Kais Saied, reelegido presidente de Túnez por mayoría absoluta

Las calles de Túnez se llenaron de simpatizantes tras conocerse que los resultados de las elecciones presidenciales dan por ganador provisional al actual presidente Kais Saied, en unos comicios donde quedaron apartados más de 14 aspirantes de la carrera electoral, tres de ellos el pasado mes.

Los resultados, emitidos en televisión por el director de la Fundación Hassan Al-Zarqoni, fueron el pistoletazo de salida de la euforia desatada. Los datos mostraban una clara victoria del actual presidente sobre los dos otros candidatos, uno de ellos en la cárcel por la falsificación de firmas.
Farouk Bouaskar, jefe de la Alta Autoridad Independiente para las Elecciones (ISIE, por sus siglas en inglés), estableció que la participación fue de 2.704.155 personas, un 27,7 % del total. Lo que significa una caída del 21 % con respecto al 48,89% de los comicios de 2019.
Con respecto a la votación de los tunecinos que viven en el extranjero el porcentaje disminuyó al 16,3 %. Del total de participantes solo el 6 % tiene entre 18 y 35 años. Destaca el porcentaje de voto de los trabajadores quienes eligieron en un 92 % al candidato Saied.

Más de 9,7 millones de personas estaban llamadas a ejercer su derecho a voto en las terceras elecciones presidenciales desde las Primaveras Árabes, cuando se inició un proceso de transición. Pese a ello, la ISIE ha asegurado que los resultados oficiales llegarán antes del miércoles.
Según los primeros datos aportados por la agencia privada Sigma Konsai, Kais Saied obtuvo el 89,2% de los mismos, seguido del exdiputado y candidato independiente, Ayashi Zemmal, encarcelado por 14 años apenas horas antes de formalizar su candidatura debido a la falsificación de firmas, con un 9,6%, y el secretario general del Movimiento del Pueblo, Zouhair Maghzaoui, quien hasta un mes antes de presentar la candidatura también se encontraba en la cárcel, con un 3,9% de los votos.

Unos resultados, que, de confirmarse, anularían la posibilidad de una segunda vuelta, a diferencia de lo sucedido en los comicios anteriores donde sí fue necesaria. Sin embargo, la Asociación Tunecina para la Integridad y la Democracia de las Elecciones (ATIDE) ha denunciado malas prácticas durante el proceso electoral. Todo ello sin pruebas fehacientes.
Tras los primeros análisis y a la espera de una posible confirmación, el director de campaña de Saied, Nofal Saeed, anunció que la cantidad de votantes que se decantaron por el presidente no ha variado prácticamente respecto a los datos de 2019. Además, resaltó que el nivel de confianza depositada en Saied era muy similar.
Según Nofal Saeed, la reelección supone un paso más en la estabilidad política de Túnez. Afirmó que la aceptación de los resultados era sinónimo de progreso y un mejor futuro para el país.

Pese a que tras la finalización de las Primaveras Árabes Túnez fue un país en el que ha crecido la democracia, es un Estado que, desde la llegada de Saied, ha padecido alguna regresión. Desde la reforma de la Constitución en 2021 para darle plenos poderes a la Presidencia, los derechos de los tunecinos han disminuido con el paso del tiempo. Algo que la oposición denunció como un golpe de Estado, pese a ser votado democráticamente y trasladado por los órganos competentes.
Con uno de sus rivales políticos encarcelado durante la campaña, la victoria apabullante del actúal presidente de Túnez no ha sorprendido a los analistas internacionales. A pesar de que cuenta con gran apoyo, organizaciones de Derechos Humanos como Human Rights Watch han denunciado que hay más de 170 personas detenidas en Túnez por razones ideológicas o por ejercer sus derechos fundamentales. Entre los detenidos se encuentran Rached Ghannouchi, jefe del partido de la oposición Ennahda, y Abir Moussi, jefe del partido Destourian Libre.
La baja participación es un síntoma poco halagüeño de la situación que vive Túnez. Todo parece indicar que el camino de la abstención ha sido el elegido por parte de los tunecinos para protestar contra el Gobierno. A pesar de las acusaciones de “falta de transparencia y legitimidad”, la oposición no alzó la voz en favor de la abstención, síntoma de que el cambio está lejos.