Una Libia sin presencia militar rusa, clave para la OTAN

La intervención de Rusia en África ha sido sistemática y cínica, con el objetivo de establecer asociaciones con líderes militares y políticos en la región.
Rusia ha proporcionado armas, entrenamiento y apoyo financiero a líderes militares golpistas a cambio de derechos de extracción de recursos naturales y bases militares. ¿Cómo puede la OTAN contrarrestar la influencia de Moscú en el continente y promover la estabilidad y la seguridad en África?

La presencia del antes conocido como Grupo Wagner, ahora “Africa Corps”, quienes fueron llevados a combatir a Sudán, es un objetivo para la OTAN, que quiere lograr evitar que se repita lo de Libia. La inestabilidad política en Libia ha sido el foco de la alta presencia rusa en la región.
La presencia rusa en África se ha duplicado desde la última visita de Yunusbek Yevkurov, viceministro de Defensa ruso, en agosto de 2023.
Mientras, se espera que el jefe del Ejército sudanés, el teniente general Abdel Fattah Al-Burhan, ratifique un acuerdo con el presidente ruso Vladimir Putin que proporcionará a Rusia una base logística naval en el mar Rojo a cambio de aceptar el suministro de más armas por parte de Moscú al Ejército sudanés. ayudando en la lucha contra las Fuerzas de Apoyo Rápido.
⚔️ EL ALCANCE DEL GRUPO WAGNER
🇷🇺 El grupo mercenario se ha dejado ver en guerras como la de Libia y también en países sahelianos como Mali, Burkina Faso o República Centroafricana.
🇸🇾 También apoyaron el régimen de Bashar al Assad en Siria en su lucha contra los rebeldes. pic.twitter.com/GkfC9Lxtbk— Néstor Siurana (@nestorsiurana) July 5, 2023
El problema comenzó en Libia cuando Rusia acordó imprimir y transferir más de 10.000 millones de dinares libios al comandante militar libio Khalifa Haftar después de que las Naciones Unidas mediaran el establecimiento de un Gobierno temporal para unificar el país políticamente.
La OTAN ha publicado un informe que identifica la debilidad del continente africano como una oportunidad para Rusia promover un modelo alternativo “antidemocrático” e “irresponsable”. El informe recomienda que la OTAN encuentre formas de cooperar con los “socios del sur” que no les exijan ajustarse a los valores del bloque, adoptar una estrategia decisiva y enfocada para unificar Libia y permitir que el país norteafricano pueda defenderse de las fuerzas militares extranjeras.

Para ello, la OTAN debe limitar su presencia militar en la región y no apoyar a los líderes militares golpistas, brindar apoyo bilateral más confiable a los Gobiernos regionales de confianza, invitar a más personas de África a asistir a las cumbres de la OTAN y eventos de alto nivel, mejorar la alfabetización mediática y lanzar iniciativas como “Truth for Peace” que proporcione educación y capacitación a los periodistas y activistas políticos de la región, y establecer una presencia militar más fuerte para contrarrestar la influencia de Rusia.
Jonathan M. Weiner, enviado especial y coordinador especial de Estados Unidos para Libia en 2014-2016, argumentó en un informe publicado por el Middle East Institute que la presencia militar de Rusia en África se ha acelerado aún más en el período 2020-2023 tras los golpes militares en Mali en 2020 y 2021, así como el golpe en Burkina Faso en 2022 y más recientemente en Níger en 2023.

En mayo de 2024, el Gobierno militar nigerino permitió que las tropas rusas ingresaran a una base aérea nigerina que albergaba fuerzas estadounidenses antes de que Estados Unidos retirara allí cerca de 1.000 tropas en misiones antiterroristas y antiterroristas. El “incómodo” cambio de estrategia en Niamey ha sido descrito como una respuesta directa a los esfuerzos de Washington por desalentar los estrechos vínculos entre Níger y Moscú.
La marcha de Rusia también continuó en Chad, otro país controlado por la junta militar, que acogió a unos 130 instructores militares rusos hasta finales de abril de 2024, después de solicitar la salida de 75 entrenadores estadounidenses más, allanando el camino para el establecimiento de una “zona protegida”.

El informe de expertos de 33 páginas, que incluye al enviado especial de Estados Unidos en Libia y al exembajador en ese país, Richard Norland, ofrece un conjunto de 114 recomendaciones específicas para el bloque transatlántico, destinadas a desarrollar una “estrategia oficial de la OTAN en el Sur”.
Una Libia unificada, que ya no tolere una presencia militar rusa, podría hacer mucho para contrarrestar la tendencia del Gobierno del Consejo Militar en la región del Sahel y la inestabilidad que conlleva.