Está previsto que el Air Force One del presidente estadounidense, Joe Biden, aterrice en el Aeropuerto Internacional Ben Gurion de Israel mañana por la tarde. Comienza así su primera gira por Oriente Medio desde que jurase su cargo en 2021. Con este viaje, Washington muestra que, a pesar de la actual guerra en Ucrania y las amenazas de Rusia y China, la región sigue siendo una prioridad para la política exterior estadounidense. Por otro lado, Biden busca afianzar sus alianzas en la zona, como con Israel o Jordania, además de reparar los lazos con Arabia Saudí y con su príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán.
Además de consolidar y reforzar las relaciones, el viaje del líder estadounidense tiene como objetivo seguir la estela de los acuerdos de paz alcanzados entre Israel y algunos países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin o Marruecos. Este histórico paso, denominado ‘el acuerdo del siglo’, ha generado numerosos beneficios para los países involucrados. Seguridad, ciencia, tecnología, economía o comercio son algunos de los sectores donde se ha impulsado la cooperación árabe-israelí desde la firma de los Acuerdos de Abraham, auspiciados por el Gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump.

Ahora, la Administración Biden quiere ir más allá y espera impulsar nuevos acuerdos de paz entre Israel y los países árabes, en concreto, con Arabia Saudí. Desde hace años, varios medios de comunicación han informado sobre un supuesto acercamiento entre Jerusalén y Riad. De acuerdo con ciertos informes, ambos países cooperan de manera secreta en cuestiones regionales y de seguridad. Asimismo, Israel y Arabia Saudí comparten un enemigo común: Irán. La amenaza e influencia del régimen de Teherán es uno de los principales desafíos tanto para el Estado hebreo como para la monarquía del Golfo.
En ese sentido, incluso el ministro de Relaciones Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, ha admitido que en el futuro “habrá una normalización con Israel”, algo que “traerá inmensos beneficios”. No obstante, el jefe de la diplomacia saudí ha recalcado que esos beneficios “no se podrán cosechar a menos que no se aborde el tema de Palestina”. Y es que, para Riad, la cuestión palestina es un punto clave en este aspecto.
El primer ministro israelí, Yair Lapid, por su parte, ha remarcado que Israel “se acerca a todos los países de la región”, y les pide que “construyan lazos, establezcan relaciones y cambien la historia por el bien de nuestros hijos”. “Desde Jerusalén, el avión del presidente [de EE. UU.] volará a Arabia Saudí y llevará consigo un mensaje de paz y esperanza de nuestra parte”, declaró Lapid en la apertura de la reunión semanal del gabinete, según recoge The Times of Israel.

De los muchos temas dentro de la agenda de Biden en este viaje, la posible normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí tendrá un papel relevante. La semana pasada, The Times of Israel señaló, citando a un funcionario israelí, que el principal objetivo del viaje de Biden sería promover la “integración regional” entre Israel y sus vecinos árabes.
A principios de esta semana, el propio mandatario estadounidense ha indicado en un artículo opinión en The Washington Post que será el primer presidente de su país en volar directamente desde Israel a Arabia Saudí. En la columna, titulada ‘Por qué viajo a Arabia Saudí’, destaca que este viaje es un “pequeño símbolo” del acercamiento entre Israel y los países árabes de la región. Asimismo, de acuerdo con Biden, el vuelo de Israel a Jeddah representa “los pasos hacia la normalización entre Israel y el mundo árabe”.

En su artículo, el presidente también ha destacado el papel de Estados Unidos en la última guerra entre Israel y Hamás. “Ayudamos a poner fin a una guerra en Gaza, que fácilmente podría haber durado meses”, aseguró. En este sentido, Biden ha elogiado la cooperación con Israel, Egipto, Qatar y Jordania para “mantener la paz sin permitir que los terroristas se rearmen”. Aunque tampoco se ha olvidado de los palestinos. El presidente ha subrayado que Washington ha “reconstruido los lazos” con palestinos. “Mi Administración restauró aproximadamente 500 millones dólares en apoyo a los palestinos”, recordó.
Biden también ha aludido a Riad, resaltando que su objetivo es “reorientar y no romper las relaciones con un país que ha sido un socio estratégico durante 80 años”. Igualmente, ha alabado el papel de Arabia Saudí en la tregua en Yemen y en la estabilización de los mercados petroleros. Desde que comenzó la guerra en Ucrania y el aumento de precios del combustible, Washington ha pedido a Riad que aumente la producción de crudo para hacer frente a esta alza de precios.

Sin embargo, Arabia Saudí ha mantenido la producción según lo acordado con la OPEP+, organización de la que forma parte Rusia. Aún así, está previsto que Biden siga presionando a Bin Salmán para que aumente la producción de petróleo. Para conseguirlo, Biden podría levantar la prohibición de ventas de armas ofensivas a Arabia Saudí, siempre y cuando Riad avance para poner fin a la guerra en Yemen, según informa Reuters.

El presidente también ha aprovechado para referirse a sus principales enemigos: China, Rusia e Irán. “Ahora es Irán el que está aislado hasta que regrese al acuerdo nuclear que mi predecesor abandonó sin ningún plan para reemplazarlo”, escribió, mencionando indirectamente a Trump.
Biden, además de ser el primer presidente estadounidense en viajar desde Israel a Arabia Saudí, también será el primero en visitar la región desde el 11 de septiembre “sin tropas estadounidenses involucradas en una misión de combate”.
Además, durante su gira, es probable que Biden aborde con sus socios regionales algunos desafíos de la zona, como el programa nuclear de Irán, la guerra en Siria y Yemen, la crisis alimentaria, los grupos terroristas o el estancamiento político en Irak, Libia y el Líbano.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.