Ángel, ¿me permites incorporar a un experto? Además, de haber vivido en Francia, ha sido corresponsal allí varios años y conoce bien. Es un buen colega tuyo y mío, don Pedro González, periodista, fundador del canal Euronews y 24 horas.  

Por cierto, Javier, Pedro González está citado en el libro, en el libro “Comunicar o politizar la Unión Europea”, precisamente como fundador de Euronews, y al cual yo hace unos años entrevisté para ello. 

Enhorabuena, Pedro. Estos libros escritos por Miguel Ángel son necesarios para vernos ante el espejo y, sobre todo, afrontar los retos y adoptar decisiones, aunque sean duras, como en Francia, para mantener algo muy importante y positivo como la Unión Europea. 

Creo que no son necesarios, son libros absolutamente imprescindibles. El libro de Miguel Ángel aborda cuestiones básicas en las que prácticamente en esa labor de pedagogía continua que necesita el conocimiento y la aprehensión de lo que es el mundo en el que vivimos que es precisamente el de la Unión Europea y al que quizá no se le da suficiente importancia. Quizá porque, como estamos metidos en él, se da como algo adquirido, que está ahí como respirar, que no tiene importancia. 

El caso de Trump a mí me parece importantísimo que es de una fragilidad muy extrema y con muchos peligros, los habéis enumerado ahora en la entrevista a Miguel Ángel, pero creo que acechan por todas partes, incluso de nuestros propios aliados. Aparte de otras cuestiones y tal, Trump, por otra parte, como algunos otros presidentes en el pasado de los Estados Unidos, no ven con buenos ojos y lo digo cogiéndolo con pinzas, una Europa fuerte. 

Una Europa fuerte y a lo mejor les viene mucho mejor a que esté casi si no desmembrada, si de alguna manera que trate directamente con la metrópoli, es decir, la neometrópoli neocolonial de estos tiempos, ¿no? Y a lo mejor es un poco lo que se está buscando. En el caso de Trump, es que como tiene maneras y unos modos de actuar, bastante contundentes y poco diplomáticos en muchos casos se nota menos, pero por ahí van un poco los tiros, ¿no?  

Miguel Ángel, yo quería plantearte otra cuestión que es el gran reto de Europa que es la inmigración. Antes has citado que lo del Brexit fue una malísima idea, eso ya lo decíamos algunos antes de que Cameron tomara esa decisión kamikaze. Vemos como Francia hace unos días y ayer Alemania han llegado a acuerdos con el Reino Unido, alianzas en cuestión de defensa. Hablaba ahora Pedro de la incertidumbre de Trump, la incertidumbre de Putin, pero el tema inmigración es uno de los temas fundamentales y que Europa necesita tener una política clara, eficaz y sobre todo sin pensar en electoralismos baratos porque la inmigración es algo fundamental que hay que solucionar.  

Ese nuevo pacto migratorio del cual llevamos hablando también unos cuantos años, sobre todo en 2015, aquella crisis migratoria que se sufrió con la llegada de refugiados sirios, en aquellos momentos Alemania, los problemas que pusieron países como Hungría, Polonia y otros, al final se sigue negociando al respecto, se introducen medidas más duras y puedo entenderlo también, para evitar también ese curso de la extrema derecha. Pero desde luego es un tema que hay que gestionar bien porque es necesaria la inmigración en Europa. Eso está muy claro. Yo que acabo de venir de Tánger, hace una semana he estado allí y ves todas las familias con tres o cuatro niños, es que andas por la calle y solo ves niños, y aquí solo ves gatos y perros, ¿no? No ves niños, esa es la verdad. 

Entonces todo eso te da la sensación de que, en el país, en el continente o en la entidad supranacional, que es la Unión Europea en la que estamos en estos momentos, ante ese envejecimiento, ante ese gran número de pensionistas hay muchos trabajos que no queremos hacer los nacionales., etc. Muchas veces se necesitan migrantes, pero no solamente ese tipo de trabajos, también hay trabajos muy cualificados y de alto nivel que pueden hacer inmigrantes muy brillantes y creo que tampoco se habla mucho de ello y que muchas veces, tenemos que importar a ese tipo de mentes brillantes ahora que Estados Unidos de algún modo les está poniendo trabas y obstáculos creo que tenemos que tomar ventaja de ese problema que tienen los Estados Unidos. Creo que es un tema importante que hay que solventar, hacer una gestión de esa migración regular, evitar la irregularidad y creo que hay que llegar a acuerdos con terceros países para gestionar cada vez mejor este reto. Más que problema, porque es un problema, pero es una solución a la vez para el envejecimiento de Europa.