El representante permanente de Marruecos ante Naciones Unidas, Omar Hilale, condenó, en dos cartas dirigidas al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y al presidente y miembros del Consejo de Seguridad la complicidad de Sudáfrica con Argelia y el Frente Polisario, indicando que “desempeña, una vez más, el papel de mensajero de un grupo separatista armado, cuya participación en la región del Sahel ha sido más que probada”. Asimismo, Nigeria recordó a la ONU y al Consejo de Seguridad que deben asumir la responsabilidad de defender a los saharauis en las provincias del sur de lo que designó como “violaciones de los derechos humanos”.
Para crear un lobby que quiera usar el mecanismo africano en el Sáhara, Sudáfrica está intentando usar el conflicto en el Sáhara, al renovar su apoyo al Frente Polisario, para influir en la dirección del expediente de la ONU. Hilale declaró que el país norteafricano lamenta que la Misión Permanente de Sudáfrica sirva como intermediario para una entidad ilegítima no reconocida por la ONU. Hilale presentó varios ejemplos en sus cartas a las Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad de la “participación en el terrorismo” del Polisario, como la de Adnan Abul-Walid -conocido como al-Sahrawi- exmiembro del Frente Polisario antes de convertirse en uno de los líderes del Estado Islámico en el Gran Sáhara, que figura como terrorista.

Además, llegó a afirmar que Al-Sahrawi solía buscar refugio en los campamentos de Tinduf para recibir tratamiento allí, antes de que fuese asesinado el pasado 15 de septiembre de 2021. Nabil al-Andalusi, responsable del Centro de Investigación y Estudios Estratégicos del Magreb, confirmó que el mensaje de Omar Hilale conlleva una grave acusación contra Sudáfrica, que apoya a una organización terrorista, y señaló que este mensaje no se limita a ella, sino que incluye todas las naciones y organizaciones que reconocen o tratan con el Polisario. Al-Andalusi aseguró en declaraciones al medio The Arab Weekly que la continua implicación de Pretoria en el apoyo al Frente Polisario y su declaración de hostilidad hacia Marruecos se debían a la expansión de la influencia del Reino, para gran disgusto de Sudáfrica, que busca jugar un papel de liderazgo en el continente.
Las amenazas a los roles históricos de Pretoria en la región provienen de la invasión de Marruecos en varias naciones africanas. Hilale expresó el pesar de Marruecos sobre que la Misión Permanente de Sudáfrica haya consentido en distribuir a los miembros del Consejo de Seguridad una carta escrita por el líder separatista del Polisario, Brahim Ghali, que actualmente está siendo juzgado en Europa por violación y tortura. Si bien el Consejo de Seguridad elogió a los dos comités regionales del Consejo Nacional de Derechos Humanos en El Aaiún y Dajla por su trabajo, así como por la cooperación de Marruecos con los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, afirmó que la carta estaba llena de mentiras sobre los derechos humanos sobre la situación en el Sáhara marroquí.

Nasser Bourita, ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, declaró anteriormente que la posición de Sudáfrica “expresa impotencia, no fuerza”, y agregó que cuando reconoció a la milicia del Polisario en 2005, pensó que África y el resto del mundo harían lo mismo. El conflicto saharaui es una disputa territorial que lleva en curso más de cinco décadas, cientos de miles de civiles refugiados y un entramado de intereses para países como España, Francia o Estados Unidos. Sin embargo, después de todos estos años, Sudáfrica se encuentra frente a la mitad de las naciones africanas que han abierto consulados en el Sáhara marroquí, y 90 naciones de todo el mundo han manifestado una actitud favorable. En este sentido, Al-Andalusí ha asegurado que Sudáfrica no ha logrado persuadir a otras naciones africanas para que apoyen al Polisario, al contrario de lo que anticipaban y esperaban sus líderes, por lo que actualmente está haciendo todo lo posible por conseguir algún apoyo.
A cambio del crecimiento de la base de partidarios de la iniciativa de autonomía planteada por el Reino de Marruecos, su posición ha quedado aislada en África e internacionalmente. La apatía de Europa en lo que respecta a los deseos de libertad del pueblo saharaui, ha servido en bandeja de plata un nuevo territorio africano que comulga con los intereses de Moscú, al igual que ha sucedido ya en Sudán, Mali, República Democrática del Congo, Burkina Faso o Madagascar. Pese a que la posición rusa respecto del conflicto siempre ha sido neutral, el acercamiento con Argelia y la sombra de Estados Unidos, han hecho recapacitar al Kremlin manteniendo una postura en contra de reino alauí.

El norte de África es testigo de los peligrosos movimientos iraníes que pueden hacer estallar la situación en la región, especialmente con la Guardia Revolucionaria que continúa brindando marchas avanzadas al Frente Polisario, lo que amenaza la estabilidad en torno al Sáhara marroquí. No es de extrañar que el régimen de Irán, aliado de Argelia, busque detonar la “tranquilidad” de la región. Además, que su aliado en la región lanzase mensajes propagandísticos en los últimos días no ayuda. Según un informe publicado en la web israelí Mako, se estima que el alto al fuego de la región terminará cuando Irán comience a arma al Frente Polisario, como ya hace con Argelia.
Durante la última década, la Guardia Revolucionaria iraní ha establecido estrechas relaciones con el Frente Polisario, y un alto diplomático marroquí reveló a finales del año pasado que los países del Magreb se enfrentan a graves amenazas para su seguridad nacional, en el contexto de una incursión sin precedentes en la región por parte de Irán y su afiliado libanés Hezbolá. En ese momento, Omar Hilale consideró que se trata de “un desarrollo peligroso” y dijo que “el mundo debe darse cuenta de que las intervenciones iraníes en otras naciones han socavado y finalizado con el estallido de guerrillas civiles como ya sucedió en Yemen, Siria y el Líbano”.

Las relaciones entre Argel y Moscú no son ningún secreto para nadie. Si atendemos a las exportaciones de armamento ruso observamos que entre 2013 y 2017, el 78% de todas las armas vendidas a África fueron a Argelia. El constante avituallamiento de los rusos de cara al conflicto del Sáhara Occidental, bajo el escudo de Argel, lleva sucediendo desde el inicio de las discrepancias en los años 70. El interés de Rusia por el Sáhara Occidental se debe a dos componentes. El primero, atenuar a Marruecos, que fue el primer país africano en ordenar ayuda militar a Ucrania y que además se ha posicionado como el mayor aliado de Estados Unidos en el Magreb; el segundo, adjudicarse respaldos en el Magreb en favor a las políticas argelinas.

En este aspecto, fue muy característica la reunión mantenida en enero de 2023 entre Brahim Ghali y la comisión rusa que se celebró en el XVI Congreso del Frente Polisario. El vicepresidente del Partido Comunista de Rusia resaltó su “solidaridad incondicional con la causa saharaui y su reconocimiento al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia” recalcando a su vez que “han logrado sensibilizar a más de ochenta y nueve formaciones rusas sobre la cuestión del Sáhara Occidental” y que “su posición continuará inmóvil hasta que el pueblo saharaui imponga su soberanía”.