La República Islámica de Irán presentó el primer misil balístico hipersónico de fabricación propia en medio de las tensiones con Estados Unidos y después de haber anunciado la reanudación de sus relaciones diplomáticas con Arabia Saudí tras ocho años de distanciamiento, causados por el asalto de una multitud de iraníes a la misión diplomática saudí en Teherán en su día.
El misil, llamado Fattah, fue expuesto en una ceremonia a la que asistieron los altos cargos del Cuerpo de Guardias Revolucionarios y el presidente Ebrahim Raisi que declaraba en el acto: “Este poder es un ancla de seguridad y paz duraderas para los países de la región”. De esta forma Irán se une a la carrera por los misiles hipersónicos, actualmente liderada por Rusia y donde ya se encuentran compitiendo Corea del Norte, China y Estados Unidos.

Ya en noviembre, en medio de las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, el jefe del programa aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, el general Amir Ali Hajizadeh, había anunciado que estaban creando un misil hipersónico, lo cual causó preocupación entre el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) con respecto al programa nuclear de Irán. Desde la salida de Washington de las conversaciones entre las principales potenciales e Irán para la reactivación de un acuerdo nuclear de 2015, Teherán ha suspendido la aplicación de límites acordados sobre sus actividades nucleares, coartando la supervisión de la OEIA. Aunque según el director de la OEIA, Rafael Grossi, eso no influye en las negociaciones sobre el programa que buscan retomarse tras haber sido paralizadas en 2022.
En el acto de presentación del misil, el general Amir Ali Hajizadeh afirmaba que Fattah puede lograr una distancia de 1.400 kilómetros, un misil “ante el cual no puede oponerse o rivalizar ningún sistema”. Esta arma puede eludir los sistemas de defensa de sus vecinos de Oriente Medio siguiendo una trayectoria balística gracias a una parábola que detecta y derriba cualquier objetivo.
Los expertos dudan de sus elementos infranqueables ya que, pese a que han asegurado que se realizaron las pruebas pertinentes, no se han mostrado imágenes del aparato en vuelo o atacando un objetivo. Además, este sistema es igual que el misil hipersónico ruso Kinzhal, que fue presentado por Putin en 2018 como un arma imparable y que ha sido derribado por los misiles Patriot en la guerra de Ucrania. Ninguno de los dos sistemas balísticos cuenta con los planeadores hipersónicos y misiles crucero con motor “scramjet”, dos armas de última generación que pueden cambiar el trayecto del misil a voluntad.

Este tipo de armas que plantea Irán, son muy difíciles de interceptar por los sistemas de defensa antimisiles por su velocidad cinco veces superior a la del sonido y su maniobrabilidad al tener una trayectoria baja en la atmósfera, aunque esto sigue sin ser una garantía de que el arma alcance el objetivo fijado con éxito.
No obstante, a principios del mes, los estadounidenses celebraban una reunión entre el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y su homólogo israelí, Tzachi Hanegbi, para tratar la amenaza de Irán. El asesor de la Casa Blanca expresó a través de un comunicado que “las relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Israel deben aumentar para prevenir que Irán adquiera armas nucleares, así como combatir las amenazas iraníes y de sus aliados”, a pesar de que, en la zona del Golfo, los gobiernos aliados de Estados Unidos utilizan el sistema de misiles Patriot como es el caso de Israel, el principal rival del régimen iraní.