Maduro asume nuevamente la presidencia de Venezuela sin haber presentado las actas electorales

Nicolás Maduro prolonga su régimen autoritario en Venezuela hasta 2031 al asumir su tercer mandato este viernes a pesar de no haber mostrado todavía las actas electorales que supuestamente prueban su triunfo en las elecciones del pasado julio.
La oposición, por su parte, recopiló actas de más del 80% de las máquinas de votación electrónica, publicando los resultandos y asegurando que los recuentos indican que Edmundo González Urrutia obtuvo el doble de votos que Maduro.

La oposición venezolana acusa a Maduro de “robar” los comicios del 28 de julio y reivindica la victoria González, quien se exilió en España el pasado septiembre. A pesar de que las autoridades venezolanas lo han amenazado repetidamente con arrestarlo si pisa suelo venezolano, el político ha prometido regresar.
Antes de la investidura de Maduro, cientos de personas contrarias al régimen se manifestaron al grito de "no tenemos miedo”, incluida la líder opositora María Corina Machado, quien fue brevemente detenida por las fuerzas de seguridad.
Los partidarios de Maduro negaron que Machado fuera arrestada, acusando a los opositores del gobierno de difundir noticias falsas para generar una crisis internacional. No obstante, el equipo de prensa de Machado anunció en las redes sociales que las fuerzas de seguridad habían "interceptado violentamente” su convoy una vez finalizada la manifestación.

Desde Europa y América condenaron al Gobierno venezolano por reprimir las voces de la oposición y exigieron su liberación. En este sentido, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su apoyo a Machado y González, a quienes calificó de “luchadores por la libertad”.
El caos previo a la toma de posesión de Maduro se suma a una larga lista de acusaciones de fraude electoral y represión brutal para así silenciar la disidencia.
La disputa por los resultados generó indignación internacional y desató protestas a lo largo de Venezuela. En respuesta, el Gobierno intensificó la represión, arrestando a más de 2.000 manifestantes. También pidió a los ciudadanos que denunciaran a aquellos sospechosos de ser opositores al régimen. Los disturbios dejaron más de 20 muertos, y numerosos manifestantes informaron haber sido sometidos a torturas mientras estaban detenidos.

No asistieron muchos líderes internacionales en la toma de posesión de Maduro. A su última investidura, en 2019, asistieron el presidente cubano Miguel Díaz-Canel y el entonces presidente boliviano Evo Morales. Las elecciones de 2018 también fueron consideradas una farsa después de que Caracas prohibiera la participación de los principales partidos de la oposición.

Mientras, el panorama en Venezuela sigue siendo extremadamente grave. La crisis política, económica y social que afecta a la nación latinoamericana es una de las más profundas de la región. La inflación desbocada, la escasez de productos básicos, los apagones y la falta de servicios públicos son solo algunos de los síntomas de un sistema que ha colapsado bajo las políticas del chavismo. Asimismo, el mercado laboral está devastado, y millones de venezolanos se han visto obligados a abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida.